LA HABANA, Cuba.- “Ante las diferencias, diálogo. Ante los retos, concertación” aseveró el presidente Raúl Castro en la ceremonia de firma de los Acuerdos sobre Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo, Dejación de las Armas y Garantías de Seguridad entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP el 23 de junio en La Habana. También ha dicho que debe primar la unidad en la diversidad y las concertaciones en el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Pero no aplica esos criterios a su propio pueblo. Quien en Cuba exprese una opinión distinta a lo dictado por el Partido Comunista-gobierno es considerado un contrarrevolucionario. El VII Congreso del PCC estableció que solo puede existir la sociedad civil socialista. La sociedad civil independiente es reprimida. El diálogo y la concertación dentro de las fronteras cubanas solo son posibles en la mesa de negociación extranjera, donde las autoridades cubanas compartan méritos recompensados con el olvido de tiempos pasados y, sobre todo, del pueblo cubano. Luego de 57 años, los mismos gobernantes preparan la sucesión, porque el tiempo de vida no es eterno, y hasta la despedida definitiva pretenden vigilar plácidamente su sistema de poder absoluto.
La paz en Colombia se acerca después de 50 años de conflicto armado, muertes, atentados, secuestros y desplazamiento de más de 6 millones de personas. Desde noviembre de 2012 comenzaron las conversaciones con los gobiernos de Cuba y Noruega como garantes. Una forma de mitigar las heridas causadas desde que La Habana contribuyó a las guerrillas y la inestabilidad política. El pueblo cubano se alegra de poder facilitar el bienestar de ese pueblo amigo.
Por otra parte, las elecciones en España efectuadas el 26 de junio constituyen un ejemplo de la expresión ciudadana. Los españoles desde 1975 dan por sentado la democracia, muchos no han conocido otro sistema, se cuestionan si lo tienen y hasta desperdician el derecho de concurrir a las urnas. Desde los comicios de diciembre, el más votado Partido Popular (PP), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cercano al gobierno cubano, y el partido Ciudadanos sufrieron los embates de los analistas, políticos y periodistas en los medios nacionales y Telesur. El partido Podemos era el único que salvaría a España y desmontaría el bipartidismo decían.
No obstante, el presidente Mariano Rajoy realizó una política de acercamiento y normalización de las relaciones con la Cuba amada por los españoles, cuyas autoridades fueron agresivas desde la aprobación de la Posición Común por la Unión Europea a instancia de José María Aznar en 1996 y las medidas tomadas por la UE con motivo de la gran represión en marzo de 2003. El sostenido comercio y la presencia de las empresas españolas, especialmente en el turismo, continuaron creciendo a pesar de los inconvenientes políticos. El gobierno del PP-Rajoy contribuyó a los acuerdos con el Club de París para la condonación de las deudas impagadas desde 1986, y en 2016 canceló el monto bilateral. Raúl Castro recibió al canciller García Margallo, lo que no había hecho en su primer desplazamiento a Cuba.
Como los partidos no llegaron a acuerdo para formar gobierno a partir de diciembre de 2015, cuando el PP fue el partido más votado pero sin mayoría absoluta, las elecciones se realizaron nuevamente. Los resultados desmontaron los empeños de Hugo Chávez, Fidel Castro y Nicolás Maduro para interferir y gobernar en España mediante Podemos. En esta ocasión, el Partido Popular salió fortalecido, aunque todavía sin mayoría para gobernar en solitario, mientras los demás descendieron. El PP logró 137 diputados, 14 más que en diciembre; el PSOE 85 para 5 menos; Podemos mantuvo 71, pero muy debilitado pues junto a Izquierda Unida esperaba pasar a segunda fuerza (perdió 1 200 000 votos), y Ciudadanos 32 perdiendo 8. Otra etapa de negociaciones comenzó, pero lejos de la ambición de Pablo Iglesias de ser presidente, que llevaría a España a la catástrofe estilo Venezuela. En caso de no llegar a una colación para gobernar, tendrán que realizarse nuevas elecciones.
El pueblo español puede manifestarse en las calles y se expresó en las urnas. En La Habana, el presidente Juan Manuel Santos dijo: “No estamos de acuerdo y seguramente no estaremos jamás de acuerdo con su (de las FARC-EP) visión política y económica para el país, pero lo que se reconoce hoy es las posibilidad de disentir y de tener posiciones opuestas, sin necesidad de enfrentarse a medios violentos”. Esos derechos deberían disfrutarlos igualmente los cubanos.