LA HABANA, Cuba –Debemos estar preparados. Otro producto ajeno a nuestros hábitos culinarios pudiera irrumpir en las estanterías de los agromercados, desde los altiplanos andinos o a partir de su siembra y cosecha en las montañas del Escambray.Se trata de la quinua, un fruto seco de aproximadamente 2mm, con muchas propiedades nutritivas y medicinales.
Conocer que posee los ocho aminoácidos esenciales para el ser humano, además de las posibilidades de convertirlo en harina y cerveza, invita a pensar en la articulación de una agresiva campaña promocional que despierte el interés de los cubanos por un producto cuyo origen se remonta a 5000 años.
Su uso para la curación o alivio de abscesos, hemorragias, luxaciones junto a las cualidades cosméticas, cierran el círculo para que surja alguna idea, casi seguro que infelizmente descabellada, de producciones masivas sin estudios de mercado que traerían más pérdidas que beneficios.
A través del diario Granma supe que la quinua es “el alimento del futuro”. La fuente citada por el órgano oficial, fue el presidente peruano Ollanta Humala. Este país y Bolivia son los principales productores. ¿Qué mejor asesor que Evo Morales si Fidel Castro, en un rapto de lucidez, emite la orden para que en tiempo record comience la producción de empanadas, galletas, lociones para el cutis, brebajes y ungüentos a base de pulpa de quinua autóctona o importada?
Parece un chiste, pero algo parecido sucedió con la moringa. Esa planta exótica multipropósito para la cual se destinaron considerables extensiones de tierra y que a la postre resultó un fiasco. Casi nadie la consume.El hecho de que Fidel no esté apto para poner en práctica sus “geniales ideas”, no aleja el peligro de que algún imitador haga de las suyas y convenza a Raúl. Nada es descartable en un sistema que no se ha cansado de cubrir la ruta que va de la improvisación al disparate.
Ejemplos sobran de la ineptitud y la mediocridad de los principales dirigentes en su afán por alcanzar la gloria por medio de proyectos económicos que han causado daños irreparables al medioambiente y trastornos psicosociales que superan el marco generacional en que ocurrieron.
La zafra de los diez millones de toneladas de azúcar, la superproducción de leche y café, el aumento de las cabezas de ganado bovino, las fabulosas cosechas de arroz y las extracciones de miles de toneladas zeolita, el llamado mineral del siglo, integran la larga lista de proyectos fallidos desde los primeros días de la revolución hasta la actualidad.
Es cierto que esa tendencia a obrar de manera tan poco razonable ha mermado con el retiro del comandante en Jefe, pero hay que estar alertas.Cualquiera puede alzarse con un legajo de teorías que avalen la necesidad de incluir la quinua en los venideros planes agrícolas.
Quizás Evo Morales sea la pieza principal de un plan a gran escala. Ollanta Humala sería la coartada para despistar a los lectores. Se sabe que no es un tipo de confianza en el eje bolivariano y sin embargo Granma lo utiliza para promocionar las bondades del producto andino.