SAN JUAN, Puerto Rico.- Las pandemias han azotado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Desde la bíblica peste que afectó a Egipto en los tiempos de Moisés durante el siglo XIII a.C., pasando por la que azotó a Atenas entre el 430 a.C. y el 429 a.C. que le costó la muerte al gran Pericles, o la llamada Peste Cipriana que hubo en el Imperio Romano en el 249 d.C., la que padeció el Imperio Bizantino, conocida como la Plaga de Justiniano en el 542 d.C. o la famosa Peste Negra, que afectó a Europa entre 1347 a 1353, hasta llegar llegar después, entre 1918 a 1919, a la llamada Gripe Española.
Hoy día también padecemos una pandemia, la del coronavirus o COVID-19, que está causando miles de muertos en todo el planeta.
Sin embargo, también en el mundo de la política existen pandemias que han causado millones de muertes a la humanidad. Se trata de los totalitarismos. Desde los monarcas más absolutistas como Nabucodonosor II de Babilonia (630 a.C. – 562 a.C.) o el emperador romano Calígula (12 d.C. – 41 d.C.), pasando por Iván IV el Terrible, de Rusia (1530-1584), hasta Leopoldo II de Bélgica (1865-1909).
Pero las peores de estas nocivas pandemias políticas son las del tirano que se ampara en una ideología, supuestamente “redentora”, para aparecer como el “salvador” de los pueblos. Así pasó con el nazismo de Adolfo Hitler, que mató más de 17 millones de personas, o la de Benito Mussolini, responsable de cerca de un millón de muertos.
Pero el peor y más mortal de los político-virus totalitaristas es el comunismo. Creado bajo las teorías de Karl Marx en el siglo XIX y adoptado e implementado por Vladimir Lenin en Rusia en 1917, se expandió por todo el mundo bajo el camuflaje de “reivindicación de los pobres y los trabajadores”, trayendo a la humanidad una pandemia política que ha causado cientos de millones de muertes en todo el planeta.
Así, en un vistazo a lo largo de la macabra historia del comunismo podemos observar el sangriento martirio que han sufrido los pueblos a los que esta pandemia político-ideológica sometió:
En Rusia, el régimen totalitario durante el mandato de Vladimir Lenin entre 1917 y 1924 asesinó, entre opositores, realistas, cosacos, durante la rebelión del Tambov y contra la rebelión de los llamados Rusos Blancos, un total de 590 000 personas, más otros 4 millones a causa de la hambruna que se desató en ese país como consecuencia de la aplicación de las políticas económicas improductivas resultantes de la estatización. Su sucesor en el poder, Joseph Stalin, entre 1921 y 1953 mató un total de 23 millones de personas.
El virus político-ideológico del comunismo se expandió a China, donde Mao Tse Tung mató un total de 78 millones de seres humanos entre 1949 a 1973.
En el caso de Camboya, el dictador Pol Pot, entre 1963 a 1981, asesinó 1.7 millones de personas. En Corea del Norte, fundador del totalitarismo comunista-familiar de ese país, Kim Il Sung asesinó un total de 1.6 millones de personas entre 1948 a 1994. Mientras que en Viet Nam ( Antes, Viet Nam del Norte ) Ho Chi Ming entre 1945 al 1969 mató 1.25 millones de personas.
Volviendo al continente europeo, en Albania el tirano comunista Ever Hoxha asesinó unos 100 000 albaneses. En Alemania del Este entre 1945 al 1989 fueron asesinados por el régimen comunista pro-soviético de ese país unas 815 000 personas. En Yugoslavia, el Mariscal Joseph Tito asesinó 1.2 millones de personas; y en Rumanía el tirano Nicolau Caecescu, entre 1965 al 1989, asesinó unos 435 000 rumanos. En Hungría, entre 1945 y 1989, el régimen comunista mató cerca de 210 000 húngaros.
Llegamos a la América Latina, a Cuba, donde el tirano Fidel Castro se estima que asesinó a 73 000 personas, sin contar los más de 7 000 balseros que murieron tratando de escapar del comunismo implantado por la dictadura castrista, y los cerca de 10 000 soldados cubanos que se calcula murieron en las guerras de Angola, Etiopia, Eritrea, entre otras.
Actualmente, en Nicaragua al régimen procastrista de Daniel Ortega se le imputan unas 5 000 muertes. Mientras que al dictador Nicolás Maduro en Venezuela se le achacan, según informes de derechos humanos, más 7 500 muertos.
La pandemia política del totalitarismo comunista le ha costado a la humanidad más de 120 millones de seres humanos, sin contar las muertes causadas por el comunismo en otros países en donde han intentado apoderarse del poder por la fuerza, como ocurrió con las guerrillas de ELN o de las FARC en Colombia, y las del Viet Cong en Viet Nam del Sur, o con los grupos terroristas de izquierda como los Tupac Amaru y los Montoneros en Uruguay y Argentina, entre otros más fomentados y armados por los regímenes comunistas.
Todo ese horror de muertes, sin contar los innumerables sufrimientos que han ocasionados a los pueblos, víctimas de semejantes flagelos como la opresión, el hambre, la miseria, la explotación, el presidio político, las torturas y la separación de familias.
El comunismo es un peligroso y mortal virus político-ideológico que ha causado, y sigue causando, muchísimas más muertes en el mundo que cualquiera de las pandemias anteriores.
La sociedad tiene derecho a defenderse para salvaguardar sus derechos humanos y libertades. Luego, así como la humanidad ha tomado medidas para frenar la pandemia de coronavirus, los pueblos y gobiernos democráticos del mundo deben tomar contundentes acciones —preventivas y curativas—, contra la pandemia político-ideológica del comunismo, o lo que podríamos llamar, el comunismovirus.
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