SANTIAGO DE CUBA, Cuba.- No soy y no quiero terminar pesimista, pero estoy temiendo que George Orwell “no se equivocó”, solo adelantó la fatídica fecha 40 años, y no fue muy exacto en cuanto a detalles geográficos y otros de mayor o menor importancia. Pero en esencia, fue verdaderamente profético.
Según la novela política de ficción distópica 1984, de George Orwell, cuyo verdadero nombre era Eric Arthur Blair, para la novena década del siglo XX el mundo estaría dividido en tres superpotencias totalitarias: “Oceanía”, “Eurasia”, y “Asia Oriental”.
Por suerte para millones de seres humanos, en 1984 (y aún hoy), Europa Occidental, América del Norte, Japón, Australia, Nueva Zelanda y otras naciones, disfrutaban de sólidas y prósperas democracias donde se respetaba el pluralismo político, la independencia entre los poderes del Estado, la libertad de expresión, prensa, asociación, reunión y manifestación pacífica, y demás derechos y libertades fundamentales de la persona. Antes que terminara esa década, quien sí comenzaría a derrumbarse sería el totalitarismo comunista de Europa del Este y la Unión Soviética. Pero me temo que Orwell “se equivocó” solo por 40 años.
Cuando vemos lo que viene ocurriendo en Venezuela hace ya 20 años, cuando observamos hasta dónde la gravedad de lo que vive hoy la patria de Bolívar. Cuando reflexionamos sobre el daño que hace 60 años viene causando el régimen imperante en Cuba, no solamente a los cubanos, sino también contra la libertad de otros pueblos, como es el caso del venezolano y el nicaragüense. Cuando somos testigos de la creciente injerencia y osadía de los regímenes de Rusia y China en nuestro continente. Cuando sufrimos por la debilidad de Occidente ante estos liberticidas, algunos nos preguntamos: ¿Nos estaremos acercando a ese mundo orwelliano del Gran Hermano, partido único, miseria generalizada, castigos y torturas, y constantes mentiras y manipulación?
Ese mundo lo vivimos los cubanos hace 6 décadas ya, los chinos y coreanos del norte lo viven hace 7 decenios. Los rusos nunca se han librado de él. A Venezuela y Nicaragua se lo vienen imponiendo… Y si nuestros pueblos oprimidos no se levantan como lo hace hoy Venezuela, donde Nicolás Maduro, con el apoyo del régimen cubano y de los rusos, masacra a hombres y mujeres; y si EEUU y otros países democráticos no pasan de las medidas diplomáticas y económicas a la intervención militar humanitaria ante el incremento del crimen, entonces nos estaremos acercamos a un 2024 donde potencias totalitarias podrían atormentar a todo el planeta.
Si Maduro no cae y termina convirtiendo a Venezuela en una Corea del Norte como ya en su momento Fidel Castro hizo con Cuba, en las narices de Estados Unidos, podemos tener a un López Obrador queriendo hacer de México otra Venezuela. Y si lo consigue, —¿Por qué no? Chávez y Maduro convirtieron, contra todo pronóstico, a su país en una Cuba—, Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y México podrían hacer triunfar en EEUU a Bernie Sanders, y con este convertir a la primera potencia del mundo libre, ¡sin un disparo!, en la Unión Soviética de América del Norte. ¿Se imaginan?
¡No se asusten! Aunque no les oculto que estoy preocupado, este, como la obra de Orwell, es un artículo con un poco de ficción distópica. Y como ya recupero mi optimismo, les aseguro que Maduro caerá, también Daniel Ortega, Raúl Castro y su marioneta Díaz-Canel. Los rusos y los chinos sacarán sus sucias manos de nuestro hemisferio. Bernie Sanders nunca llegará a la presidencia de EEUU y “1984”, como estas líneas, seguirá siendo un llamado de alerta para que los demócratas defendamos con todas nuestras energías al “peor de los sistemas de gobierno, a excepción de todos los demás”. Genial esta frase de otro ilustre británico, Winston Churchill.