CARACAS, Venezuela, abril, 173.203.82.38 -Cuba inició el proceso de liberación del mercado laboral y con ella la aparición del sector privado de la economía, que el régimen reconoce como “actualización económica” y no como reforma del agotado sistema centralizado de la economía. Por eso cientos de labores y oficios ahora se pueden ejercer pagando licencias y los impuestos de ley. De ahí que los sindicatos y el proceso de sindicalización de esta masa de trabajadores están en la mira del aparato represivo. La conducción de los 18 sindicatos nacionales durante más de 50 años ha estado bajo el control político de la oficialista Central de Trabajadores Cuba (CTC).
Recientemente la CTC, la única central de trabajadores, convocó a sus afiliados a celebrar el Primero de Mayo Día Internacional de los trabajadores participando masivamente en el tradicional desfile de la Plaza de la Revolución en La Habana y en cientos de actos que se organizan en municipios, provincias, empresas y colectivos laborales. La CTC organización nacida de las luchas obreras más legítimas del pueblo cubano, después de triunfar la revolución de 1959, se convirtió en mecanismo de control de los trabajadores alineada políticamente con los objetivos del régimen.
Los trabajadores cubanos hoy reciben este llamamiento en medio de las peores condiciones de vida. El país atraviesa una profunda crisis económica, política y social que afecta todas las instituciones. Las deterioradas condiciones básicas de vida de los trabajadores son crecientes. Sectores como la producción y distribución de alimentos son críticos. Es muy avanzado el deterioro por factores que van desde la mala gerencia de los procesos en el sector agrícola, la situación climática adversa que perjudica la obtención de alimentos por falta de agua e insumos agrícolas, por los altos precios de los alimentos en el mercado internacional, entre otros. Factores que acompañados de medidas antipopulares como la eliminación de subsidios a los alimentos de la cuota básica colocan a la población más vulnerable (ancianos y niños) en situación de riesgo.
Pero los sectores sociales como la educación y la salud pública también están golpeados por los ajustes propios de un país que asume una economía de guerra. La pequeña y mediana industria no arranca por problemas objetivos como la falta de electricidad e inversionistas, sector que podría generar miles de empleos directos e indirectos. Tampoco la industria azucarera, puntal tradicional de la economía de la Isla, supera la crisis que la afecta. La construcción de vivienda y mejoras de la infraestructura continúan paralizados por la falta de materiales.
Pero la CTC convoca a los trabajadores a marchar y hace énfasis en la participación de miles de trabajadores del sector privado de la economía llamados “cuentapropistas”. En la convocatoria se les conmina a marchar en los tradicionales desfiles en las provincias, municipios de todo el país, aspecto que indica el nivel de preocupación que tiene el régimen en controlar cualquier manifestación de autonomía de sindicatos que puedan surgir fuera de la mirada y el control de la Central de Trabajadores Cuba. De manera expresa dice: “reafirmar el respaldo de los trabajadores y el pueblo a la Revolución Socialista, para ratificar su compromiso con el cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”.
El número de trabajadores por cuenta propia sigue creciendo en Cuba desde 2010, cuando el gobierno aprobó la ampliación de ese sector. Al cierre de febrero, según datos oficiales, existían 371.200 trabajadores “por cuenta propia”, como se denomina los empleados fuera del sector estatal. Entre los empleos preferidos por los “cuentapropistas”, está la elaboración y venta de alimentos y la contratación de la fuerza de trabajo que le sirve de apoyo, de la cual el 75% labora en establecimientos gastronómicos. Otros sectores como el transporte de carga y de pasajeros, el arrendamiento de viviendas, carretillero o vendedor de productos agrícolas en forma ambulatoria, productor-vendedor de artículos varios de uso en el hogar, y los mensajeros. Según fuentes del gobierno el 66% de los cubanos que hoy desarrollan esa opción laboral no estatal carecían de vínculo laboral hasta ese momento. Dato que revela la mentira del llamado pleno empleo que Cuba cada año expresaba en sus informes ante la Organización Internacional de trabajo. (OIT)
El gobierno cubano prevé este año un incremento de 240.000 trabajadores no estatales, los que sumados a los actuales superarán el medio millón, según informó en fecha reciente la Gaceta Oficial de la República. “Se incrementará la ocupación en 70.000 trabajadores, lo que resulta de una disminución de 170.000 empleados en entidades estatales y el aumento de 240.000 en otras formas no estatales”, señaló el Plan de la Economía para 2012, aprobado en diciembre último por el Parlamento y recién publicado por la Gaceta Oficial.
En resumen la situación de los derechos sociales y laborales de los trabajadores cubanos continúa bajo el estricto control del Partido Comunista y de los cuadros políticos que colocan al frente de esta organización, ninguno proveniente de los sectores laborales del país, sino de la policía política o ex miembros de la Fuerzas Armadas. No se reconocen los sindicatos independientes ni de otras denominaciones que velen por los derechos de los trabajadores, los cuales son encarcelados y perseguidos.
El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba y la Conferencia del Partido se han quedado en los enunciados de los cambios que se anunciaron a la población y que hoy desconciertan a las masas de optimistas que pudieron soñar con cambios políticos que permitieran a otras expresiones oxigenar la vida política nacional y concertadamente crear las bases del futuro de Cuba. Pero la gerontocracia que dirige Cuba reafirma la terquedad de garantizar el poder absoluto del país hasta después de muertos, tratando de evitar que la justicia los coloque en vida en el basureo de la historia.
Luis Manuel de Lima es un periodista cubano residente en Caracas, Venezuela