LA HABANA, Cuba. — El artículo 102 de la Constitución de la República de Cuba afirma que la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) es el órgano supremo del poder del Estado, representa a todo el pueblo trabajador y expresa su voluntad soberana. Partiendo de ese postulado esa instancia legislativa debería analizar todo lo que preocupa a los cubanos, pero, como dice el refrán, “del dicho al hecho va un gran trecho”.
Hay muchos asuntos que los legisladores cubanos deberían abordar honrando su condición, desde la incongruencia del artículo 1 de la Constitución con nuestra realidad, hasta el cuestionamiento de quienes dirigen a nuestro país, porque imagino que los diputados deben conocer la desaprobación del pueblo a su gestión.
En el interín del amplio abanico de asuntos que interesan a los cubanos podríamos incluir la vida de privilegios que llevan los dirigentes y sus familiares, la vulneración constante de la propia Constitución, la falta de objetividad, manipulación y adoctrinamiento ideológico de los medios oficialistas, los constantes abusos policiales y de la Seguridad del Estado en complicidad con la fiscalía y los tribunales, así como la masiva y reiterada violación de elementales derechos humanos.
Pero jamás se ha visto a uno de esos diputados, también “puestos a dedo”, discrepar de un pronunciamiento hecho por un alto dirigente del partido, o siquiera preguntar por las cifras destinadas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio (MININT) del Interior en el presupuesto estatal.
Entre esas omisiones también destaca el debate que debería existir sobre la deuda externa del país, el estricto control del cumplimiento del presupuesto del estado y las múltiples donaciones que se reciben desde el extranjero. Los cubanos de a pie seguimos sin conocer absolutamente nada sobre este tema, obviado por los medios oficialistas. Para conocer sobre el asunto hay que acceder a Internet.
Según datos publicados por CubaFacts, en el 2010 Cuba debía a 24 países y a otros financistas privados la cifra de 71 982 millones de dólares.
Una gran parte de esa deuda fue condonada entre el 2012 y el 2015. China condonó 6 000 millones, México 487 y el Club de París 8 500 millones en el 2015, para un total de 14 987 millones. Rusia condonó 35 000 millones, lo cual sumó un total de 49 987 millones, mucho más de la mitad de la deuda que entonces tenía la dictadura.
A pesar de que el club de París concedió a Cuba hasta el 2033 para que pagara el resto de la deuda, la dictadura no ha podido honrar ese compromiso y en junio del año pasado tuvo que reestructurar las condiciones de pago.
Algo similar ha ocurrido con Rusia, país al que actualmente Cuba debe ya 2 300 millones. Ha sido tal el incumplimiento cubano que el pasado 22 de febrero la Duma, cámara baja del parlamento ruso, acordó prorrogar el pago de los créditos gubernamentales hasta el 2027, lo que costará a Liborio más de 50 millones de pago en intereses.
Durante años los medios oficialistas han estado anunciando proyectos que nunca se concretan o cuyos resultados jamás se aprecian como un salto de calidad en la vida cotidiana. Nade se sabe, por ejemplo, qué pasó con las famosas cien locomotoras chinas que el país iba a importar y de las que se recibieron acaso una decena. Tampoco se aprecian resultados concretos en el transporte ferroviario de pasajeros o la aviación ni en el transporte público por ómnibus. Ni hablar de los servicios de salud y educación, que van en franco declive.
Se desconocen los resultados de los donativos hechos por varios países para mejorar el abastecimiento de agua potable y la red de viales, cada día más deteriorados. Y se desconoce también el destino de las cifras de dinero recaudadas por el turismo, la biotecnología y la exportación de servicios de salud, de educación y deportes.
La recepción de turistas en Cuba desde el 2015 hasta la fecha se comportó de esta forma:
Cada turista debe pagar 25 USD al salir de Cuba. Solamente por ese concepto la dictadura ha recaudado la suma de 531 496 600 dólares. Suponiendo que cada turista gastara solamente en su estancia 100 dólares, la economía cubana habría recibido en ese período 2, 657 483 000 dólares. ¿A dónde va ese dinero? ¿Qué ocurre que Cuba se endeuda cada vez más a pesar de esas entradas?
Los cubanos tenemos todo el derecho a exigir que los dirigentes expliquen de forma transparente en qué se utiliza ese dinero, informando las cifras concretas de destino a cada sector de la economía, los servicios o la defensa.
La sociedad civil independiente cubana debería exigir el tratamiento de ese asunto en las asambleas de cada circunscripción del Poder Popular y que los medios oficialistas informen detalladamente sobre ello, incluyendo lo que se destina a la defensa de la dictadura y a la represión del pueblo, valga la redundancia.
Aunque la responsabilidad mayor recae en los diputados, quienes supuestamente representan a la ciudadanía, ellos jamás preguntan sobre esos temas cuando se reúnen dos veces al año. Por eso el pueblo no confía en ellos y sabe que las sesiones de la ANPP no son más que otra puesta en escena de los mediocres dirigentes de la dictadura.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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