LA HABANA, Cuba -Los derechos humanos en Cuba son el tema a sortear en las negociaciones emprendidas por la Unión Europea y Estados Unidos para encauzar las relaciones con el gobierno cubano, que pretende solapar los derechos políticos con los índices de desarrollo humano en Cuba. Comparado con los países más atrasados de América Latina, son elevados, pero 56 años del mismo sistema ha logrado hacer olvidar los niveles que existían en 1959, muy superiores incluso a países actualmente miembros de la UE. En realidad, se partió con ventajas, si bien debían superarse desigualdades.
Hasta la década de 1990 se avanzó porque el gobierno los priorizaba para presentarlos como sus logros, a fin de conseguir el apoyo de la ciudadanía y reconocimiento internacional, pero desde entonces se ha producido una caída en picada de los servicios sociales, imposible de achacar, como pretende el gobierno, a las repercusiones del embargo norteamericano, del que no se habló mientras existieron las subvenciones malgastadas, provenientes de la Unión Soviética y sus aliados del este de Europa.
Nadie en los organismos internacionales y gobiernos que alaban los logros de las autoridades cubanas se pregunta cómo es la calidad de vida de los cubanos. Basta con mirar bien a las cubanas y cubanos simpáticos, bromistas hasta con sus desgracias, acogedores a los visitantes, musicales y bailadores, para ver rostros tensos y tempranamente envejecidos, ropa descolorida a pesar de la pulcritud, zapatos desgastados. Basta con visitar sus viviendas ruinosas y sobrepobladas por varias generaciones; verlos en una parada o dentro de un ómnibus repleto; enterarse de que el gobierno comenzó propagandas de buenos modales y disciplina ciudadana, porque destruyó la educación formal y las buenas costumbres. Los resultados de las campañas para formar “el hombre nuevo” fructificaron en las palabras soeces de los niños y la gran agresividad en los hogares, las guaguas, los terrenos de pelota y más allá.
Calidad de vida óptima es imposible con salario medio mensual de 457 pesos moneda nacional (19 dólares), alrededor del 70% respecto al valor del salario de 1989. Calidad de vida desconocida con pensión media mensual de 259 pesos moneda nacional (10 dólares), más del 65% por debajo del valor de 1989. Pocos y en pequeñas cantidades son los productos vendidos por el sistema de racionamiento a precios subvencionados; mientras con salarios y pensiones apenas se puede llegar a las imprescindibles tiendas estatales de venta en divisa, que comercializan 1 kilogramo de leche en polvo a 6.40 CUC, un litro de aceite 2.40 CUC y una libra de picadillo de res de segunda a 2.55 CUC (1CUC= 0.86 centavos de dólar, 25 pesos); los precios en moneda nacional en los mercados agropecuarios oscilan entre 10-20 pesos una libra de limón, y una libra de malanga 6 pesos, frijoles negros 12 pesos, bistec de cerdo 40 pesos, y una cabeza de ajo 3-7 pesos. Los niños cubanos no se nutren adecuadamente y después de los 7 años no tienen derecho a comprar un litro de leche diario por el racionamiento; gran cantidad de padres y abuelos pasa hambre.
Caótica es la situación de las personas mayores de 60 años jubiladas, pero más aún lo será para quienes se retiren a partir de los 65, según la ley que aumentó la edad para ello. En Cuba simultáneamente con la elevación de la esperanza de vida no hay crecimiento de la población, por baja natalidad y salida al extranjero. El fondo de pensiones parece desfondado y el país carece de ahorro. Los costos de asistencia social serán muy elevados. Desde ahora se carece de instalaciones adecuadas, como asilos. Los trabajadores actuales y futuros difícilmente podrán asumir la carga.
Estos problemas están entre los factores que explican la gran alegría de los cubanos por las medidas del Presidente Obama y los temores porque se puedan descarrilar las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos después del inolvidable 17 de diciembre de 2014. Muchos miles sobreviven, mejoran su calidad de vida e inician negocios por cuenta propia gracias a las remesas, y los productos e instrumentos de trabajo enviados por familiares y amigos, asi como cifran sus esperanzas de prosperidad en el incremento de los turistas para rentar sus habitaciones y ofrecer servicios.
Para el gobierno cubano los crecientes problemas sociales, sin paliativos por una economía que no se actualiza, son compañeros de la necesidad de inversiones extranjeras y otros motivos que aconsejan llevar a buen término las conversaciones con Estados Unidos y la Unión Europea.