VILLA CLARA.- No hace falta ser profeta en tu tierra. La realidad descuajeringa tus presupuestos. En esta primera parte diré de asuntos asociados netamente con la policía “revolucionaria”.
El lugar donde vivo ha aparecido mentado en los últimos dos años en este sitio más que en todo el medio siglo anterior. En casi ningún medio mundial se dijo relevancia o minucia sobre él, mucho menos en uno nacional. Solo cuando asoló una catástrofe o quisieron patentar alborozados sobrecumplimientos, fue noticia.
Porque haberlo puesto “a brillar” en el mapa informativo otro, ha sido más bien deferencia de esta página “enemiga del pueblo”, como gustan llamarla los ideo-estetas y demás bichos vigilantes.
Porque al final, los acontecimientos verdaderos cualifican cualquier argucia que la gente o el aparato trasieguen. El peso de los informes sobre sucesos diarios te aturde cuando no puedes contarlos, porque algo en el mecanismo comunicacional falla. Y crece la carga moral.
Igual si se deben a fundamentados temores de implicados al saberse expuestos en prensa “riesgosa”, a manquedades de datos cardinales o a imprecisiones descriptivas de ciertos testigos.
En el 2017 dejé de referir acontecimientos de origen local (e interés nacional) que vistos en el tiempo merecen —aunque sea a ultranza— mencionarse. No importa que periodistas de tacón y abanico aleguen que “eso ya no es noticia” e infarten, tal cual prescriben sus manuales.
Comenzaré a relatar cronológicamente —me reservo nombres y detalles por razones expuestas— hasta que la memoria me traicione. O el papel se acabe.
A comienzos del pasado año, un confuso proceso contra un estudiante del último año de ingeniería mecánica de la UCLV Martha Abreu, quien en sus ratos libres hacía dinero paseando niños en su burrito, salió a defender a alguien que las autoridades golpeaban, y terminó condenando por lascivia a dos años de restricción de libertad, cuando el hijo del policía jefe del pueblo donde trabajaba en carnavales lo indicó como presunto “toqueteador de infantes traseros”. Al reclamo familiar —que apeló al Consejo de Estado y tras 6 meses de internamiento—, le permitieron graduarse a la carrera de su inconclusa carrera, porque las “evidencias” fueron todas adversas.
Dejo claro que siquiera defiendo la inocencia de los hechos, sino la presunción de inocencia a la que cualquiera debía de tener derecho. Pongo en duda la propensión popular del infausto recuerdo por la cual basta con ser acusado para convertirse en culpable. En este caso, la universidad se puso del lado de los que exigían la expulsión inmediata del docente, aunque más tarde emitiera un tímido comunicado solidario dejándolo terminar. La fiscalía militar hizo el resto. Nunca devuelven el tiempo que te roban.
En Octubre un patrullero (esta vez del municipio) —acompañado de un auxiliar que es más bandido que otra cosa—, golpeó con el puño en la cabeza e insultó soezmente en plena calle a un adolescente que conducía una moto eléctrica aún con el casco puesto, porque no obedeció la orden de detenerse. Consecuencia de la paliza y del arresto en que el guarapito le quitó la moto al joven turbado cuando el otro le lanzó dentro de la perseguidora como si fuese un bulto, fue que el menor llegó sangrando en la estación con la nariz rota.
A la pregunta de un profesional de la TV al Delegado territorial del MININT sobre la esperada suspensión del policía neurasténico y peligroso para la “tranquilidad ciudadana”, aquel respondió preguntando ¿Y a quiénes vamos a poner si nadie quiere ser guardia?
En otro evento acallado en junio, un joven plomero/electricista de la Constructora Militar que viajaba dormido en el ómnibus de regreso a su casa en Vueltas, fue requisado de manera inusual en el cercano punto del peaje, porque el emboinado escolta que lo zarandeó creyó que se hacía el dormido para evitarlo. Consecuencia del sobresalto gritó, y fue inmediatamente arrestado y bajado en el descampado, hasta la mañana siguiente en que su familia alarmada viajó hasta el municipio queriendo averiguar sobre su hijo, quien jamás tuvo antecedentes. Cuando el guardia se presentó en la unidad policial para explicarse, venía magullado de golpes con moretones en el rostro ¿Razones? El obrero —mitad de su peso corporal y menos estatura— habría arremetido contra él como riposta, de manera que lo reducía a la pendiente hasta que se efectuara corte militar, pues el empleado, aunque civil, también pertenecía al ministerio/FAR.
Ante la impotencia del acusado (26 años) en demostrar inocencia, amaneció ahorcado dentro del calabozo.
Resulta notorio el hecho de que los empleados por esta asociación constructora se hayan convertido en suministro continuo de presos a cárceles provinciales, de procesos penales complicadísimos e interminables, pues una mirada contralora es suficiente para detectar sustracciones flagrantes e interdependencias tejidas para la maraña. Desde jefes hasta soldados, todos han cargado con algo en la corruptela.
En la estación policial la sucesión de delitos es sobrecogedora.
En agosto/diciembre sendas redadas desplegadas en áreas del Paseo de Martí para descubrir escondites de drogas, tomó por sorpresa a vecinos y familiares de jóvenes que llevaban una vida holgada de la noche a la mañana.
Las fiestas nocturnas en centros de alto dispendio han venido acompañadas de alguna muerte misteriosa. Recientemente un muy solvente propietario de autos, casas, joyas y dineros, amaneció muerto al timón de vehículo con el rabo afuera y en lo alto de la playa, tras haber ingerido más viagra (Pepanegra, Mambo-36, Anaconda etc. de fácil adquisición local ) que la recomendada.
Se supo que dos jóvenes sospechosas fueron detenidas para ser interrogadas pues abandonaron al occiso sin auxilio humanitario tras la juerga.
En esa misma playa, a finales del verano, un mozalbete de la Cadena TRD de normal conducta, quien enamoraba a orillas del mar en la madrugada, fue literalmente enterrado en la arena a bastonazos por parte de un comando de “avispas negras” cuando protestó por la suspensión de la música proveniente de un bar particular cercano. Lo que no imaginaron los molestos gendarmes fue que el muchacho (operado de la cabeza con antelación) era hijo del oficial retirado que fundó en Villa Clara la misma Brigada de Tropas Especiales que concluyó partiéndole la boca.
Durante todo el 2017 varios sucesos criminales de género e intento de violaciones a menores fueron comidilla en los barrios donde se originaron. En octubre, una quinceañera asmática que salió del consultorio donde suele medicarse cuando está en crisis, sufrió el asalto de un adulto que quiso penetrarla introduciéndola en áreas de la escuela primaria donde un año antes mataron a su director.
Otras menores han sido usadas como aspirantes a prostitutas por sus propias familias, induciéndolas al ejercicio del cuerpo adolescente ante extranjeros rentados en hostales cuyos propietarios han estado en contubernio con la propia parentela.
Todas estas “noticias” desfasadas o atemporales, junto a muchas otras que adolecen de un público lector, son resultante de las inexactitudes, improcedencias o el miedo victimal que prescriben los círculos viciados.
En mi próximo escrito hablaré de los secretos desastres ocurridos en los sectores civiles de la actualizada vida caibarienense que merecen mostrase, tanto como sus empantanadas calles.