LA HABANA, Cuba.- Al parecer, estamos ante una nueva ofensiva de “cándidas” periodistas españolas que tratan de vender a los hombres de negocio una nueva imagen del castrismo.
Ha aparecido otra Casandra ibérica que, desde el sitio web español Cinco Días profetiza una cornucopia inexplorada en Cuba. La señora, que responde al nombre de Carmen Muñoz Puentes, se refiere al “promisorio sector agropecuario” cubano.
¿Habrán contratado sus servicios para que promocione las inversiones en este nuevo milagro del castrismo?
Después de mencionar el gancho de “las oportunidades de inversión existentes”, Carmen Muñoz cita a unos empresarios que dicen que el régimen cubano, tras el levantamiento del embargo comercial norteamericano, estaría listo para el libre comercio.
Se refiere la periodista a las declaraciones del señor Pau Solanilla, director general de Llorente & Cuenca y Pese, quien ha detectado oportunidades de hacer un buen negocio con la exportación de alimentos a Cuba.
Confrontando datos de la Oficina Económica y Comercial de España con los suministrados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), Solanilla descubrió el agua tibia: que Cuba importa el 70% de los alimentos que consume.
Cita Carmen Muñoz al señor Alfredo Bonet, ejecutivo de la Cámara de Comercio de España, quien afirmó que “las importaciones de alimentos tuvieron un costo para Cuba en 2015 de casi 2 000 millones de euros”.
Bonet cree que España puede jugar un papel fundamental en ese comercio.
Según Carmen Muñoz, el consejero comercial de la embajada española en La Habana, Klesser Saiz, le dijo que cree que para que el sector agroalimentario prospere en Cuba es necesario estimular la producción y la propiedad privada. “El régimen no debe limitar los sectores potencialmente productivos”, dijo.
El docto diplomático considera que el sector agroalimentario es uno de los que mayor oportunidad de inversión brindaba en la última edición de la cartera de oportunidades mostrada por el gobierno cubano.
Las principales exportaciones españolas a Cuba, que representan casi mil millones de euros, son de bienes de consumo, equipos, maquinarias, y bebidas y alimentos, que representan poco más del 9%.
Saiz afirma que “los productos españoles se encuentran bien posicionados en este mercado” y que si no están mejor es porque las autoridades cubanas prefieren los precios de los norteamericanos, aunque tengan que pagarles al contado.
Para no atormentar más al lector con galimatías inverecundos, unas preguntas.
¿Cuántas empresas españolas de las cerca de 200 que hay actualmente en Cuba, con la excepción de Bravo, han tenido éxito en el negocio de la venta de alimentos?
¿Puede alguna de estas empresas, presentes o futuras, competir con Sherrit Green, que lleva 20 años abasteciendo de productos agropecuarios al turismo en la Isla?
¿Podrán siquiera competir con la cubana Tauro, decana del rubro en el país?
¿Será casualmente el señor Pau Solanilla, director general de Llorente & Cuenca y Pese, quien contrató los servicios promocionales de la periodista Carmen Muñoz para algo más milagroso que el petróleo de Motembo?
No estoy en contra de que cada cual se busque la vida como pueda, pero le advierto a Carmen Muñoz que debe tener cuidado, no vaya a ser que embulle a algunos compatriotas suyos y luego le reclamen cuando se queden, como decimos los cubanos, embarcados.
Recuerden lo que pasó a aquellas varias decenas de empresarios españoles a los que les fueron expropiados hasta sus celulares o los estafados de Repsol, Poliplast o Barreiros, que creyeron haber descubierto El Dorado y terminaron abandonándolo todo y retirándose a toda prisa, antes de que las pérdidas fueran mayores.
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