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Periodista cubana cuestiona “apertura al diálogo” de Díaz-Canel

Periodista cubana Mónica Baró. Foto Facebook

MIAMI, Estados Unidos.- La periodista cubana Mónica Baró, quien trabaja para medios independientes en Cuba como Periodismo de Barrio, publicó en su perfil de Facebook este martes una reflexión que incluye una serie de preguntas dirigidas al presidente de la Isla, Miguel Díaz-Canel, tras la reunión que este sostuvo con un selecto grupo de emigrados cubanos en Nueva York.

La joven cuestiona en su post por qué el mandatario no se reúne también con los cubanos que viven en la Isla y que están volcados en proyectos para mejorar el país, no necesariamente afiliados al Gobierno.

“Si de veras nuestro presidente Miguel Díaz-Canel es tan abierto al diálogo, como sugieren las noticias de su estancia en Estados Unidos, si es de veras tan moderno, desenfadado, espontáneo, open-minded, risueño, habilidoso, carismático, por qué no se reúne a dialogar con quienes piensan distinto a él y al poder político que representa. En Cuba”, escribió.

“¿Por qué no se reúne a dialogar con los cubanos que continúan viviendo en Cuba e intentando construir un país más justo desde sus profesiones, oficios y artes?”

“Cuando nuestro presidente propicie un diálogo genuinamente democrático, en igualdad de condiciones, con periodistas independientes, artistas y cineastas independientes, juristas independientes, activistas políticos, sean abiertamente opositores o no, entonces yo creo en su voluntad de dialogar”.

La reciente visita de Díaz-Canel a Nueva York, para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas, acaparó portadas de los medios oficialistas de la Isla que admiraron el “desenfado y carisma” del presidente, que incluso bailó casino con su esposa y tocó la tumbadora, y además se reunió con un grupo selecto de emigrados de la Isla.

A dicho encuentro se le prohibió la entrada a varios medios de prensa. Allí Díaz-Canel, acompañado de su esposa Liz Cuesta, dio un discurso en el que se refirió a la disposición del Gobierno a mantener lazos con los cubanos en el exterior. Díaz-Canel finalizó su intervención dicendo: “Contamos con ustedes. Somos Cuba”.




El castrismo se prepara para su sobrevida

GENERALES
Cuba: una economía militarizada

LA HABANA, Cuba – La jugada, que prefiero llamar putesca, la designan como putinismo en el generalato, las escuelas del Partido Comunista y otros altos círculos de la elite verde olivo.

En ese camaleónico ambiente, cabe suponer que estén en preparación los Vladimir Pozner de por acá. Quiero decir, periodistas que resulten creíbles, porque los incondicionales charlatanes de la apología, el teque y el disco rayado, no van más allá de Telesur. Y les concedo mucho más alcance del que realmente tienen, que es Granma, el NTV y Mesa Redonda.

En los años 80, Vladimir Pozner fue el periodista soviético más conocido en Occidente, particularmente en los Estados Unidos. Era el rostro de la glasnost. Desconcertaba y estremecía los estereotipos arraigados en Occidente: un periodista ruso que hablaba perfectamente inglés, parecía tan norteamericano como Phil Donahue, y se mostraba razonablemente crítico respecto al sistema al tratar temas escabrosos como el estalinismo, la guerra de Afganistán, los disidentes, el antisemitismo.

Hijo de una francesa y un emigrado ruso que retornó a la fe comunista, Pozner nació en Francia y se crió en New York. Se estableció con sus padres en la Unión Soviética, cuando tenía 19 años, en 1952.

Su criticismo le ganó credibilidad en Occidente, cuando lo que Tass y Novosti estaban autorizados a informar al mundo, ya no funcionaba. Pozner se dejó utilizar para equiparar el macartismo con las purgas estalinistas y convencer de que la libertad de prensa y los derechos humanos eran tan vulnerados en la Unión Soviética como en los Estados Unidos.

POZNER
Vladimir Pozner fue el periodista soviético más conocido en Occidente

A pesar de que Pozner afirmaba que siempre rechazó las ofertas que le hizo la KGB, fue el mejor agente de influencia que tuvo la Unión Soviética en Occidente.

Alguien así precisa el castrismo en metamorfosis.

