MIAMI, Florida, abril, 173.203.82.38 -La problemática de la oposición cubana de las últimas cinco décadas se ha desenvuelto entre la falta de liderazgo y el caudillismo. Lo peor de todo, es que este último elemento ha sido ejercido por personas incapaces y desconocidas en el interior de la Isla.
A partir de la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero, una joven de 24 años ha emergido a la luz pública con un objetivo muy especifico: aclarar las extrañas circunstancias en que perdieron la vida ambos opositores. No obstante, desde su adolescencia Rosa María Payá, hija de Oswaldo, había manifestado un liderazgo natural entre el grupo de jóvenes y adolescentes que integraban la Vicaría Cerro-Vedado de la Iglesia Católica Cubana.
Su periplo por Europa estuvo dedicado a entrevistarse con los dos únicos testigos de los hechos que condujeron al deceso de Payá y Cepero; así como a recabar apoyo para que sea abierta una investigacion internacional al respecto. Al concluir su gira europea, Rosa María viajó a Estados Unidos.
En este país, se produjeron las tres paradas obligadas: New York, Washington y Miami. En esta última ciudad Rosa María hizo sus declaraciones más políticas, que incluyeron un nuevo elemento en su objetivo inicial: su posible liderazgo político al frente del Movimiento Cristiano Liberacion (MCL).
La visita de Rosa María a la capital del exilio cubano, me dejó las siguientes impresiones:
La primera, que es una joven muy madura para su edad; honesta, transparente, sin dobleces y con valores socio-ético-morales muy arraigados. Como su padre, es una líder natural, de diáfana y sencilla oratoria. La segunda, que su objetivo prioritario -hasta el momento- es lograr que se realice una investigacion internacional, justa e imparcial, para aclarar las circunstacias de la muerte de su padre y Harold Cepero.
Su reto ahora es meditar con detenimiento sobre su futuro y las perspectivas del Movimiento Cristiano de Liberación, y decidir si permanece en la Isla, asumiendo o no un liderazgo determinante en el mismo. O parte al exilio.
Los riesgos
Si decide permanecer en la Isla, y asumir el liderazgo del MCL, Rosa María podría enfrentar riesgos internos del Movimiento y riesgos externos:
Riesgo interno
El liderazgo actual del Movimiento está compuesto por opositores de una excelente trayectoria, algunos de ellos probados en el rigor de las cárceles castristas, pero aun parecen desconcertados por la desaparición de su líder. Se mantienen encasillados en lo que fue, sin retomar el dinamismo inicial que impregnaron a la organización Payá y sus fundadores, que hizo del MCL una organización de avanzada en el contexto de la oposición cubana de la época. Algo que lamentablemente el MCL ha dejado de ser.
El MCL necesita de un liderazgo que rompa esquemas, reoriente estrategias, defina objetivos a corto, mediano y largo plazo y, en particular, reevalúe la influencia familiar en la toma de decisiones. Si Rosa María asume este reto podrían surgir conflictos con el liderazgo actual.
Riesgo externo
El peligro muy real de estar en la mirilla del aparato represivo castrista. Es evidente que el régimen está fabricando una oposición “complaciente” con el sistema; destinada a maquillar su rostro criminal, para legitimar la tiranía dinástica de la familia Castro. La aparición de Rosa María en el escenario político de Cuba, podría perturbar el proyecto castrista y ponerla a ella en el inminente peligro de sufrir un “accidente”, como su padre, o una “extraña enfermedad”, como Laura Pollán, cuando se negó a aceptar la componenda del general Castro, el Cardenal Ortega y el PSOE, para desactivar las Damas de Blanco.
Rosa María Payá tiene ante sí opciones muy diferentes e importantes, para ella y para Cuba. Cualquiera que sea el camino que elija, su decisión será válida y merecerá mi mayor respeto.