LA HABANA, Cuba. – Los cubanos, sin nada que celebrar este fin de año, esperan 2021 con gran incertidumbre. La “Tarea Ordenamiento” fue anunciada el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, por Miguel Díaz-Canel al lado de un Raúl Castro silente.
En la actualidad Cuba atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia. A la unificación monetaria y cambiaria se unió la supresión parcial de los subsidios considerados indebidos, la reforma salarial, de las pensiones y los precios. El sistema de racionamiento de productos alimenticios se mantendrá, pero con incremento de los precios de la mayoría.
Díaz-Canel expresó que es una de “las tareas más complejas que ha enfrentado el país” y no estará exenta de riesgos como la inflación, dijo. El gobernante también aseguró que no se permitirán precios abusivos o especulativos, los cuales se enfrentarán socialmente con medidas de contención y severas sanciones a los incumplidores. Otros dirigentes han manifestado que ahora hay que trabajar, porque se han eliminado las subvenciones indebidas, y muchas personas tendrán que buscar empleo. Esas soluciones son contradictorias.
La unificación monetaria y cambiaria llegará el 1 de enero de 2021, en el 62 aniversario del triunfo de la Revolución. En 2010, Raúl Castro expuso las principales medidas enunciadas en los Lineamientos para la Actualización del Modelo Económico, que actualmente integran la “Tarea Ordenamiento”. Diez años se tomaron las autoridades para diseñar las medidas, sin prisa, que ahora implementarán de sopetón.
Como nunca antes, los cubanos están hablando y escribiendo en las cajas de comentarios de los sitios oficiales. Cuando contraponen los nuevos salarios a la subida de los precios de los alimentos, el transporte, la electricidad, los medicamentos y otros gastos, la cuenta no les da.
Según Marino Murillo, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, la intención de su gobierno es recuperar el papel del salario en la satisfacción de las necesidades del trabajador y su familia; distribuir las riquezas a favor de los que trabajan, entendiendo el trabajo como fuente principal de riquezas y de ingreso.
Ciertamente, el trabajo perdió su valor por los bajos salarios, las malas condiciones en los centros laborales, los trabajos voluntarios innecesarios, los cumplimientos inflados de los planes, las reuniones y emulaciones. Muchísimas personas lamentablemente dependen de la llegada de remesas para subsistir, o se corrompieron durante generaciones “buscándose la vida” mediante el robo, la corrupción y el mercado ilegal. Los valores éticos y morales, otrora orgullos de los cubanos, se perdieron. Como todo acá, hay que recuperarlos, aunque sea a más largo plazo que la recuperación económica.
Las empresas tendrán una mejor tasa de cambio, lo que debería estimular la exportación en detrimento de la importación, con mejores posibilidades salariales para los trabajadores. Pero muchas de ellas quizás tengan que reducir su personal o cerrar por ineficientes, ya que no dispondrán de la subvención estatal. El sector de la gastronomía y el comercio minorista será reorganizado, lo cual podría implicar que muchas entidades cierren o pasen a los actuales empleados, similar a lo realizado hace unos años con las barberías, peluquerías, algunos restaurantes y cafeterías que súbitamente se convirtieron en cooperativas.
El gobierno no tiene plazas para los desempleados. Las probables opciones estarán en la agricultura, pero difícilmente las personas que se han mudado a los pueblos y ciudades quieran regresar a los campos, aunque se ofrezcan tierras en usufructo y aumenten los precios de compra de las cosechas y los salarios. La ampliación de las ocupaciones permitidas en el trabajo por cuenta propia, prometidas desde hace meses, no se ha anunciado, de manera que esa fuente para absorber a los desempleados, denominados “interruptos”, no existe aún.
El TCP se reabrió en 2010, cuando 157.371 personas lo ejercían. Entonces, el general-presidente Raúl Castro expuso el propósito de que asimilara 1,3 millones de trabajadores sobrantes en las empresas estatales, en un período de tres años. En 2015 había más de medio millón de trabajadores por cuenta propia, pero luego no ocurrieron aumentos apreciables, debido a la divergencia de criterios en la cúpula gobernante sobre la acumulación de riqueza.
Mientras el dólar retoma preponderancia por las tiendas de venta en Moneda Libremente Convertible abiertas a fines de 2019, las esperanzas de los cubanos están nuevamente en Estados Unidos: en enero próximo Joe Biden quizás levante sanciones contra el régimen y restituya las medidas de la Administración Obama. No obstante, el progreso de Cuba depende de todos los cubanos de aquí y de acullá.
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