LA HABANA, Cuba. – Aquellos primeros días de enero de 1959 no fueron nada fáciles para Fidel Castro. Baja de la Sierra Maestra, pronuncia su primer discurso público en Santiago de Cuba y dentro de la Universidad de La Habana se agravan las disensiones internas de los estudiantes pertenecientes al Movimiento 26 de Julio, que estaban en La Habana para la lucha clandestina.
No se sienten reconocidos en el nuevo gobierno que comenzaría en Cuba y se concentran bajo el mando del comandante Faure Chomón y el teniente Chinea, decididos a cerrarle las puertas de la Universidad a Fidel.
De esa forma, el jefe guerrillero de Birán se enfrenta a otro fuego político más complicado y decide llegar a La Habana en una caravana a lo largo de la Carretera Central, parodiando el tradicional carnaval y con pretensiones de mesías. En pocos meses también libró la guerra que le hacía Chomón.
El segundo discurso público que dio en la capital no pudo ofrecerlo en la Universidad, como hubiera deseado, puesto que su lucha política había surgido allí. Decidió hacerlo en Columbia, el campamento militar abandonado por Batista.
Al mismo tiempo, Chomón, jefe máximo del Directorio Revolucionario 13 de marzo, ofreció otro discurso en la Universidad y en el Palacio Presidencial ante decenas de estudiantes que se concentraron al ver que Fidel los había relegado.
Cuatro meses después del triunfo revolucionario, el 11 de mayo, la Universidad abrió sus puertas y no se habló más del hombre que había dirigido el heroico asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957, ascendido en 1958 a comandante del Ejército Rebelde por su lucha en el Escambray.
En el extranjero se creía que Chomón estaba preso o había desertado, pero poco después, para sorpresa de muchos, se supo que Fidel lo había mandado a Moscú como embajador de Cuba. Años después se trasladó a Ecuador con el mismo cargo y por último a Viet Nam. A su regreso a La Habana comenzó a gozar de las mieles del poder y participó de todas las tareas del castrismo hasta su muerte, el 5 de diciembre de 2019.
Aunque su figura no ocupa un lugar cimero para el régimen cubano, ha sido resaltada para dañar la del comandante Eloy Gutiérrez Menoyo, quien desde los primeros tiempos consideraba imprescindible la celebración de elecciones generales.
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