MIAMI, Estados Unidos. ─ Luis Manuel Otero Alcántara, artista plástico y de performance, líder opositor y fundador del Movimiento San Isidro ─conformado por artistas, escritores y músicos, casi todos afrodescendientes─ estaba en su séptimo día de una huelga de hambre y sed en su domicilio localizado en Calle Damas 955, en La Habana Vieja, cuando la policía política lo sacó de su hogar en la madrugada del domingo para retenerlo en el Hospital Calixto García.
Otero Alcántara ─quien no ha suspendido su huelga de hambre y sed, y cuyo estado actual en manos de las autoridades policiacas se desconoce─ ha exigido al régimen cubano que la policía y las autoridades de Seguridad del Estado cesen de violar sus derechos humanos y los del pueblo, que dejen de hostigarlo, golpearlo, atacarlo y arrestarlo como han venido haciendo regularmente durante meses contra él y contra otros colegas por expresar pacíficamente su oposición al régimen cubano. También ha exigido la devolución de sus obras de arte que fueron confiscadas en una redada policial de su casa.
Ninguna de sus exigencias ha recibido respuesta. El estado represivo cubano ha impuesto mayor agresión: el Ministerio del Interior y la policía nacional acordonó el área de la calle Damas impidiendo que su familia, sus amigos y colegas puedan verlo o estar con él. La intención –al menos hasta que lo sacaron a la fuerza del recinto─ era que estuviera solo y desamparado en estos momentos.
Otero Alcántara es uno de los muchos hombres y mujeres afrodescendientes que sufren y han sufrido la constante represión del aparato de seguridad cubano. Él es la más reciente víctima de la dictadura racista implantada por los Castro, que sigue en ascendente “continuidad” bajo el mando de Miguel Díaz-Canel. En años anteriores, desde el principio del proceso revolucionario, las víctimas black and brown de la represión incluyen a Nicolas Guillén Landrián, cineasta; Ernesto Díaz Rodríguez, poeta; Walterio Carbonell, eminencia intelectual de las humanidades; Esteban Luis Cárdenas, poeta; Eusebio Peñalver Mazorra, excombatiente del Movimiento 26 de julio; Tania Quintero, periodista independiente; Victoria Ruiz-Labrit, educadora y activista; Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, prisionero político; Orlando Zapata Tamayo, trabajador de la construcción, activista y preso político fallecido en huelga de hambre en prisión; Oscar Elías Biscet, médico y preso político; Félix Bonne Carcassés, profesor universitario y líder opositor; Guillermo Fariñas, psicólogo y líder opositor; Berta Soler, líder del movimiento de derechos humanos “Damas de Blanco”; Silverio Portal Contreras, prisionero político, y muchísimos más.
El mundo tiene que mantenerse alerta a través de las publicaciones digitales independientes y las redes sociales de los activistas sobre el estado de salud de Otero Alcántara en su huelga de hambre y sed, especialmente ahora que, estando contra su voluntad preso en el Calixto García, el artista disidente está total y absolutamente en las manos del régimen. También es el deber de todos condenar y denunciar las violaciones de derechos humanos en Cuba, y el maltrato contra cubanos afrodescendientes, especialmente activistas y opositores/as pacíficos.
¡Qué cese el atropello de cubanos afrodescendientes a manos del régimen racista y blanco-supremacista cubano!
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