LA HABANA, Cuba.- La promesa de estabilidad paulatina de la disponibilidad de medicamentos, anunciada por la empresa BioCubaFarma y el Ministerio de Salud Pública, y la producción de dos millones de rollos de papel sanitario desde el 3 de noviembre para las tiendas de venta en divisas de La Habana, publicadas por los medios nacionales a comienzos de diciembre, procuraban aliviar las crecientes tensiones en la población por el desabastecimiento.
Durante varios años se agudizaron las dificultades para adquirir las medicinas por recetas o el sistema de racionamiento, destinadas a tratamientos médicos para enfermedades crónicas comunes, sin informarse las causas y posibles soluciones. El papel sanitario es otra historia, indicativa de cuan amplio es el desabastecimiento, incluso de artículos producidos con materias primas nacionales y comercializadas con altos precios en divisa.
El Ministerio de Salud Pública es el máximo responsable de la mala distribución de los recursos financieros para la producción nacional de los medicamentos y la importación, la administración y la eficiencia en toda la cadena de entidades bajo su supervisión. La red de asistencia médica se afectó. Para la población, especialmente más de millón y medio de personas con enfermedades crónicas, como las cardiacas, hipertensas, diabéticas, nerviosas, asmáticas, y alérgicas, la carencia de medicinas las agudizó en muchos casos. En ello influyó también la falta de información oficial, las tensiones de las colas y la investigación para ubicarlas en las farmacias cada semana cuando los suministros debían llegar, para salir con las manos vacías durante 2-3 meses o más, a pesar del control racionado.
Las plantas productoras pararon por falta de insumos procedentes de China, India y Europa durante 2016 y parte de 2017, y desde inicios de 2016 BioCubaFarma y el Ministerio de Salud Pública trabajaron para “dar respuesta al sistema de salud y lograr la disponibilidad de al menos un medicamento por grupo farmacológico”, según un artículo en Granma, el 30 de noviembre. Las farmacias de venta en divisas tuvieron deficiencias. Personas con familiares y amigos en el exterior recibieron ayuda, otros recurrieron a la “bolsa negra” y muchos “se la han visto negra” hasta para conseguir una dipirona.
Raúl Castro reconoció las dificultades financieras del país en la sesión de la Asamblea Nacional hace dos años y medio, igual tiempo ha pasado hasta que se designó para informar a dos ejecutivas, las doctoras Rita María García Almaguer del Grupo de Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma) y Cristina Lara Bastanzuri del MINSAP, que reconocieron la falta de liquidez y, luego de muchos datos, se puedo escudriñar que se debió a la disminución de las exportaciones, y por tanto del dinero para cumplir el pago de contratos y realizar otros. De ello se deduce que no hubo previsión de los niveles superiores de Gobierno para auxiliar.
El papel sanitario compite en las colas y los precios del mercado informal con los huevos, más deficitarios por los destrozos causados por Irma a las naves de las gallinas ponedoras. El artículo “El rollo de los rollos” del diario Juventud Rebelde, el 1 de diciembre, anunció que más de dos millones de rollos de papel sanitario se han fabricado desde el 3 de noviembre para las tiendas (TRD) de La Habana. Dos líneas nuevas con tecnología italiana complementarán las maquinas viejas en la fábrica de la Empresa Mixta de Productos Sanitarios S.A. (Prosa) de Cárdenas, Matanzas. Al respecto puede añadirse que algunas importaciones de Vietnam no han sido suficientes. Los pobladores en el interior del país posiblemente vean Granma, aunque continuarán con sucedáneos. La Habana es priorizada usualmente. También se informó que para 2018, la demanda total del país es de 96 millones de rollos, de los cuales 73 millones son para las tiendas.
La zafra azucarera 2017-2018, empezada el 21 de noviembre en el central Boris Luis Santa Coloma de la provincia Mayabeque, pasó de soslayo en los medios. Probablemente apenas sobrepasará el millón de toneladas de azúcar, por los problemas acumulados después de la desactivación de los ingenios y los campos de caña, más que por los tradicionales pretextos del embargo norteamericano, la sequía y en septiembre el arrollador huracán Irma. La zafra azucarera 2016-2017 solo llegó a 1,8 millón de toneladas de azúcar, sin cumplir los 2 millones de toneladas proyectadas, a pesar de las inversiones en algunas fábricas para recuperarlas, las nuevas máquinas cortadoras y otros equipos. El director de la empresa AZCUBA había alertado las dificultades que se afrontarían esta zafra desde la sesión de la Asamblea Nacional en julio. El rendimiento cañero y el aprovechamiento industrial se mantienen bajos, el personal calificado no es suficiente o continúa el éxodo y otros problemas.
Las elecciones de los delegados municipales del Poder Popular efectuadas el 26 de noviembre y el 3 de diciembre tuvieron como novedad solo la incertidumbre de los cubanos sobre quienes serán los “agradecidos” que asumirán los cargos en febrero de 2018, y la añoranza de que acometan los cambios imprescindibles para revertir el retroceso de las timoratas medidas económicas, desbloqueen las actividades privadas y alivien las amplias carencias.
Este es apenas el preámbulo de las tétricas informaciones, que se harían la sesión de la Asamblea Nacional el 21 de diciembre.