Los tatuajes de Olivera


LA HABANA, Cuba, febrero -El libro Tatuajes en la memoria nos impone una lectura diferente a los anteriores poemarios de Jorge Olivera Castillo. No por un mayor nivel cualitativo, novedad temática ni jerarquía estética, sino por la búsqueda y aporte de nuevos y más profundos matices, que complementan la totalidad poética de un enriquecedor y amplio recorrido por la sensibilidad humana en diversos tonos discursivos.
Publicado por el Pen Checo y People in Need (2014), estos tatuajes grabados por Olivera nos muestran ese sedimento vital que portamos a través de la vida, y que convertido en arte, nos suelta en el poema como si nos adentráramos en un mar de sensaciones e imágenes que conmueven e iluminan desde cada texto.
Poesía vigorosa, sutil o íntima como el tema y la inspiración lo exijan, los poemas que conforman la realidad de unos tatuajes grabados en la piel y en la memoria, pese a sutiles o recrudecidas transformaciones, son a la vez el mismo y un nuevo paisaje en la poética de Olivera.
El estilo, la forma y el tono, convertidos en dóciles herramientas en la voz del poeta, ahondan, sacan a la superficie, aceleran o ralentizan todo un caudal de vivencias y sensaciones que, como en el río pintado por Heráclito, nadie se baña dos veces aunque se sumerja en las corrientes del poema en miles de ocasiones.
La estancada y marginadora realidad política en que se hunde Cuba, el derrumbe de los paradigmas sociales, la caída en picada de los valores éticos sometidos a imposiciones ideológicas y económicas deshumanizantes, son temas y parte del escenario donde el bardo canta con similares instrumentos a la vida y al amor.
En la primera parte del poemario, desde el verso inicial, Olivera nos ubica en un contexto donde el tono directo, alternado con el símil o la metáfora, nos da la panorámica de un escenario, que sin una confrontación bélica tradicional, nos ubica en un país sumido en una guerra moral, a muerte, dentro del propio bando:
La vida es un simulacro de guerra.(…) /Y al otro lado la envidia nos apunta
A los pechos desnudos./Esto parece la tercera guerra mundial/(Sobreviviremos)
“Teatro de operaciones”
Asimismo, en el propio entorno y primera parte del libro, Olivera critica, cuestiona y revela en tonos conceptuales, irónicos o abiertamente contestatarios desde el ropaje poético, la permanencia del gobierno en el poder, las promesas incumplidas, el endiosamiento dictatorial y la vanidad de las autoridades del país.
Poemas como Revolución, Marxismo-Leninismo, Desequilibrios, Despotismo y Residencia de los caudillos, entre algunos que dan una amplia panorámica de la corrupción, el rencor, la soberbia, la utopía fracasada, y la represión que impide la normalidad en el país, son muestras de que la visión del escritor se acentúa, perfila, y arroja nuevos datos o matices sobre la recurrente realidad de la nación.
Pero no todo es deprimente o corrosivo en el trascurso de Tatuajes en la memoria. También la esperanza, los sueños, el honesto vivir y el amor dejan huellas imperecederas en el imaginario y las vivencias físicas y emocionales de un pueblo al que siempre lo caracterizó el buen humor y la entrega por los demás.
En la segunda parte del libro, un texto resume la unidad conceptual del amor como simiente y cima de la inmortalidad, junto a otros poemas que en esta sección van entretejiendo, en miradas únicas o múltiples, todo lo que el humano puede dar y recibir para permanecer, más allá de gobiernos y tribulaciones del azar.
Aclaración
Inmortal no es el caballo de plata/Que trota sobre los anillos de Saturno/Y deja un rastro de luna con su cola./Inmortal eres tú/ Encerrada en este círculo de versos/Que se yerguen como lanzas/Apuntando hacia el cielo.
Luego de esta metafórica y contundente apreciación de la inmortalidad, quienes accedan a unos Tatuajes en la memoria grabados en poemas como Audacia, Detalles, Resolución, Intimidad, Urgencias y Fiebre, podrán acabar de entender que nada nos eleva y hace permanecer tanto como el amor en sentido general.