LA HABANA, Cuba. -El 4 de julio de 1776, la Independencia de Estados Unidos fue proclamada. En los 239 años transcurridos, cubanos y norteamericanos han participado juntos en trascendentales eventos de sus respectivas naciones. Los pueblos, interrelacionados en las más diversas manifestaciones del quehacer, no se separaron, a pesar de la hostilidad existente desde 1959 entre el único gobierno aún vigente en la isla y 10 Administraciones–presidentes en Washington. Lucharon voluntariamente en sus guerras por la liberación del yugo colonial y fueron aliados en las conflagraciones mundiales. Nueva York, San Agustín y Tampa acogieron a los grandes forjadores de la nación cubana: el Padre Félix Varela, José Martí, los tabaqueros y libertadores, en el siglo XIX. Miami, Union City, Orlando, y muchas otras ciudades acogieron también a los exiliados del siglo XX. A Cuba llegaron los conocimientos y las técnicas más novedosos.
Otros acontecimientos lastraron la presencia de Estados Unidos en Cuba, como la Enmienda Platt dejada por la intervención de 1898-1902, luego de proclamada la República el 20 de mayo, varias ocupaciones armadas en las primeras décadas de existencia y otros sucesos. Los cubanos en la isla con la añoranza por los familiares y alcanzar libertad y mejor calidad de vida, progresivamente cerraron sus oídos a la propaganda oficial, aunque no tenían esperanzas de disfrutar de acercamiento entre ambos países durante su vida.
El 17 de diciembre de 2014 devino la nueva fecha histórica inolvidable, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro sorprendieron con el anuncio del futuro restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas, relegando el nivel de las Oficinas de Intereses ligadas a las embajadas de Suiza en las respectivas capitales. Obama fue mucho más allá en su política proactiva pueblo a pueblo iniciada en 2009 con el anuncio de nuevas medidas, que en enero comenzaron a ser implementadas por las Secretarias de Comercio y Tesoro.
En los seis meses transcurridos, la llegada de norteamericanos se escaló tremendamente en virtud de la ampliación a 12 categorías de permisos y los viajes por terceros países; aumentaron las delegaciones de congresistas y senadores, empresarios, agricultores, científicos, deportistas, eclesiásticos, artistas, músicos, periodistas; se reactivaron proyectos de leyes para el cese de la prohibición a los norteamericanos de visitar Cuba, el levantamiento del embargo-bloqueo, y otras, con la contrapartida de aquellas que pretenden eliminar las medidas del presidente Obama. Los lobbies crecieron. Acuerdos para la telefonía directa, conversaciones de directivos de Google, más licencias a las compañías aéreas y los aeropuertos, permisos para viajes de cruceros, continúan fuertemente acompañados por los más importantes medios. Publicaciones y conferencias de estudiosos sobre Cuba, norteamericanos a título personal y cubanos usualmente provenientes de institutos/centros de estudio, universidades, revistas y otros convertidos en asesores proliferaron.
El gobierno de Cuba necesita mejorar sus relaciones con Estados Unidos para remontar la crisis económica, política y social en que tiene sumido el país desde la década de 1990, por las posibles ventajas comerciales, financieras y científico-técnicas, y porque los grandes capitales de inversionistas extranjeros no fluirán sin garantías de no ser penalizadas sus empresas, fundamentalmente radicadas en Estados Unidos. Sin embargo, no ha facilitado la ejecución de la mayoría de las medidas de Obama, como el mantenimiento de las limitaciones aduaneras o la no autorización a cruceros, con el añadido del entramado jurídico-financiero. No obstante, cuentapropistas se benefician hasta donde permiten los intereses de las autoridades, como en el caso del muy necesitado turismo, donde se ha incrementado notablemente el alquiler de casas y habitaciones, asi como otros servicios, por no disponibilidades del Estado.
Los cubanos saben que no han podido progresar mucho más por las exigencias de los dirigentes nacionales, mientras la popularidad del presidente de Estados Unidos anda por las nubes y su bandera cubre los cuerpos. Los dirigentes octogenarios están acostumbrados a pedir más, aparentar fortaleza y obnubilar. Las negociaciones para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas han sido lentas, al parecer por los obstáculos para el desempeño de los diplomáticos norteamericanos, el acceso a la embajada de los cubanos y la pretensión de que cese la asistencia a la oposición interna. El presidente Obama ha ratificado la política de Estados Unidos en defensa de los derechos humanos y la democracia.
Al arribar al 4 de julio, una fecha tan significativa para el pueblo norteamericano, existen grandes oportunidades para el acercamiento provechoso y retos inmensos más allá del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de las embajadas.