LA HABANA, Cuba.- La comunidad virtual cubana fue sacudida por un hecho que ha polarizado las opiniones. El pasado 19 de junio, el Dr. Alberto Roque Guerra contrató un abogado para interponer una querella criminal, ante el Tribunal Provincial Popular de La Habana, contra la joven cantante y compositora Danay Suárez Fernández.
Danay Suárez, nacida en el Cerro, La Habana, en 1985, es una representante del Hip-Hop femenino cubano. Creció artísticamente de la mano de X-Alfonso. En el 2017 llegó su consagración con el disco Palabras Manuales (Universal Music) con el cual obtuvo cuatro nominaciones en los Grammy Latinos, además de una actuación estelar en los Grammy telecast. Ganadora también del premio La Gaviota de Plata de la Inspiración, que obtuvo en Viña del Mar (Chile 2017).
Danay, que es cristiana y defiende la vida humana y la familia de diseño perfecto por Dios, publicó en su página de Facebook el día 13 de junio del presente un post titulado A mi generación (escrito en junio 2020, cuando todavía no era muy bien vista la pedofilia).
A continuación cito fragmentos controversiales de la publicación: ¿A ti que te escandalizas por el nuevo género MAP (personas que se sienten atraídas sexualmente por niños), pero apoyas la ideología LGBTI, el feminismo y el aborto ¿ya te diste cuenta de la incongruencia de tus ideas?… Afirmaste que un homosexual no podía controlar sus deseos. Ahora el pedófilo argumentará lo mismo… Sin embargo, levanto la voz porque hoy un pedófilo puede usar los argumentos que sustentan tu estilo de vida para cometer una tremenda atrocidad. Si tú has abrazado la ideología de género, te invito a que analices racionalmente los argumentos que la “sustentan”, date cuenta que si aceptas una, entonces deberías aceptar la otra, pues su fundamento es el mismo.
Posteriormente, el 16 de junio, Danay subió un vídeo titulado NI APOYO LA PEDOFILIA NI SOY HOMOFÓBICA. Por favor no edites el vídeo para sacar algunas de sus partes de contexto. Paz. En este vídeo la artista, afligida, pide perdón por haber lastimado a las personas y reconoce que ha sido amenazada por diversos usuarios en las redes.
Por otra parte el Dr. Alberto Roque Guerra es médico intensivista del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología. Graduado desde 1993 de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Máster en Bioética de la Universidad de La Habana y Educador en Derechos Humanos de Equitas. Es un conocido activista por los derechos de la diversidad sexual.
Según publicó el Dr. Roque en su blog HOMOsapiens el 19 de junio, luego de suscribir el contrato con el abogado “Las personas deben asumir sus responsabilidades jurídicas cuando lesionan el honor de otras personas. Las disculpas públicas no son suficientes, tampoco nuestros lamentos, ya añejos por los siglos de acoso, persecución y odio. La reparación de daños es también parte de las políticas equitativas”.
En concreto el Dr. Roque sostiene su acusación en que Danay “iguala a la homosexualidad con la pedofilia, lo cual constituye un acto difamatorio, discriminatorio y es un ultraje a las personas homosexuales masculinas y femeninas cubanas. Dicho acto irresponsable constituye un delito contra el honor de un colectivo de personas que produce daños morales”.
Luego de este recuento de lo sucedido, corresponde el análisis jurídico de la querella criminal formulada por el Dr. Roque contra Danay Suárez a tenor de los artículos 420 al 434 de la Ley de Procedimiento Penal, alegando la posible comisión del delito de Injuria, previsto y sancionado en el artículo 320 del Código Penal. Este artículo establece en su apartado 1 que: El que, de propósito, por escrito o de palabra, por medio de dibujos, gestos o actos, ofenda a otro en su honor, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año, o multa de cien a trescientas cuotas.
Corresponde al Dr. Lázaro del Bufete de Santos Suárez, abogado del Dr. Roque, la redacción y presentación de la querella criminal con las pruebas de que intente valerse. Esta querella incluirá una petición de sanción al tribunal que el médico ha omitido publicar. Una vez presentada la querella habrá que esperar que se normalice la actividad judicial en La Habana, suspendida a causa de la pandemia. Luego el tribunal decidirá mediante un auto judicial si da curso a la querella y señala juicio oral o la rechaza de plano por causas de inadmisibilidad. Esta última decisión parece la más probable que ocurra, teniendo en cuenta que el delito de injuria tiene como sujeto pasivo al ofendido en su honor, no contemplando la ley cubana la protección al honor colectivo como pretende el Dr. Roque. Es decir que en la publicación de Danay no se hace mención por ninguna parte de la persona del querellante por lo que el mismo no podrá alegar sentirse ofendido o injuriado a nombre del colectivo LGBTIQ+.
Otras opiniones en los foros digitales aluden a la fundamentación de la querella en el artículo 68-i del Decreto Ley 370/18 Sobre la informatización de la sociedad en Cuba, en cuanto a: difundir a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas. Sin embargo, este instrumento jurídico es contravencional, no constituye un delito penal y sólo puede ser aplicado por los inspectores del Ministerio de Comunicaciones, lo cual no ha ocurrido con Danay, ya que las multas se están aplicando selectivamente contra personas que realizan publicaciones incómodas al gobierno.
Apartándonos del orden técnico jurídico, la opinión mayoritaria en la comunidad virtual cubana, y compartida por este articulista, es que Danay Suárez ha tenido una inapropiada publicación al comparar la pedofilia con las orientaciones sexuales no heterosexuales. Pero la joven ha dado pública satisfacción a las personas ofendidas o lastimadas sin que a mi modo de ver haya cometido delito alguno por el cual deba ser acusada ante los tribunales. Incluso, aunque errónea, su publicación fue en todo momento respetuosa y argumentativa sin que se justifique que Danay deba ser blanco de ofensas y amenazas de algunos usuarios de las redes sociales.
Hay mucha rabia acumulada por las personas que son víctimas por muchos años de homofobia social, y el hecho de acudir a los tribunales en busca de justicia lleva implícito el reconocimiento y visibilización de los derechos de minorías discriminadas por causa de la orientación sexual. Pero lo que está en juego es la endeble libertad de expresión de la blogósfera cubana, amenazada esta, no sólo por el gobierno cubano con la aplicación selectiva del Decreto-Ley 370/18, sino por ciudadanos atrincherados en su activismo militante de distinto origen, dispuestos a todo con tal de reivindicar sus derechos. Se impone por tanto la necesidad de la mesura y la argumentación en los debates. No destapemos la caja de Pandora.
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