LA HABANA, Cuba. ─ Este miércoles, el mandamás cubano, Miguel Díaz-Canel, se reunió en la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) “con investigadores, profesores y estudiantes vinculados a la Economía”. Según el tweet del sitio oficial de la Presidencia, se trata del “primero de varios encuentros que sucederán esta semana con varios sectores del país”.
Y, en efecto, el jueves —informa la versión digital del periodiquito oficial Granma— “desde horas tempranas de la mañana”, el mismo mayimbe “intercambió… con un centenar de jóvenes en la Plaza Cadenas de la Universidad de La Habana”. A esto siguió un tweet del propio jerarca con un penetrante regusto a demagogia: “A nuestros jóvenes hay que escucharlos como las más importantes personas que son”.
Resulta evidente que se desea proyectar una imagen de receptividad y tolerancia. Pero no cabe dudar de una obviedad: se trata de una imagen engañosa, falsa. Por lo demás, no parece que sea mucho lo que corresponda esperar de esos encuentros a la comunista. Y esto, ante todo, por la forma en que ellos son organizados y las características del personal participante.
Se trata de personas cuidadosamente escogidas y filtradas por los mismos con los que se van a entrevistar. Y por supuesto que se selecciona a quienes se han significado por su apoyo incondicional al régimen y por su renuencia a hablar alto y claro. En ese enrarecido contexto, es natural que menudeen las medias tintas y los eufemismos.
Como el que, según Juventud Rebelde, empleó Carola Salas, flamante directora del Centro de Investigación de la Economía Internacional de la Universidad de La Habana. Con respecto a la inversión extranjera, la señora empleó una frase digna de figurar en una antología: “continúa siendo una oportunidad que no se ha aprovechado totalmente”.
¡Emplear esos términos para referirse a las posibilidades de financiamiento externo que el régimen castrista, con su torpe inmovilismo, desperdicia de manera aún más criminal que estúpida! ¡Y eso en Cuba, que de no ser por esas autoridades ineptas, sería —y de lejos— la receptora de las más cuantiosas y enriquecedoras inversiones foráneas en toda el área del Caribe!
Los jerarcas comunistas, en esencia, siguen abroquelados en las mismas posturas que han asumido durante decenios. Ya lo dice el refrán: “Perro huevero, aunque le quemen el hocico”. ¡Y vaya que ha sido intensa la chamusquina que armó el pueblo cubano, cuando el pasado 11 de julio y los días subsiguientes demostró con toda claridad que está sencillamente harto de socialismo, “continuidad” y comunismo!
Pero los castristas actúan como si con ellos no fuera. Según el mismo “diario de la juventud cubana”, “los problemas planteados están expuestos en el Informe Central al 8vo. Congreso del PCC y en el discurso de clausura”. También se recuerda la actual “Constitución”, la cual, como se sabe, exalta la “economía socialista” y su “dirección planificada” (las mismas que han hundido el país en la furnia actual)
El diario citado, por boca del Primer Secretario del único partido, enumera los terrenos en los que impera una situación ruinosa (“atrasos”, es el delicado eufemismo que emplea Díaz-Canel): “la administración pública y… la gestión y administración empresarial”; “los sectores de comercio, servicios, hábitat, urbanismo”; “la base industrial”; “la agricultura”…
Lo consignado en el párrafo precedente constituye (son palabras del propio Presidente de la República electo por 605 compatriotas) una “fría caracterización del momento en que estamos”. Para solucionar esa sarta interminable de problemas y desastres, el Jefe de Estado propugna “potenciar la gestión de Gobierno”.
Tratándose de pronunciamientos de la alta jerarquía del país, no podía faltar la referencia al embargo norteamericano. Aunque Díaz-Canel hizo una salvedad que llama la atención: “El bloqueo va a seguir, y no nos podemos continuar lamentando con el bloqueo”. Y concluyó: “Tenemos que buscar una solución diferente para que este país tenga lo que se merece después de tantos años”… del bloqueo, claro.
Veremos en qué paran los ulteriores encuentros con “líderes religiosos y productores agropecuarios, entre otros”. La reunión con los primeros tal vez ofrezca planteamientos más claros y terminantes. ¡Ojalá! Se supone que, a diferencia de los dirigentes de la ANEC y otras entidades oficialistas, los mentores de los creyentes cubanos no son escogidos ni promovidos por los mismos castristas.
A los inocentes de siempre, a quienes creen que esta serie de reuniones de la alta dirigencia con “varios sectores del país” obedece al talante conciliador de los jerarcas del castrismo, conviene dirigirles un comentario: Si van a agradecer a alguien, no olviden a los valientes que se lanzaron a protestar en las calles cubanas el 11 de julio y días subsiguientes.
Es a ellos a quienes es justo extenderles el reconocimiento por ese aflojamiento de la implacable presión gubernamental. Como también por la distribución gratuita (por primera vez bajo el castrismo) de determinados productos regalados por países extranjeros. O por la exoneración de tributos a quienes importen alimentos, medicinas y otros artículos esenciales, o paneles solares.
Como reza la frase hecha: “¡Honor a quien honor merece!”.
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