LA HABANA, Cuba. – En Cuba, los periodistas oficialistas, para no mencionar a Fidel Castro a la hora de comentar los grandes fracasos del país ―que es lo mismo que decir que de la Revolución castrista no queda nada, que se fue a bolina como el globo de Matías Pérez―, se refieren a “Papá Estado”, como si se tratara de un ser inexistente.
Uno de ellos trató de explicar que toda la culpa del desbarajuste económico que se sufre en Cuba la tiene “Papá Estado” y no los señores Castro, sobre todo el que aún se mantiene de pie, puesto que cuenta con un ejército para reprimir las ansias de libertad del pueblo.
El colega José Alejandro Rodríguez, con su comentario “Con lupa para llegar abajo”, publicado en el periódico Juventud Rebelde del pasado 15 de diciembre, se aprieta su corazoncito y logra, a lo largo de cientos de palabras, no mencionar el nombre del dictador de Cuba, así como de su sucesor, ambos representantes absolutos de ese “Papá Estado” que todo lo hizo mal durante 60 años.
Hoy, para desgracia de ellos, José Alejandro describe al desnudo todo lo que representan para Cuba las meteduras de pata de “Papá Estado”, después que los hermanitos se empecinaran en un socialismo que nunca ha dado pie con bola, según confesara el propio Raúl Castro en los meses de abril, agosto y diciembre de 2011, tres años antes de tomar el poder político: “Lo único que puede hacer fracasar la Revolución y el socialismo en Cuba es nuestra incapacidad para superar los errores que hemos cometido durante más de 50 años y los nuevos que pudiéramos cometer”. “Nuestro peor enemigo no es el imperialismo, sino nuestros propios errores”. “Tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas”.
Luego de conocer estas confesiones de Raúl Castro, ¿qué pudiera hacer el pueblo, que no fuera la rebelión? ¿Cuáles son esos tantos errores, que la prensa cubana no quiere señalar por lo claro? ¿Será el modelo económico, como dijo Fidel Castro en 2010: “un modelo que no servía ni siquiera para nosotros”?
Según los portavoces de la prensa castrista, entre esos errores está la sobreprotección igualitarista, porque “Papá Estado” no supo o no pudo encauzar a sus muchachos en el fundamento de que todo sale del trabajo, del cual viene la prosperidad; porque no se manejó la economía con inteligencia, porque no se detectaron a tiempo los problemas que se presentaban, porque no se tuvieron en cuenta jamás los estados de opinión del pueblo.
Ahora ya es tarde. Ni estudios ni análisis podrán hacer resucitar el cadáver de “Papá Estado”.
Un amigo matemático sacó cuentas, como no las han podido sacar Murillo y compañía, y dio como resultado que, para vivir en la Cuba de los Castro, para que el trabajador no quede desamparado, deje de inventar y pueda vivir decentemente, sin robar, sin acudir a la bolsa negra y para que sus hijos duerman con algún alimento en sus barrigas, necesitará alrededor de 10.000 pesos al mes, no las limosnas de Murillo, que ignoran el taxi que se toma por necesidad, el helado en pleno verano, el cumpleaños del más pequeño o un simple regalo en un aniversario de bodas.
Todo está más que claro. No es necesario argumentar más, ni llamar “una situación compleja” a lo que se vive en Cuba. Aceptemos de una vez por todas que ante nuestros ojos está el desmerengamiento de la Revolución Cubana. Eso es valentía y honestidad. Lo demás es pura bazofia.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.