Últimamente se nota cierto movimiento en el bull-pen de la prensa oficialista. Se habla de la necesidad de hacer un periodismo más analítico y crítico, que se acerque a la vida real de los cubanos, sus necesidades e intereses, porque el país del NTV, con las sobreproducciones, los ancianos bien atendidos y la gente feliz que apoya al sistema a brazo partido, apenas se parece al que habitamos.

Los periodistas oficialistas han sido regañados y exhortados a hacer un trabajo mejor y más profesional por el propio general Raúl Castro y el vicepresidente Díaz Canel, pero como no están claros cuáles son los límites de lo permitido, lo que se considera responsable, ni cuál es el momento apropiado para las críticas y la investigación a fondo, siguen en las mismas, reiterando su intención de cambiar la prensa para mejor, pero sujetos a la autocensura, para no buscarse problemas, como si no les bastara la que les impone el Departamento Ideológico del Partido Único.

La audacia por la que claman y hasta dónde están dispuestos a llegar –hasta que les autoricen un poquito más- en Juventud Rebelde o en Cuba dice, es a quejarse de la mala calidad del pan, los baches en las calles, los salideros, los litigios con las viviendas, los altísimos precios en los agromercados -siempre por culpa de los intermediarios- y si acaso, los abusos con las pensiones de los jubilados y de la Asistencia Social…

Joven cuba diaz canel
Los chicos de La Joven Cuba, viraron palo pa` rumba después de la foto con Díaz Canel

Las críticas en la prensa oficial solo alcanzan a directores de empresas de poca monta, a jefecillos municipales y a funcionarios de nivel medio, jamás a los ministros y otros pejes gordos.

Pero eso no funciona de cara al exterior. El régimen precisa, en sitios como Cuba debate y Granma Internacional, de periodistas que aunque respondan al sistema, sean críticos, y que por varias de cal, en sus loas a los dirigentes históricos, y sus diatribas contra “el bloqueo yanqui”, “la mafia anexionista de Miami” y por la libertad de los Tres, ponga algunas de arena, que tengan que ver con la realidad, los tantos problemas que agobian a los cubanos y sus verdaderas causas.

Eso, si quieren que sean medianamente creíbles, porque no lo son ni un poquito los chicos del blog La Joven Cuba, que luego de la foto con Díaz Canel, viraron palo pa` rumba y reclamaron mano dura contra los blogueros y periodistas independientes. Lo mismo sucede con el resto de los blogueros que se pintan como oficialistas por cuenta propia. Para esa vaina, es preferible lidiar con los malos conocidos, como Rosa Miriam Elizalde, Arleen Rodríguez, Enrique Ubieta, Iroel Sánchez y   M. Lagarde, que al menos saben mejor el oficio.

En honor a la verdad, los Pozner de por acá, por mucho que los precise la propaganda castrista para ser más eficaz, no se ven aparecer. Allá los ilusos que pensaron que aparecerían en el Noveno Congreso de la Unión de Periodistas (UPEC).

Tal vez formar a los Pozner todavía requiera un poquito más de tiempo. Hay varios candidatos. Reinaldo Taladrid, que domina el inglés y hasta estuvo en CNN, pudo haber servido, pero pasó su cuarto de hora…Raúl Garcés se las arregla muy bien en Telesur. Y Cristina Escobar, tan linda e inteligente, con lo bien que televisa, ¿se ha fijado cuán bien domina el inglés? ¿Y qué me dicen de Elaine Díaz, cuando termine su beca en Harvard?

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Cambios: Lentos y bajo presión

LA HABNA, Cuba, julio (173.203.82.38) – El filósofo rumano Emil Cioran advertía: “No siempre nos movemos atraídos por la luz, a veces es la sombra la que nos empuja”. Tal vez el caso de Cuba confirme la sentencia del pensador más escéptico del siglo XX, al menos en cuanto a los cambios que planean desde la sombra del poder, limitados por los intereses del grupo dominante, obligado a mover fichas por su inoperancia funcional, el costo de las supuestas gratuidades, la presión de la incipiente sociedad civil, la carencia de fuentes financieras y el desgaste de medio siglo de centralismo y tutelaje.

