LA HABANA, Cuba.- La propaganda oficialista cubana, ignorando una vez más el sentir de la mayoría del pueblo puertorriqueño que favorece la anexión de la isla a Estados Unidos, pretendía montar un show a raíz del plebiscito celebrado en ese territorio caribeño el pasado 11 de junio. Una consulta popular que contenía tres opciones: la anexión, la independencia o la continuidad del actual estatus de Estado Libre Asociado.
En esta ocasión la maniobra tenía lugar en un contexto que los castristas consideraban muy propicio: la reciente excarcelación de Oscar López Rivera, un partidario de la opción independentista. Los medios de difusión cubanos habían publicado la invitación que el gobernante Raúl Castro le cursó a López Rivera para que visite a Cuba, donde será recibido “con los honores y el afecto que merece”.
Sin embargo, los resultados del plebiscito fueron inobjetables, y de momento le aguaron la fiesta al castrismo. El 97,18 de los votantes eligió la anexión a Estados Unidos, el 1,5% se inclinó por la independencia, mientras que solo el 1,3% favoreció la condición de Estado Libre Asociado. Tanto Granma como Trabajadores, en sus ediciones del lunes 12 de junio, se limitaron a publicar esos resultados, pero sin comentarios.
El desconcierto de los medios oficialistas se reflejó en la Mesa Redonda de la televisión cubana en la tarde-noche de ese propio lunes. Los panelistas de ese programa dedicaron el espacio a comentar los resultados de las elecciones legislativas celebradas en Francia y el Reino Unido, pero ni media palabra acerca de lo que había sucedido en Puerto Rico.
Al día siguiente apareció en el diario Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista, el artículo “¿Cómo leer los resultados del plebiscito en Puerto Rico?”, bajo la firma del periodista Sergio Alejandro Gómez, jefe de la página internacional de ese periódico.
Cual mago que intenta sacar un pañuelo de un sombrero vacío, el articulista afirma que con semejante votación “la anexión obtuvo su peor resultado en las cinco consultas populares que se han realizado sobre este tema”. Se refería a que, al aumentar el número de ciudadanos que no acudieron a las urnas, la cantidad de votos había sido inferior a plebiscitos anteriores.
El señor Sergio Alejandro prefirió obviar el inocultable avance de la opción anexionista. Si en el 2012 el 61% de los votantes se inclinó por la anexión, el 97,18% logrado por esa tendencia en esta ocasión no debe de dejar lugar a dudas para cualquier analista objetivo.
Pero lo más importante: ya la señal había sido impartida desde “arriba”. Es decir, que los medios de difusión cubanos podían comentar acerca del plebiscito celebrado en tierras boricuas. Así, el martes 13, los panelistas de la Mesa Redonda incorporaron el tema al programa que dedicaron a analizar la situación en América Latina. Por supuesto que se comportaron como meros papagayos repitiendo las ideas expuestas en Granma.
Así funciona la prensa oficialista cuando se trata de abordar temas que no sean la condena al “bloqueo” de Estados Unidos, las críticas al “injusto” neoliberalismo económico enarbolado por Occidente, u otros asuntos por el estilo.