MIAMI, Florida, agosto, 173.203.82.38 -En estos momentos están circulando varias noticias de interés para la Sociedad Civil emergente de Cuba, y para las ONGs internacionales que pretenden apoyarlas desde el exterior.
Aunque estas informaciones podrían situarse en distintos ángulos de la realidad cubana, todas ellas se encuentran relacionadas con un hecho que ha impactado a la comunidad internacional: la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas.
La primera de estas noticias es la que informa sobre el retorno a Suecia del activista sueco “Jans Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil del Partido Demócrata Cristiano sueco”. Según la información, “Modig también hablaría con periodistas sobre el caso Payá después de descansar junto a su familia”.
A continuación, se conoce la protesta formulada por opositores por el editorial publicado el martes en la primera página del diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. En dicho escrito, bajo el titulo “La verdad y la razón”, se acusa a la disidencia de haber organizado “un espectáculo macabro” en los servicios fúnebres del opositor Oswaldo Payá y se califica a los disidentes de “vulgares agentes y traidores a su patria”.
Por último, la televisión cubana presentó un video en el cual un grupo de ocho mexicanos confiesan haber sido enviados a Cuba por exiliados de Miami para incitar protestas y toma de iglesias durante la visita del papa Benedicto XVI. Además, los activistas manifestaron haber sido instruidos por el Directorio Democrático Cubano, con sede en Miami, y un colaborador del Partido de Acción Nacional (PAN), de México” (…), para realizar actos considerados ilegales por el gobierno castrista; tales como distribuir celulares y unidades de memorias USB.
Todas las informaciones antes expuestas, tienen un objetivo común: minar la ayuda internacional a la sociedad civil en Cuba.
Con el caso Alan Gross, el gobierno cubano logró el cese de esta ayuda desde los EE UU. Con el caso Payá se apunta a Europa, se pretende que las ONGs europeas interrumpan su colaboración con las distintas organizaciones cubanas que luchan pacíficamente para que el gobierno de los Castro permita el desarrollo de una sociedad civil alternativa en la Isla.
El caso del sueco Modig y del español Ángel Carromero, ha evidenciado la intransigencia de este régimen, y la brutalidad de los métodos a los cuales puedan llegar, con tal de no permitir la divulgación de un pensamiento alternativo y plural en la sociedad cubana.
Lamentablemente, se puede prever que las muertes de Laura Pollán y de Oswaldo Paya no serán los únicos casos en los cuales se verá involucrado el gobierno castrista.