Los cambios son lentos y retrasan las oportunidades. En el 2010, por ejemplo, solo el 2,9 de los cubanos tuvo acceso a Internet según la Oficina Nacional de Estadísticas; tal vez un 5 % si consideramos la venta de cuentas ilícitas para la red, lo cual confirma el control gubernamental sobre el flujo informativo, al extremo de abducir un encuentro de twitteros convocado, por jóvenes oficialistas.

La falta de expectativas sociales colinda con los anhelos de liberalización del comercio, la apertura del sector inmobiliario, la libertad de asociación, el acceso a Internet y empeños mayores como la despenalización de la discrepancia y de la prosperidad, atenazada por leyes y normativa que satisfacen a los envejecidos gobernantes.

Como una puerta en el muro percibimos la venta de casas y autos bajo condiciones impositivas. El gobierno gana pues estimula el incremento de las remesas (2,000 millones de dólares en 2010), elimina ilegalidades en las corruptas direcciones de vivienda y flexibiliza la construcción de casas y las inversiones inmobiliarias, mientras cobra nuevos impuestos, legitima la adquisición de sectores emergentes y crea un puente futuro para exiliados con divisas. Quedan al margen, por supuesto, quienes sobreviven de su trabajo en la isla.

En cuanto a los automóviles, recordemos que antes de 1958 circulaban en el país 180, 511 autos. En 2010, el 75 % del parque automotor está en manos del Estado, existen 3,5 millones de núcleos familiares y solo 1,2 % de habitantes dispone de automóvil, casi 38 vehículos por cada mil habitantes, lo cual indica la involución de la propiedad personal e incide en las limitaciones de transportación.

A pesar de la solidez del entramado burocrático ambas medidas son parte del “despegue”, como la paulatina entrega de tierras ociosas en arriendo, la autorización de oficios y pequeños comercios, la expulsión de un millón 300 mil trabajadores estatales y el ascenso de los precios de productos básicos.

Lo demás vendrá en dependencia de la presión social, proporcional a los efectos de los dictámenes citados, apreciable en las exigencias de los grupos opositores y del creciente número de periodistas, bloggers y twitteros, cuyo sentido crítico tropieza con la represión del pensamiento y la exclusión de discursos alternativos, avalado por 1,727 detenciones de enero a junio del 2011.

Todavía 38,000 personas abandonan el país cada año hacia USA y España fundamentalmente, unos 45,000 como promedio anual teniendo en cuenta otras formas de éxodo.

Al parecer, el régimen cubano se mueve “empujado por la sombra”. Como afirma la blogger Yoani Sánchez: “Los cambios no parten de la voluntad política de nuestros gobernantes sino del atrevimiento ciudadano. Sin el empuje de abajo, la frustración y la crítica que afloran, nuestros gobernantes no hubieran cedido un milímetro”.




Apertura y escasez

LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – Con el fin de energizar la economía del país, el Estado cubano está desatando algunas amarras convenientes para liberarse de la responsabilidad de prestar servicios que no es capaz de brindar y “soltarle el muerto” a la sociedad. Con evidente interés en dejar caer sobre los hombros de  la población  la tarea de arreglar el destrozo  económico causado en cincuenta  y dos años , se intenta “salvar al socialismo” a golpe de cafeterías particulares,  renta de hostales y autos, entrega de tierras ociosas, despidos  laborales y la autorización de algún que otro oficio privado.

A pesar de lo anterior, como era  de esperar, el maniatado espíritu empresarial de los  cubanos se ha desbordado y, de  la  nada han surgido cientos de cafeterías en todo el país. Desde pizzas y café hasta el salvador pan con aceite, se venden ya en cada cuadra de La Habana. En la  mayoría de los casos los  dueños de los pequeños negocios han convertido las puertas de sus viviendas o las ventanas a la calle en improvisados mostradores.

Entrenados en el socialismo, los cubanos se empeñan en buscar cómo llevar a  la  práctica la versión del capitalismo tropical que permiten ahora los  mandatarios. Sin recursos ni experiencia, los nuevos “empresarios privados” improvisan y se adaptan, con tal de comenzar un negocio que esperan sea próspero.

Por su parte, el  gobierno alardea de su apertura, mientras cobra brutales impuestos,  sin siquiera ofrecerle a los “empresarios” un mercado de insumos con precios de mayoristas que posibilite alguna ganancia, luego de pagar los leoninos impuestos y licencias.

