LA HABANA, Cuba. – Según datos oficiales, el coronavirus COVID-19 llegó a Cuba el 9 de marzo a través de turistas procedentes de Lombardía, la zona con mayor infestación en Italia, el país más afectado por la pandemia después de China, con12.000 casos positivos registrados y 820 muertes.
Por no limitar temporalmente el flujo externo y el turismo, el Gobierno puso en peligro al pueblo. En Cuba no existen las condiciones higiénicas y alimentarias mínimas ni se cuenta con los medicamentos necesarios para enfrentar la pandemia. Por ahora, las autoridades procuran entretener a la población con planes y reuniones.
El propio día 9, el primer ministro Manuel Marrero explicó la estrategia para la prevención y el control del coronavirus, en el programa Mesa Redonda de la televisión estatal. Por su parte, Miguel Díaz-Canel no compareció como habían anunciado los medios oficiales, que luego no explicaron su ausencia.
El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal, realizó una amplia exposición sobre los preparativos del sistema y la población, secundado por el viceprimer ministro, el médico Roberto Morales Ojeda. Los cubanos deberán lavarse las manos frecuentemente frotando jabón durante más de 20 segundos o usando gel o hipoclorito de sodio al 0,1%. Deben cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo o con el propio codo al toser o estornudar, además de utilizar nasobucos, evitar las aglomeraciones y mantenerse a una distancia de metro y medio.
Sin embargo, la población deambula entre los pueblos, ciudades y provincias desde hace más de un año para encontrar jabón y detergentes, que solo se pueden adquirir en cantidad limitada para que “no haya acaparamiento ni venta ilícita” después de hacer una cola. Esos artículos mostrarán cierta mejoría en abril y la situación deberá estabilizarse en mayo y junio según aseguró Mirla Díaz Fonseca, vicepresidenta primera del Grupo Empresarial de la Industria Ligera.
Aunque el hipoclorito no se encuentra desde hace mucho tiempo, el Ministerio de Industrias incrementará la producción, de acuerdo con Morales Ojeda, y elaborará los nasobucos para el MINSAP. Por su parte, los Comités de Defensa, la Federación de Mujeres, la Central de Trabajadores y otras organizaciones instruirán al pueblo para que confeccione sus propios nasobucos.
Los pañuelos no son habituales porque en las tiendas rara vez se venden, y las servilletas de papel aparecen esporádicamente con costos elevados en las tiendas de venta en divisas (TRD). En cuanto a mantener metro y medio de distancia, el ingenio popular se mofa con que mejorará el transporte, pues quienes lo recomiendan no cogen las guaguas donde los cuerpos y los efluvios se funden después de prolongadas esperas y forcejeo para entrar.
Morales Ojeda expresó que se potencia una estrategia con la industria farmacéutica para reducir las carencias de ciertos medicamentos en la red y dar respuesta oportuna con los recursos necesarios. Desde hace años, la escasez de medicamentos esenciales se ha hecho endémica por falta de financiamiento para importarlos o adquirir las materias primas utilizadas por la industria nacional.
Asimismo, el dirigente manifestó que el pueblo debe sentirse seguro de que el Sistema de Salud es “fuerte”, “robusto” y “está preparado”, pues, según él, el Gobierno ha adquirido equipos e insumos y realiza cursos de adiestramiento.
En cuanto a la alimentación, es notorio que desde 2018 las autoridades han reducido las importaciones debido a la falta de liquidez. Además, la producción nacional es muy baja por la carencia de incentivos y por muchas limitaciones en la agricultura. Cuando las TRD tienen las neveras y los anaqueles vacíos, se abren las tiendas en MLC ―moneda libremente convertible― y se amplían sus ofertas de equipos, autos de segunda mano, motos, artículos de ferretería y otros demandados por la porción del pueblo adinerada o auxiliada desde el exterior.
El Ministerio de Salud Pública emitió una nota, leída en el noticiero estelar de la televisión este 11 de marzo, en la que anunció los tres primeros casos de coronavirus en la Isla: tres turistas italianos que se trasladaron desde el Aeropuerto Internacional José Martí a Trinidad y luego fueron ingresados en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” de La Habana.
Ese mismo día, el primer ministro italiano Giuseppe Conte declaró “estado de emergencia nacional” para contener estrictamente los desplazamientos, que quedaron limitados a razones laborales, necesidades sanitarias o emergencias.
El papa Francisco ha estado celebrando la misa en su residencia solo con sus colaboradores más cercanos, con transmisión en directo por Internet. El Santo Padre ha dicho: “Recemos al Señor también por nuestros sacerdotes, para que tengan el coraje de salir y acudir a los enfermos, llevando la fuerza de la Palabra de Dios y la Eucaristía y acompañen a los trabajadores sanitarios, los voluntarios, en este trabajo que están haciendo”. La Plaza y la Basílica de San Pedro y otras instalaciones quedaron cerradas hasta el 3 de abril de 2020. En Cuba, las misas están suspendidas.
Países de América Latina y el Caribe restringieron el movimiento interno y externo. Estados Unidos suspendió los viajes desde Europa a partir del 13 de marzo.
Lamentablemente, nunca los cubanos han sido más vulnerables que ahora ante la amenaza del coronavirus COVID-19, si bien el país cuenta con profesionales bien calificados.
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