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La guataquería del comandante Guillermo García

Guillermo García Frías (Foto: Granma)

LA HABANA, Cuba.- En más de una ocasión los gobernantes cubanos han modificado la historia de algunos episodios que los llevaron al poder en 1959. Uno de esos cambios tuvo que ver con la frase “aquí no se rinde nadie”, pronunciada por un combatiente fidelista poco tiempo después del desembarco del Granma, y en momentos en que el ejército batistiano amenazaba con liquidar a la tropa guerrillera.

Siempre se dijo que el autor de la frase había sido Camilo Cienfuegos. Sin embargo, un buen día Raúl Castro se apareció diciendo que no, que la frase le pertenecía a Juan Almeida. Y fue inevitable que nos asaltara la duda acerca de las intenciones del hoy General-Presidente. ¿Actuó en aras de esclarecer la verdad, o lo hizo para restarle méritos históricos al hombre que por breve tiempo le disputó la segunda posición en la jerarquía castrista?

Otro ejemplo de “rectificación” histórica lo tenemos en lo referido al primer campesino que colaboró con los expedicionarios del Granma. Durante los primeros años de la revolución se decía que ese papel le correspondió a Crescencio Pérez. Mas, de un tiempo a acá, el discurso oficialista sostiene que ese colaborador fue el hoy Comandante de la Revolución, Guillermo García Frías, que por estos días ha arribado a los 90 años de edad.

Una crónica firmada por el combatiente fidelista Faustino Pérez, titulada “Yo vine en el Granma”, y aparecida en el número de la revista Bohemia correspondiente al 11 de enero de 1959 (como parte de la denominada Edición de la Libertad) confirma la versión inicial.

En esas páginas, Faustino Pérez cuenta que fue Crescencio el campesino que les sirvió de guía a los guerrilleros, y les garantizó además comida y descanso en aquellos días difíciles. De igual manera, posibilitó la incorporación de nuevos hombres a la tropa fidelista. El nombre de Guillermo García no aparece por ninguna parte en el referido trabajo periodístico.

Por supuesto que el agradecimiento de García Frías no se haría esperar. No solo por el atributo histórico que no le pertenece, sino también por las prebendas y cargos que ha desempeñado sin la debida preparación para ello. Una muestra fue su desastroso paso por la jefatura del Ministerio del Transporte.

Son incontables las loas de Guillermo García a Fidel Castro. Pero en el contexto de las adulonerías del guajiro de la Sierra Maestra sobresalen unas palabras que expresó acerca de Raúl Castro durante una transmisión de las Mesas Redondas de la televisión cubana, y que fueron reproducidas por el periódico Granma (“Historia de vida que pertenece a un pueblo”) en su edición del pasado 10 de febrero.

Esto dijo Guillermo García: “Raúl no fue joven. Se fue a la guerra siendo un niño prácticamente. Tenía veintipico de años cuando desembarcó en el yate Granma y su vida ha sido una lucha constante. Ese es un mérito y un reconocimiento muy grande. No ha disfrutado nada. Todo ha sido sacrificio y lucha, y la Revolución tiene en él a un defensor que hay que admirarlo por todo su quehacer en beneficio del pueblo”.

Óigame, decir que “no ha disfrutado nada” un hombre que lleva casi sesenta años viviendo como un rey… ¡le zumba! En los anales de la guataquería cubana, el guajiro García Frías les pasó por encima a aquellos que en los años veinte expresaban “Dios en el cielo y Machado en la tierra”.