LA HABANA, Cuba. -En artículos de periodistas radicados en la Florida se traspira un exceso de optimismo en la valoración que hacen del anuncio de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) de que a partir del primero de julio abrirá la conexión a Internet con la tecnología wifi en 35 espacio públicos de las 15 provincias y el municipio especial Isla de Juventud.
Un artículo publicado en el diario Juventud Rebelde el pasado 18 de junio titulado “Wifi en el ambiente”, recogió declaraciones de Luis Manuel Díaz Naranjo, director del monopolio estatal de las comunicaciones, quien explicó que podrán acceder a wifi todos aquellos que tengan una cuenta Nauta, que les permitirá conectarse a Internet con el empleo de laptops, teléfonos inteligentes y tablets.
El valor de una cuenta Nauta es de dos dólares la hora.
El directivo de ETECSA plantea algo que no es cierto cuando afirma que el wifi no es un nuevo servicio, sino una nueva vía de acceso. Desde que se abrieron las salas de conexión a Internet en todo el país, únicamente se podía tener acceso a ese servicio en los hoteles de La Habana, Varadero, y los cayos Coco, Guillermo, Largo y Santa María, previo el pago de 6 y 10 dólares la hora.
Los centros de ETECSA que bridan el servicio de conexión a la red de redes nunca han prestado servicio de wifi.
Es ahora que por primera vez se brinda a los cubanos conexión wifi, aunque sea de manera limitada.
Afirmar como si fuera un logro que en estos momentos cerca de 800 000 usuarios tienen acceso a la plataforma correo electrónico Enet y Nauta para la conexión a Internet, es algo vergonzoso. Esa es una cifra insignificante en relación con los 11 238 000 habitantes que tiene Cuba.
El gobierno cubano ha guardado silencio sobre el informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones –de la cual Cuba es miembro fundador- sobre Medición de la Sociedad de la Información 2014. En los diferentes eventos celebrados este año en Cuba en los que se abordado la aplicación y extensión de la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC), y tampoco en la prensa oficial, se han referido a este informe.
Veamos algunos datos tomados de Según el Panorama Económico y Social 2014 de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) en su apartado 32 referente a “Cuba: Tecnologías de la información y las comunicaciones”: el total de líneas fijas digitales era 1 271 359, lo que representa el 99,6% y había 2 530 800 abonados a la telefonía celular.
La densidad telefónica de líneas fijas por 100 habitantes, al terminar el año 2014, era 39,9, menos del 10%. La densidad de la telefonía celular era 22,6, menos del 20%.
No es extraño pensar que muchos cubanos nunca han estado en presencia de una computadora.
En 2013 existían en Cuba 1 014 400 computadoras, 90 por cada 1000 habitantes. De ellas solo estaban conectadas a Internet 515 400, lo que significa 261 por 1 000 habitantes, algo realmente irrisorio.
ETECSA, por orden del gobierno, no brinda acceso a Internet a los hogares. Solo reciben este servicio diplomáticos, empresarios extranjeros radicados en Cuba y extranjeros con residencia temporal, a través de la empresa Cuba Cable Internacional, propiedad del Estado cubano, que se muestra tan celoso en este aspecto como el régimen tiránico de Corea del Norte.
En el anteriormente citado informe de la UIT en el apartado Índice de Desarrollo de las TIC (IDT), Cuba ocupa el puesto 125 entre los 166 países miembros de dicha organización. Nicaragua, Zimbabwe, Sudán, Bután y Kenia, ocupan los puestos120, 121, 122, 123 y 124, respectivamente. La gran contradicción es que en 2014 Cuba estaba entre los 51 países con más alto Índice de Desarrollo Humano (IDH), muy por encima de esos cuatros países, que están entre los más pobres y atrasados del mundo, pero que sin embargo la superan en el empleo de las TIC.
Resulta bastante exagerado decir que al facilitar el limitado acceso a wifi, ETECSA abarata el costo del acceso a Internet. Los medios internacionales que afirman que wifi se extiende por toda Cuba lo que lograron fue darle el espaldarazo que precisamente necesitaba el régimen, que sigue haciendo lo indecible para no liberar el acceso a Internet a la población.
El wifi no será para aquellos cuyo salario no sobrepasa los 23 dólares mensuales, que, por cierto, son la mayoría de los cubanos. Con sus bajísimos salarios no podrán pagar el costo de conectarse, y solo en sueños podrán acariciar un teléfono inteligente o una laptop.