LA HABANA, Cuba.- Una de las acepciones de la palabra ficticio es artificial, no natural: justo lo que está ocurriendo en la economía, la sociedad y la política en Cuba. Se han inventado cosas que se suponen sean ciertas, pero en realidad son engañosas, destinadas a ganar tiempo, algo a lo que nos tiene acostumbrado “el socialismo” en su etapa de “construcción”.
Al parecer, es una forma de entretener a los cubanos y al mundo hasta tanto la administración de Joe Biden decida hacer lo mismo que cuando él fue vicepresidente de Obama. Algo que muchos esperan. El número uno en la fila: la dictadura.
Es por ello que de pronto la tasa de cambio del dólar por el peso cubano, que llegó a estar a 125, cayó a 100, lo que afecta a los que reciben dinero en pesos cubanos de Estados Unidos a través de las agencias de cambio, que en la actualidad volvieron a bajar los envíos entre 80 y 90 pesos por dólar.
Aquellos que tienen conocimiento de los procesos económicos se cuestionarán: ¿Cómo es posible que suceda esta recuperación del peso cubano en medio de una inflación en desarrollo que no se detiene? A lo que habría que adicionar: “con grandes escaseces de productos de todos los tipos: alimenticios, de aseo, medicinales, de vestir, y un largo etcétera”. La parte de los alimentos ha afectado incluso algunos restaurantes de cuentapropistas, que se han visto obligados a cerrar sus puertas.
Es posible que esto surta efecto solo a corto plazo, porque la tendencia del peso es en caída libre, y no hay política monetaria que lo sostenga.
Los niveles de inflación en Cuba, comparados con el resto del mundo, impiden que el tipo de cambio real mejore. Por el contrario, el peso continuará hundiéndose, salvo que se tome la decisión –costosa desde el punto de vista político– de fijar un nuevo tipo de cambio: La tendencia a la baja va a seguir.
Lo lógico sería una intervención del Banco Central, para llevar a cabo una devaluación de tipo oficial de cambio que pudiera estar combinada con el aumento de algunos tipos de interés.
Esta situación es como una cortina de humo que pronto se disipará. Los pequeños movimientos son maniobras especulativas que pueden estar influidas por disímiles factores difíciles de enumerar. La dirección del país no está en condiciones de respaldar el peso y no se conoce de ninguna política monetaria que se esté siguiendo para darle protección y control. Se puede decir que desde el comienzo de la tarea ordenamiento fue abandonado a su suerte.
Como se conoce, después de las medidas de Biden, la dolarización avanza, el nivel de entrada de moneda estadounidense en la economía va a continuar creciendo y la solución será mantener las tiendas en MLC. Los cuentapropistas se verán obligados a adquirir sus insumos en MLC, ya que de esa forma podrían controlar toda la moneda fuerte que entre al país.
Sin dudas estas maniobras de sobrevivencia explican por sí solas la difícil situación que tiene el país.
Una parte del pueblo, la que quiere emigrar, se alegra, porque puede obtener más dólares con menos pesos cubanos. Hubo un momento que para obtener 1 000 dólares se necesitaba 125 mil pesos cubanos, y convertir en dinero sus bienes para poder cruzar fronteras requería de poder hacer líquidas todas sus posesiones, como viviendas, autos, motos y hasta las bicicletas.
Como mínimo para viajar, además del pasaje, requieren de 10 mil dólares por persona, una cifra que algunas veces no les alcanza y tienen que recurrir a sus familiares en el extranjero.
Este grupo que se convertirá en emigrantes será favorecido con el cambio artificial, y como lo que quiere el régimen en este momento es molestar con los inmigrantes a los americanos, desde el punto de vista político le viene muy bien.
En fin, la dictadura está utilizando la economía como contrapeso a la fracasada política totalitaria, porque decir que nunca le ha interesado la economía es algo más que sabido.
Todo lo anterior permite pensar que este modelo está agotado. Desde el punto de vista económico, que es el que analizamos, no tiene futuro. No hay forma de reanimar la economía si se mantiene sobre ella el control absoluto. La única forma es la libertad económica, algo que no van a permitir que ocurra porque saben que van a perder el poder político del cual están agarrados de forma total.
Es por eso que saben que no hay avances y se aferran a los parches y a la chapucería, algo que en materia económica no funciona.
Tendrían que empezar por asumir la imprescindible desmilitarización de la economía, que es bien conocido por todos que está en manos de los militares de GAESA, con al menos una estrella en un rombo y un ramo de olivos.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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