MIAMI, Florida, marzo, 173.203.82.38 – La página venezolana Analítica.com, publicó, para burlarse, una foto editada de Nicolás Maduro con intención de mostrarlo como el candidato del castrismo. Ciertamente, Maduro es el hombre de Raúl Castro.
La foto presenta bajo un encabezado: “Como diría el camarada Fito Páez” y la frase a contrafondo: “Yo vengo a ofrecer mi corazón”: Quién dijo que todo está perdido/ Yo vengo a ofrecer mi corazón/ Tanta sangre que se llevó el río/ Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Fito Páez se muestra como camarada entre los bolivarianos. Recientemente, en una entrevista reproducida por el diario Tiempo argentino, dijo: “Chávez fue clave para la idea de una nueva manera de entender a Latinoamérica… Fueron repugnantes las expresiones de algarabía de personas celebrando la muerte de Chávez. No se puede ser comprensivo con eso y no es que yo esté enojado, me enoja esa gente”.
Tal vez sea repugnante que se exprese alegría pública por la muerte de cualquier persona, ya sea Pinochet, o Videla o Hugo Chávez; tal vez sea repugnante para algunas personas las expresiones de alegría del exilio cubano cuando se conozca la muerte de Fidel Castro. Solo aquellos que no sufrieron en su propia carne los rigores de una dictadura, que no conocieron persecuciones, maltratos, cárceles, exilios y llorar la muerte de algún ser querido ante un pelotón de fusilamiento, pueden sentirse repugnados y hasta enojados con los que festejan la muerte de un dictador.
Sí, Fito Páez puede ser considerado como un camarada de los chavistas y de los castristas; pero también es un camarada díscolo.
Fito Páez es siempre bien recibido en Cuba de los Castro, sin embargo en agosto del 2008 hizo declaraciones no muy halagadoras del castrismo, cuando consideró que la llamada revolución, tras casi 50 años ya se había detenido y llegó a definir como dictadura al régimen castrista: “Nadie puede calentar la silla más de 40 años… sería una dictadura. Cualquier proceso revolucionario conlleva la idea recambio, de un movimiento. Si se queda fijo es que ya pasó, se paró”.
Nicolás Maduro no lleva a Cuba en su corazón, la bandera de la estrella solitaria, la de todos los cubanos, la bandera que enarbolaron los mambises del 68 y del 95 del siglo XIX, la bandera de José Martí, la que levantan los luchadores anticastristas en Cuba, la que cubre al exilio cubano, esa no está en el corazón de los chavistas, tampoco en el de los castristas, ni el de Fito Páez.