¿Qué podrá decir Raúl Castro en su mensaje de año nuevo?


QUITO, Ecuador.- Mientras gran parte del mundo espera el fin del 2015 y el advenimiento del año nuevo, Cuba, la enigmática isla caribeña, estará esperando un nuevo aniversario de lo que han llamado “el triunfo de la revolución”. Justamente este primero de enero la dictadura comunista ya tendrá sus cincuenta y siete años en el poder.
Cuando la mayoría de los países estén entre fiestas o preparativos y proyectos para enfrentar una nueva etapa en sus vidas, por cuanto son días de júbilo, los cubanos que aún quedan en la isla tendrán que soportar, una vez más, los comunicados gubernamentales con su retórica obsoleta y el repaso de los “logros y victorias revolucionarios” del período que termina; y como es lógico, la felicitación “en nombre del partido”, el comunista, el único oficial por más de medio siglo; aunque ya nadie crea en esa desacreditada organización.
Tal vez en los años iniciales de la revolución cubana parte del pueblo les creía. Aún durante los setenta había muchos seguidores –y más que esto, fanáticos– del líder gestor. Las circunstancias históricas son diametralmente opuestas en el contexto actual. Se sabe que la mayoría de los cubanos esperan un cambio que les proporcione un mínimo de condiciones de supervivencia inicial y luego, de mejoramiento para continuar sus vidas, y todos están convencidos que el degradado gobierno no es quien podrá garantizarles dichas condiciones.
La inseguridad, el temor, la frustración y en primer lugar la incertidumbre, están presentes en los cubanos de estos tiempos. La imposibilidad de poder realizarse en sus vidas y la ausencia de proyectos matizan a varias generaciones. Algunos decidieron solidarizarse con el gobierno, mostrando así solo una parte de su rostro, la otra enfrenta la realidad, aunque en el silencio, ante el temor de perder sus puestos de trabajo o su posición privilegiada en el seno de la sociedad; otros resisten pasivamente en la espera de ver lo que sucederá en un futuro que se espera desde hace ya varias décadas.
Muchos decidieron marcharse, eligiendo el exilio como vía para seguir adelante, no importa el lugar, las condiciones, las limitaciones, la añoranza familiar o por el suelo natal, pero distantes del comunismo. Son ya millones los cubanos dispersos por el mundo: Estados Unidos de Norteamérica, México, Canadá, Ecuador, Honduras, Costa Rica, Brasil, Chile, Uruguay, España, Italia, Francia, Suiza, Bélgica, Rusia, Holanda, y aunque increíble hasta en la China y Australia.
Otros ya han emprendido un camino más digno: el de la insurrección, el de enfrentar a la peor dictadura del continente. En este sentido merecen destacarse la UNPACU, las Damas de Blanco, entre otras organizaciones, que han mantenido a través de varios años una actitud de protesta pacífica, digna de reconocimiento, a pesar de la represión extrema y la agresión constante por parte de los órganos represivos del gobierno cubano.
En estas circunstancias: ¿cual podrá ser el mensaje de año nuevo que coincide justamente con el aniversario del triunfo revolucionario cubano? ¿Cómo es posible que Raúl Castro y sus súbditos puedan felicitar a un pueblo que no los quiere como gobernantes y que dejó de creerles hace ya mucho tiempo?
¿Podrán felicitar al pueblo por los 57 años de dictadura?¿Podrán presentarse en público con sus habituales consignas, cuando han permanecido ajenos al conflicto humanitario de carácter continental desencadenado como consecuencia de un sistema fracasado que no ha sido capaz de proveer las condiciones mínimas de subsistencia a todo un pueblo?
Ellos son capaces de todo, la ironía y el cinismo los ha caracterizado desde siempre, por tanto es de esperar que aparezcan ofreciendo cifras del comportamiento del turismo, mientras que el pueblo es sometido a una hambruna que ya empieza a parecerse a la que sufrieron los rusos en los tiempos de Stalin y Lenin. Quizás hablen de su utópico sistema de salud, con el dato de la baja mortalidad infantil, aunque paradójicamente hayan tenido que encerrar de nuevo con candado a los médicos porque todos quieren escapar y los hospitales estén cayéndose a pedazos y no haya ni aspirinas en las farmacias.
En estas circunstancias llegó la Navidad y el año nuevo para los cubanos. Una Navidad que renació, como todo en Cuba por decreto del gobierno, luego de más de cuatro décadas de absurda y cruel prohibición.
Lamentablemente en medio de la represión, preocupado por el destino de miles de compatriotas varados en Centroamérica, con su derechos humanos violentados y sumido en la incertidumbre de un futuro no predecible, el pueblo cubano ha tenido una triste Navidad y espera la llegada del año nuevo. Tal vez, le quede la ilusión de que el 2016 traiga esos anhelados cambios que terminen con casi sesenta años de tiranía de la familia Castro y permitan a nuestra nación volver a ser lo que fue en el pasado y reconquistar lo perdido durante estos duros años.