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De cómo lograr una sociedad minimista

LA HABANA, Cuba, agosto, 173.203.82.38 -El verdadero éxito de la extendida revolución cubana fue establecer una sociedad minimista, mediante promesas de que las penurias  y los sacrificios fructificarían en la abundancia y el bienestar de todos. Los jóvenes de 1959 y las nuevas generaciones alcanzaron a vivir con lo imprescindible, que cada día era menos, hasta que se acostumbraron a subsistir con lo mínimo, sorteando muchas dificultades.  Más de dos millones abandonaron el país, varios millones más permanecieron por no encontrar forma de sobrepasar el mar, y nunca se conoció cuantos murieron intentándolo. Con entusiasmo los cubanos acometieron las inmensas obras orientadas por Fidel Castro, cerebro gestor de todas las ideas, pero terminaron desconociendo las breves Reflexiones enigmáticas de un anciano enfermo. Probablemente esa será una definición de la historia.

Evidencias sobran.  Al cabo de 53 años de socialismo castrista, los cubanos que han dejado de acudir a las tiendas en busca de frazadas para limpiar el piso, luego de meses en ese ajetreo y varios reportajes en la tele augurando el pronto restablecimiento de la oferta, toparon con el artículo ¿Desabastecimiento previsible? En el semanario Trabajadores, órgano de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el 13 de agosto (casualmente el día del 86 cumpleaños del Comandante en Jefe),  se explicaba extensamente las razones de la escasez.

Pero el último párrafo las resumía muy bien. “Varias razones coincidieron: las gestiones de importación del MINCIN (Ministerio de Comercio Interior) comenzaron con varios meses de atraso respecto a años anteriores; las TRD (Tiendas de Recaudación de Divisas) no las tenía planificadas y CIMEX (empresa-conglomerado de ese tipo de tiendas) contrató una cantidad pequeña; no había cobertura almacenada en el MINCIN para iniciar el 2012 y la industria nacional puede destinar para la población apenas 4,3 millones de unidades.  Son razones de peso que, unidas, condicionaron la actual escasez.  Evidentemente, el desabastecimiento pudo evitarse a partir de una elemental previsión.” ¡Elemental Watson!

Usualmente se consumen unos 30 millones de frazadas y la industria nacional solo tiene capacidad para producir 7,3 millones, y hasta el momento han arribado 2 millones de frazadas para la venta en moneda nacional y de concretarse lo concebido, el mercado deberá estabilizarse -presumiblemente- en octubre próximo, indicó Pilar Fernández González-Pardo, jefa del Grupo de Ventas Minoristas de Productos No Alimenticios del MINCIN, según el propio artículo.

Sin embargo, no se ha publicado explicación o justificación alguna sobre el detergente en polvo, desaparecido desde hace aproximadamente un mes en las tiendas de venta por divisas.  Ya los  paquetes de factura norteamericana que quedaban, fundamentalmente debido a  los precios elevados, se han esfumado.  En el mercado por peso moneda nacional no se vende ese producto.   Las pequeñas cantidades que se ofertan muy esporádicamente, en pocos establecimientos, ocasionan grandes colas y se agotan rápidamente.

Por otra parte, mientras en La Habana los mangos son escasos,  por lo que los precios están muy elevados, el mencionado periódico Trabajadores tiene el artículo “Tropiezos con los mismos mangos”, que narra: “Una vez más las precisiones quedaron cortas, las medidas adoptadas resultaron insuficientes y la campana del mango se ve afectada en la provincia de Holguín, sobre todo en el momento pico de la cosecha, cuando la maduración de la fruta no admite dilaciones”. Resulta que “en el Valle de Santa Rosa se han perdido unas 250 toneladas y quedan más de 2 mil por recolectar en un corto período, buena parte de las cuales pueden desaprovecharse también”.  El punto de acopio de la variedad industrial Julia está lleno porque la fábrica se encuentra parada y en el campo hay más que no pueden recoger.  Los campesinos esperan levantar actas y demandar a Acopio para tratar de que les paguen esas producciones, entregadas a tiempo y que estaban contratadas para la industria.  La campaña se inició en junio sin contratiempos, pero empezó a complicarse en julio por paralizaciones a causa de la falta de envases en la fábrica Turquino de Holguín, lo que se agudizó en agosto. La directora de la empresa de conservas manifestó que la última parada debe ser prolongada porque la fábrica de latas se rompió y tardarán en recibir los envases para reiniciar la producción.  Tampoco se puede trasladar los mangos hacia otras industrias del país, como la de Ceballos, porque tampoco tienen recipientes.  Se añade que “ante este panorama se impone que Acopio aumente las entregas a la población, cuando la presencia del mango en los agromercados holguineros es inestable”. El articulista llega a la conclusión evidente de que resulta inconcebible que se pierdan los mangos por no tener donde conservarlos en pulpa y mermelada ni se consuma una mayor cantidad fresco, como demanda la población.

Si estas cuestiones se plasman en la controlada prensa de Cuba, puede imaginarse la inmensa cantidad de hechos similares que acontecen en todo el país, posiblemente de mayor importancia aún para la economía nacional y la población en general.  Evidentemente la planificación centralizada, la recia burocracia, las ataduras impuestas a directivos, la costumbre de elaborar engañosos informes de cumplimiento de los planes para satisfacer las ordenes alejadas de la realidad, la inexistencia de control en cuanto a costo, resultados y ganancias o pérdidas, han ocasionado irresponsabilidad e inercia. Simultáneamente los bajos salarios de los trabajadores y los precios de acopio para los productores, imposibilitados de incidir en el logro de mejores resultados, han cercenado la capacidad creativa del pueblo.

Por más altisonante que resulten los reclamos de los dirigentes nacionales y los lineamientos del Partido Comunista, no se espabilará una sociedad atontada durante  cinco decenios con las consignas e imposiciones del totalitarismo inmovilista.  Constantemente se patentiza la imposibilidad de “actualización del modelo” que ha llevado el país al borde del precipicio, e igualmente quienes lo impusieron han demostrado su incapacidad de elevarse por encima de sus inmensas faltas, para permitir los cambios, a pesar de que el presidente actuante reconoció  públicamente su imperiosa necesidad hace unos 5 años.

El gobierno no debería confiar tanto en que los desesperados buscarán la solución en la difícil salida hacia el exterior y los demás seguirán amoldados a la minimización de su única posesión: la vida propia y la de sus familias.