
LA HABANA, Cuba -En su edición del domingo 1ro de junio, el semanario Tribuna de La Habana daba la voz de alerta acerca de los problemas que afronta la actual serie provincial de béisbol en La Habana. Se refería a la pésima calidad de los juegos, las indisciplinas cometidas por atletas y aficionados- que incluyen agresiones físicas a los árbitros-, y las precarias condiciones de los estadios para alojar a la prensa.
Unos días después de la publicación, me dirigí al estadio Santiago “Changa” Mederos, en la Ciudad Deportiva capitalina, donde se iniciaba la fase final de la serie provincial, con los ocho equipos clasificados en la ronda eliminatoria. Los rivales en el partido eran La Lisa y Boyeros. Y, realmente, las anomalías que encontré superaban lo expuesto en el Tribuna.
Llegué media hora antes del comienzo del juego. No había ningún pelotero en el terreno haciendo ejercicios de calentamiento. Estaban sentados en las gradas -los dos equipos-, escuchando música, conversando, y ajenos a la competencia en la que iban a tomar parte. Un rato después, los managers los llamaron al terreno. Fue evidente el desgano con que cumplieron la orden. Incluso no faltó quien pusiera en entredicho la autoridad de su director.
Semejante tardanza hizo que los peloteros estuviesen “fríos” cuando los árbitros salieron al terreno, a la hora fijada para la voz de “play ball”. Al equipo home club no le quedó más remedio que mandar al box a su pitcher sin calentar el brazo. Ver en el terreno a árbitros y peloteros fue contemplar algo parecido a una serpentina multicolor, pues no existe el uniforme que identifique a los equipos. Uno de los jueces, incluso, vestía pullover y jeans.
El “Changa” Mederos carece de un recogedor de pelotas. Un detalle que torna lentos los partidos, ya que los jugadores deben salir constantemente a la zona foul para recoger las pelotas. La lentitud y la apatía de los peloteros terminaron por aburrirme, y decidí marcharme apenas comenzado el juego. Fue entonces cuando advertí que las gradas estaban casi desiertas. Y así pretenden recuperar el terreno que el fútbol les ha ido robando…
Ya en la calle, me topé con uno de esos aficionados que no se pierden ni un solo juego de pelota, en cualquier nivel. Rápidamente me dio sus impresiones:
-Mire, este año la serie provincial es un desastre. Lo que digan los periódicos es poco. En la fase clasificatoria hubo equipos que perdieron por no presentación, alegando que no tenían medios de transporte para llegar a los estadios. Y muchos de los mejores peloteros no venían a jugar. Total, después no pasa nada, pues los seleccionan para el equipo Industriales en la serie nacional.
Tales insuficiencias en la serie provincial habanera- que probablemente se repitan en otros territorios del país- constituyen un mal augurio para la próxima serie nacional de béisbol, y también para la participación de Cuba en el torneo de este deporte en los centroamericanos de Veracruz, a celebrarse en noviembre.
Un certamen que Cuba “aspira” a ganar, pero donde encontrará fuertes rivales en las novenas de México, Puerto Rico Venezuela y República Dominicana.