LA HABANA, Cuba.- El Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea (UE) logró eliminar la Posición Común, y será el marco para impulsar los vínculos bilaterales cuando pronto sea aprobado por las instancias correspondientes de ambas partes. La Posición, instrumento definitorio de las relaciones de la UE con Cuba desde 1996, resultó el útil pretexto, similar al embargo de Estados Unidos, para justificar el enclaustramiento, la negación de los derechos políticos y la represión de la población, así como las erradas medidas económicas con el bloqueo interno.
La compleja situación económica influida por la tambaleante asistencia venezolana, los inevitables remplazos de las máximas figuras políticas y el descreído ambiente social impusieron a los dirigentes el cambio de actitud respecto a Estados Unidos y la Unión Europea.
El acuerdo precedió el arribo de Barack Obama y la competencia de los empresarios norteamericanos, como añoraba el Viejo Continente. El 11 de marzo, 10 días antes de la llegada del presidente a La Habana, fue inicialado, en presencia de Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, y Federica Mogherini, alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidenta de la Comisión Europea.
La euforia de ambos dignatarios sobrepasó la tradicional mesura diplomática, con la referencia a “mi amigo Bruno”, y el énfasis del canciller con “querida amiga Federica” y “nuestro agradecimiento por sus sustancial contribución al desarrollo de las relaciones entre la UE y Cuba (…) Recuerdo con gratitud su cálida hospitalidad y las productivas sesiones de trabajo que sostuvimos en abril de 2015 en Bruselas” , para finalizar con “agradezco muchísimo a mi estimada amiga Federica su presencia en La Habana”.
Por su parte el general Raúl Castro recibió a Mogherini al igual que en marzo de 2015.
El acuerdo se concluyó durante la VII Sesión del Diálogo Político Ministerial, y fue inicialado por los jefes negociadores Christian Leffler, secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Globales del Servicio Europeo de Acción Exterior, y Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
Actualmente existen 19 convenios bilaterales con países miembros, la UE ocupa el segundo lugar en el comercio y el turismo asciende con Alemania –segundo emisor total–, Francia, Reino Unido e Italia, mientras España está sólidamente posicionada en la industria hotelera. En la cultura se ha abierto espacio a las presentaciones, fundamentalmente en La Habana, con auge de Austria y Reino Unido, que dispondrá de una semana en marzo coronada por la banda The Rolling Stones, con una actuación multitudinaria y gratis sin precedentes en Cuba, tres días después de la visita de Barack Obama.
Aunque en Cuba no ha habido progresos sustanciales en derechos humanos para destrabar la confrontación que haría inviable un acuerdo, se separó el tema del Diálogo Político y de Cooperación, con una primera reunión encabezada por Staros Lambridis, representante especial de la UE para Derechos Humanos, en junio de 2015. Ahora se anunció el segundo encuentro para fecha próxima sin precisar, y cuyos resultados probablemente sean formulaciones acomodaticias a las demandas de la parte cubana, a tenor con la apreciación de Bruno Rodríguez de que el primer diálogo sobre derechos humanos constituyó una jornada sumamente productiva, respetuosa, orientada a la cooperación internacional.
El Acuerdo crea un marco para la intensificación del diálogo político y una plataforma para el desarrollo de la cooperación bilateral y la acción conjunta en los foros multinacionales para afrontar desafíos globales. También generará nuevas oportunidades para la cooperación bilateral técnica y financiera, según manifestó la Señora Mogherini. El Programa Indicativo Multianual, suscrito en ocasión de su anterior visita, por 50 millones de dólares hasta 2020, contempla la promoción de un sector agrícola sostenible, mejor utilización de los recursos naturales –particularmente las energías renovables y el agua–, así como un modelo económico y social actualizado.
También para 2014-2020 se ha establecido un programa por casi ocho millones de euros destinado a continuar la transferencia de conocimientos para el proceso de actualización y el apoyo a la administración tributaria para facilitar el comercio entre la Cuba y la UE.
Destaca la garantía emitida públicamente por el ministro cubano de que “la UE es y seguirá siendo crecientemente un socio importante para Cuba”. Además, la Isla “en sus prioridades de desarrollo nacional siempre contará con los intereses de nuestras contrapartes europeas que acompañaron a nuestro país, incluso en momentos difíciles de nuestra economía, y nuestros vínculos seguirán siendo seguramente una prioridad común”.
Si bien el aislamiento es el oxígeno del totalitarismo, por lo que la amplia presencia puede contribuir a la apertura y el desarrollo, en Cuba la determinación de los negocios e inversiones es altamente burocratizada, lenta y arbitraria según los intereses de los dirigentes, sin licitaciones para elegir las conveniencias de la nación. Parece estar en juego una señal esperanzadora para los europeos y un reto para los norteamericanos.
En esa misma sintonía se muestra el estímulo a los europeos para que presionen a Estados Unidos a levantar el embargo comercial y financiero, por lesionar a terceros –o sea a sus entidades con penalizaciones por muchos millones de euros–, en una mezcla de genuina defensa al derecho internacional con la supuesta defensa del bienestar y el progreso del pueblo cubano. La presencia europea en Cuba no puede ser mayor en tanto se mantenga el embargo, por lo que los beneficios de la aproximación política serán limitados para los negocios y las inversiones, como también ocurre con los estadounidenses.
El infectivo bloqueo norteamericano, utilizado justificativamente por el gobierno cubano debió haberse eliminado hace tiempo, pero el bloqueo interno mantenido por las autoridades cubanas no es mencionado, a pesar de que impide el progreso de Cuba en todos los aspectos.