Ante la ausencia de un mercado mayorista, los nuevos negocios tienen que abastecerse de los mercados minorista y negro, agravando aun más la escasez el desabastecimiento que ya abruman a la población.

Por ejemplo, son interminables las colas en las  panaderías. Mientras, los nuevos empresarios cuentapropistas compran cantidades considerables de pan por la trastienda y pagan precios más altos por la izquierda, para surtir cafeterías y paladares; o le pagan a gente para que haga las colas durante  la madrugada. Como consecuencia, la  limitada producción no llega a la población y los principales afectados son los más vulnerables, los jubilados y personas de menos recursos.

Quince minutos después de salir a la venta, el pan se agota, y ya es común escuchar a los frustrados consumidores decir frases como: “La culpa es de los cuentapropistas, que están arrasando con  todo”. Paradójicamente, mucha gente, responsabiliza a los cuentapropistas, y no al Estado, por el agravamiento de su miseria.

La  salsa  de tomate se vende de modo intermitente en  los mercados. La marca que tiene más demanda, debido a su precio más bajo, ha desaparecido del  mercado porque los dueños de las nuevas pizzerías particulares compran grandes cantidades para sus negocios. En las tiendas solo se encuentra un puré de tomate importado, que la gente no quiere, por su mala calidad y alto precio.

La escasez, incluso en el mercado negro, de productos, como la harina y la leche, indispensables para la elaboración de los alimentos que venden las cafeterías privadas y estatales, es un presagio del inminente aumento de sus precios.

A pesar de  la “apertura económica”, continúa la endémica escasez, que genera desconcierto y angustia en la población.  La gente sigue esperando el cambio que mejore sus dificilísimas condiciones de vida, pero no llega.

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Jintao en Washington

LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – Mao Zedong, al abandonar este mundo en septiembre de 1976, dejó a la Banda de los Cuatro luchando por preservar la revolución cultural que persiguió al pueblo y devastó China desde mayo de 1966.  Pero Deng Xiaoping, otros defenestrados en varias ocasiones, y reformistas, comenzaron la “Nueva Gran Marcha” en diciembre de 1978, con las cuatro modernizaciones: agricultura, industria, defensa y ciencia y tecnología.  Se iniciaba  la “reforma del sistema estructural y los métodos de la gestión económica”, otorgando importancia a la ley del valor, promulgada en la III Sesión Plenaria del Comité Central del Partido Comunista.

Barack Obama recibió a su homólogo Hu Jintao en enero de 2011, en lo que fue una visita de Estado de 4 días, que incluyó la firma de acuerdos para compras chinas por valor de 45 mil millones de dólares,  que podrían contribuir a crear 235 mil puestos de trabajo; una reunión con empresarios de las principales empresas de ambos países; la comparecencia del Presidente invitado ante ambas cámaras del Congreso; una cena con 200 ilustres participantes, incluido el concierto de jazz de Herbie Hancock y la presentación del pianista clásico Lang Lang; una conferencia de Hu Jintao con la prensa extranjera, y un viaje a Chicago.

Richard Nixon, Presidente republicano, tuvo la visión de iniciar la normalización de las relaciones de Estados Unidos con el gigante asiático, que visitó en marzo de 1972, cuando se iniciaba el ocaso de Mao y su revolución cultural, y cuando la Guerra Fría estaba aún caliente.

En aquel jugó un papel importante el Secretario de Estado, Henry Kissinger. Deng Xiaoping, al mes de imponer la reforma, y días después del establecimiento de relaciones el 1 de enero de 1979, viajó a Estados Unidos como viceprimer ministro. El Presidente Jimmy Carter lo  recibió tres veces y le ofreció una cena en la Casa Blanca a la que invitó a Nixon.  Para sorpresa de estadounidenses y chinos, Deng usó el sombrero tejano que le obsequiaron en Houston, donde visitó el centro espacial de la NASA; recorrió las sedes de Boeing y Coca-Cola, y habló de la nueva política de las cuatro modernizaciones.  Ya por entonces planteaba la “relación de socios estratégicos” con Washington, y pasados dos años comenzó a decir que “enriquecerse es glorioso”.

