MIAMI, Florida, agosto, 173.203.82.38 -La reciente muerte de Oswaldo Payá Sardiñas ha colocado nuevamente sobre la palestra un tema que ha dominado el escenario político en las relaciones Cuba-Estados Unidos: el Embargo.
Probablemente Payá fue una de las voces disidentes que abogó con más fuerza desde dentro de la Isla para que el gobierno norteamericano levantara el Embargo impuesto por más de cinco décadas al régimen Castro-comunista. Payá consideraba que esta medida era un obstáculo para la democratización de Cuba. Dicha postura le granjeó la animadversión de muchos sectores de la oposición cubana interna y externa, fundamentalmente entre los cubanos radicados en la Florida.
Por otra parte, hay dos nuevos elementos que reavivan hoy la controversia sobre la conveniencia de mantener la política del Embargo: la reciente inauguración de los envíos directos de mercancía a Cuba por mar, con los viajes semanales entre Miami y La Habana del carguero Ana Cecilia llevando mercancías enviadas por exiliados a sus familiares; y la posible reelección del Presidente Barack Obama, a quien muchos imputan pretender el levantamiento del Embargo, o al menos su relajamiento.
Quienes se oponen al levantamiento del Embargo, alegan que levantarlo solo favorecerá al régimen comunista, llenará las arcas de los Castro y le permitirá al régimen incrementar la represión que actualmente ejerce en contra de sus opositores.
Por su parte, quienes favorecen el levantamiento, consideran que el Embargo es una política fracasada cuyo único resultado visible ha sido servir de justificación al desastre provocado por la política económica implementada por Fidel Castro, primero, y la que actualmente sigue su hermano Raúl. Al referirse a los viajes del Ana Cecilia a Cuba, ellos enfatizan que el mismo favorece más al pueblo, a los familiares y amigos, que al régimen castrista.
Al respecto manifiestan que desde que Raúl Castro autorizó la implementación de la “actualización económica del sistema socialista”, sus familiares han abierto numerosos negocios (fundamentalmente en la capital), gracias, en gran medida, a los envíos que regularmente se hacían desde Estados Unidos. Hasta ahora estos envíos se hacían solamente mediante las llamadas mulas, lo que encarecía el precio de los productos, situación que habría cambiado a partir de la entrada en servicio del carguero, nueva opción abarataría los envíos y por ende, haría bajar los precios de los artículos en Cuba, favoreciendo la proliferación del sector privado independiente del régimen.
Por último, ellos afirman que las personas que trabajan por su cuenta se convierten en individuos más independientes del régimen, más inmunes a la manipulación que sufren quienes dependen de la omnipotencia gubernamental para garantizar su subsistencia.
Ante una posible reelección del actual presidente norteamericano, y su presunta disposición al levantamiento del Embargo, los demócratas de la oposición moderada se plantean una cuestión de fondo: ¿Contra quien está dirigido el Embargo, contra el gobierno comunista o al pueblo cubano?