LA HABANA, Cuba. – ¿Tuvo alguna vez éxito la Revolución Cubana? Desde sus inicios, más precisamente el 14 de junio de 1961, Fidel Castro anunció el racionamiento de las grasas para la alimentación de los cubanos, sin dar más explicaciones.
El 11 de febrero de 1962, también anunció el recorte de medicinas y el 12 de marzo impuso la cartilla de racionamiento de los productos alimenticios y de vestir, aún vigente hasta el día de hoy. Entonces cada cubano recibía 33 kilos de arroz y frijoles al año. Hoy, solo se cuenta con tres kilos al mes y en ocasiones algo adicional.
Nada más y nada menos que Ernesto Che Guevara, el 16 de marzo, criticó duramente a la Dirección Revolucionaria por la falta de calidad en la producción. En respuesta, Fidel dictó severas normas contra el ausentismo laboral y estableció granjas de trabajo para la rehabilitación de los presos políticos.
En ese mismo tiempo, la URSS reconoció al Gobierno cubano como un régimen marxista-leninista y comenzó la construcción de 20 plantas industriales soviéticas, poco después convertidas en chatarra.
El 15 de junio de ese mismo 1962, decenas de mujeres dieron un “cacerolazo” como protesta ante la escasez de alimentos, haciendo sonar los calderos de cocina por las calles de Cárdenas, provincia de Matanzas. Las Fuerzas Armadas reprimieron con violencia a dichas mujeres.
Días después, Fidel ofreció un discurso en el que reconoció fallos en la Revolución, anunció la formación del Partido Unido “para que la Revolución recupere la confianza popular perdida” y solicitó un nuevo acuerdo comercial con la URSS, con el fin de obtener más alimentos.
En 1966, volvió a comentar sobre la necesidad de aumentar la producción de alimentos. El entonces ministro del Trabajo, Martínez Sánchez, intentó suicidarse de un disparo. En ese periodo se crean las UMAP ―campos de trabajo forzado principalmente para homosexuales― y Fidel se nombró presidente del Instituto Nacional de Reforma Agraria.
Un poco antes había firmado un acuerdo comercial con China para recibir productos alimenticios, pero todo fracasó cuando el 13 de marzo, en otro de sus discursos públicos, calificó a Mao como “monarca absoluto, fascista y viejo senil”.
En el Congreso de la CTC celebrado por esa época se hizo pública la baja productividad y la tendencia al absentismo de los trabajadores. Enfurecido y contra su voluntad, Fidel se declaró a favor de los estímulos morales para aumentar la productividad.
Pero, ¿qué ocurre en marzo de 1968 cuando, en medio de un clima político desfavorable para el castrismo, este terco líder toma una decisión que sorprende a muchos e inicia la Gran Ofensiva Revolucionaria, bajo la consigna de crear “el hombre nuevo”? Nacionaliza más de 50 000 pequeños comercios y todos los servicios privados. El resultado no se hizo esperar: una merma aún mayor en la distribución y disponibilidad de alimentos y servicios.
Así llegamos al “Año del Esfuerzo Decisivo”, que comenzó con el racionamiento del azúcar y el anuncio de una movilización masiva para asegurar una zafra de 10 millones de toneladas del producto. El 20 de mayo de 1970 Fidel anuncia que no se alcanzarán los 10 millones e inicia una campaña de “acercamiento a las masas”.
En los años 60, el periódico Granma critica duramente las deficiencias en fábricas y talleres propiedad del Estado y ataca las ineficiencias en el curso de la zafra.
El horizonte de la Revolución se ve cada vez peor a partir de 1980 y Fidel se decide por declarar que “no desea una política de confrontación con Estados Unidos”, pero sin renunciar a la ayuda de las revoluciones antiimperialistas. ¿Cómo se entiende eso?
La respuesta la da el pueblo: un ómnibus repleto de personas penetra en la Embajada del Perú en busca de asilo político. A los jardines de la sede diplomática acuden más de 11 000 cubanos que luego marchan hacia Estados Unidos durante el éxodo del Mariel.
Como represalia, el régimen atacó a los artesanos de la Catedral y a los campesinos libres, muchos enviados a prisión. Ese mismo año, 1982, Estados Unidos denuncia al castrismo por el tráfico de drogas y armas en América Latina y se suicida el expresidente Osvaldo Dorticós Torrado.
En el curso de varias intervenciones Fidel se lamenta de las dificultades para encontrar solución a los problemas de desarrollo de la economía, acusa de corruptos a los campesinos de los mercados libres y pide un inventario de las plantas comestibles por si hubiera que alimentarse de ellas.
Lo que ocurre a continuación es por todos conocido: se desintegra el Imperio Soviético en 1989, llega el “Período Especial” y Fidel afirma que “primero se hundirá la isla antes de arriar la bandera del Socialismo”.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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