32 años después, Barack Obama, se propone sentar las  bases para los próximos 30 años, cuando China ha logrado el segundo lugar mundial en el Producto Interno Bruto, es el mayor acreedor de Estados Unidos, sale a “salvar” las economías europeas e invierte desaforadamente en el Tercer Mundo.

La gran acogida a Hu Jintao es el reconocimiento del peso actual, y sobre todo de las perspectivas de China más allá de la esfera económica. No obstante, pasará mucho tiempo hasta que logre alcanzar a Estados Unidos y otros países desarrollados en ciencia, tecnología e  invenciones; ramas priorizadas actualmente.

Si Margaret Albright alegó mil 100 millones de razones para estrechar las relaciones con China, actualmente hay mucho más que mil 300 millones.  Los objetivos norteamericanos son convincentes: las crecientes posibilidades de negocios para nutrir esas demandas, participar en los planes de desarrollo en el interior del país, realizar nuevas inversiones allí, lograr un comercio más balanceado y  la revalorización de la moneda china, así como la necesidad de entendimiento en la arena internacional, entre otros.

China, por su parte, requiere reconocimiento a su importancia, el mercado norteamericano para sus exportaciones, y el fin de la crisis económica en Estados Unidos para expandirlo y que no se deprecien los bonos del tesoro y los dólares;  necesita tecnología, inversiones, formación de sus cuadros, y muchas cosas más.

Entre las preocupaciones actuales de Estados Unidos, Japón, y otros países asiáticos, incluido Viet Nam, está el reforzamiento militar chino con avanzados aviones, misiles, submarinos y portaviones, así como su expansión  económico-comercial en el sudeste de Asia. Las amenazas de una Corea del Norte nuclear descontrolada, y las disputas por las islas Senkakus (japonés) Diaoyu (chino), con pequeños choques armados recientes, han reforzado las maniobras  navales de Estados Unidos con Japón, Corea del Sur y Viet Nam por separado, e impulsado la nueva estrategia de defensa nipona, que parece incluir la adquisición de submarinos y aviones.

Los derechos humanos fueron durante la visita de Hu Jintao el tema públicamente más álgido. China sigue violándolos en general, desde la ausencia de libertad de expresión y asociación hasta las arbitrariedades en el Tíbet. El mandatario chino pretendió bajarle el tono: “Hemos hecho enormes progresos en derechos humanos –dijo-, pero aún queda mucho por hacer”.  En realidad, en el famoso comunicado del III Pleno del CC de diciembre de 1978 se auguraba el respeto a los derechos, pero  empezaban por desmontar la revolución cultural, el culto a la personalidad, la concentración de poderes, la rectificación de veredictos erróneos, y la rehabilitación de personas injustamente acusadas, entre ellas Deng Xiaoping. En esta ocasión, el Presidente Obama tocó el tema repetidamente.

Hoy, en China hay más de 350 mil millonarios, que pueden ser miembros del Partido Comunista. El nivel de vida de la población se ha elevado considerablemente, pero existen unos 150 millones de paupérrimos y grandes diferencias entre las regiones.  El país se abrió a la inversión extranjera, con significativa participación de los chinos de ultramar, incluidos los de Taiwan, y los empresarios del continente invierten en todo el mundo, hasta en Estados Unidos. Millones de turistas foráneos  llegan y  cientos de miles de chinos hacen turismo en el extranjero, incluso en Cuba.

Más de 400 millones de personas tienen Internet, aunque el acceso es censurado. Los cibernautas no pudieron informar que Liu Xiaobo recibió el Premio Nobel en Oslo, Noruega, en diciembre de 2010, porque los sitios Web fueron bloqueados. A finales de enero del presente año, la palabra Egipto tuvo igual suerte. Indudablemente, los dirigentes chinos temen que sus ciudadanos recuerden los sucesos de la Plaza Tiananmen en 1989, y se contagien con el tsunami de los pueblos.

En Cuba, mientras tanto, nos preguntamos si el VI Congreso del Partido Comunista a celebrarse en abril, comenzaría un verdadero cambio; si  dirigentes reformistas y  militares propiciarán el progreso y la libertad democrática. ¿Acaso podrían progresar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?  ¿Tendremos Internet en nuestros hogares y no necesitaremos permiso para entrar y salir libremente de nuestro país? Sin copiar a nadie, pero siguiendo el curso avanzado de la humanidad.