LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Fue una gran conquista de Rosa Berre (La Habana, 1941-Miami, 2006) desenmascarar públicamente a los medios de comunicación de Fidel Castro, cuyos escribidores están dispuestos a mentir a cambio de migajas.
Cuando, en los albores de internet, auxiliada de una vieja computadora, un fax, su ingenio y su fuerte personalidad, se le ocurrió organizar un grupo de periodistas que escribieran sobre la verdad de Cuba, desde la misma boca del león, muchos creyeron que se había vuelto loca.
¿Quiénes se atreverían a informar sobre la situación de los presos políticos, la ineficiencia de los líderes para gobernar el país, las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos, la opinión del pueblo, todo lo que oculta la prensa nacional? ¿Y qué podría ocurrir con los que tuvieran tan tremenda osadía?
Desde la cocina de su casa en Coral Gables, Florida, a principio de 1994, aquella mujer de carácter dulce, pero enérgica, fundó la página de Cubanet: un refugio a todos los que, marginados, no podían hacer uso de su libertad de expresión, un verdadero desafío a la mano larga de la policía política castrista, que podía llegar hasta su mismo barrio.
Ese año Rosa hizo realidad su sueño y a medida que pasaban los meses, aquel grupo de valientes creció en número y calidad profesional, con el fin de convertir a Cubanet en una fuerza capaz de influir en el surgimiento de una sociedad civil, e informar al mundo la realidad cubana.
La historia de Rosita, como le decíamos con un gran cariño y respeto, no es muy conocida. Graduada en la Escuela Normal para Maestros, estudiante de periodismo en la Universidad de La Habana, desde muy joven perteneció a aquella generación que confió en la Revolución de 1959, como una solución para erradicar las injusticias sociales. Laboró en el Periódico Hoy, desaparecido en 1965, y a finales de la década del sesenta despertó del romanticismo que tanto daño nos hizo a muchos y fue acusada de tener ¨problemas ideológicos¨, junto a su compañero de la vida Carlos Quintela, fallecido en el exilio en 2001.
Expulsados ambos de sus trabajos, castigados a trabajos agrícolas en Pinar del Río, fueron llamados ¨réprobos¨ por Raúl Castro, pero se mantuvieron ¨…con la dignidad de los que rompen con la falacia revolucionaria desde el poder¨, como señaló nuestro paladín de los Derechos Humanos, Ricardo Bofill.
En 1975 Rosita se dedicó a la artesanía. Buscando el aroma de la libertad, en 1980 entró con su esposo y sus dos pequeñas hijas en la Embajada del Perú, donde esta familia, digna y honrada sufrió durante largos días quizás la peor pesadilla de su historia.
Luego, padeció en carne propia la despiadada política de Fidel Castro de incitar a las masas cederistas a golpear y ofender a todos los que prefirieran salir de Cuba, en los llamados ¨actos de repudio¨.
Con esa amargura, con esa traumática y triste experiencia, Rosa y Carlos emprendieron juntos el duro camino del exilio por el puerto del Mariel, de donde en abril de 1980 comenzó el éxodo de más de 125 mil cubanos hacia Estados Unidos.
Hoy, al cabo de casi veinte años de su fundación, y siete de la muerte de Rosa, el 19 de octubre de 2006, Cubanet continúa su trabajo de apoyo a la prensa independiente y el derecho a la libertad de expresión, y contribuye, de esta forma, al fortalecimiento de la sociedad civil cubana, ¨…elemento legítimo de la democracia¨, como lo designó el maestro Vaclac Havel.
Con la desaparición física de Rosa, muchos en Cuba pensaron que también desaparecería Cubanet, pero, como si a través de desconocidos hilos invisibles la gran amiga, empeñada en la libertad de Cuba, nos siguiera protegiendo, Cubanet continúa manteniendo vivo su legado. Sin necesidad de decirlo, cada nuevo texto publicado en la página constituye un homenaje a Rosa Berre.