MIAMI, Florida, junio, www.cubanet.org -Nunca es tarde, si se termina por asumir la postura correcta. Luego de más de 2 años de guerra civil y de los genocidios cometidos por las tropas del régimen asesino de Bashar al Assad, que han provocado en Siria unos 93 mil muertos y más de un millón de desplazados, el gobierno de EEUU por fin ayudará militarmente a los opositores.
El presidente Barack Obama había marcado una “línea roja” que ha sido violada sin ningún disimulo por las tropas de al Assad, con el uso de armas químicas, como el gas sarín, para aniquilar a sus rivales y a los civiles atrapados en la zona de los enfrentamientos.
Hasta el momento, el empuje opositor no tenía la fuerza necesaria para decidir la contienda, por la reticencia de los gobiernos de Occidente a entregarles armamento pesado, principalmente que les permita combatir la aviación o los tanques y carros blindados con los que son atacados frecuentemente. Por el contrario, el régimen sirio cuenta desde el principio con la ayuda de Rusia, que ha vetado todas las resoluciones de condenas presentadas en el Consejo de Seguridad de la ONU y suministrado ayuda militar ininterrumpida, mediante la venta de armas sofisticadas, como los misiles S-300, además de helicópteros y otros tipos de recursos y pertrechos militares.
También Irán ha estado contribuyendo con el envío de armamentos y comandos de sus tropas élites que en el terreno operativo preparan y apoyan al ejército sirio. Miles de efectivos de la milicia islamista Hezbolá, del Líbano, entraron a territorio sirio y combaten contra la oposición, lo que ha permitido en las últimas semanas que Bashar al Assad recupere estratégicos territorios que había perdido hace tiempo, y que prepare la ofensiva contra los principales bastiones en manos de los rebeldes, como las ciudades de Alepo y Homs.
Fresco en la memoria está el ejemplo de Libia, donde el área de exclusión de vuelos aprobada por la ONU impidió que Muamar el Gadafi pudiera continuar masacrando a su propio pueblo con la aviación y ese paso definió su rápida caída.
Derrotar al genocida régimen de Bashar al Assad no solo libera al pueblo sirio de las manos de un dictador asesino, también tiene el resultado de arrinconar al régimen fundamentalista y teocrático de Irán que perdería a su principal aliado en el Medio Oriente, reduciéndose significativamente su influencia en el área, y casi sería un golpe mortal para Hezbolá en el Líbano, pues quedaría cortada su fuente de comunicación por donde recibe el decisivo apoyo en logística y recursos de Irán, que es a través del territorio sirio.
Aunque bastante tarde, pues sobra decir que es bienvenido el compromiso de la administración de Barack Obama, en auxilio de los rebeldes sirios. Los gobiernos de Francia y Reino Unido de seguro darán el paso al frente acompañándole. Esos son mensajes que les hacen comer las uñas a otros dictadores en remojo. Los Maduro y los Castro deben estar nerviosos con esta noticia.