LA HABANA, Cuba. – José Martí al igual que varios jóvenes cubanos de hoy, fue condenado a prisión y destierro por expresar sus opiniones para edificar una Cuba “con todos y para el bien de todos”. Él llegó a Madrid el 15 de enero de 1871 con 18 años de edad, e inmediatamente escribió El presidio político en Cuba, que publicó en una imprenta de Madrid. En Zaragoza pudo trabajar como profesor de idiomas para ganarse el sustento y pagar los estudios universitarios.
Ciento cincuenta y un años después, la mayoría de los jóvenes que expresaron sus ideas espontáneamente en las calles de toda Cuba el 11 de julio de 2011 están siendo juzgados por tribunales bajo las acusaciones de desacato, desorden público, incitación a delinquir, atentado y sedición. Sobre ellos pesan peticiones fiscales de hasta 30 años de privación de libertad.
El 11J ocurrieron algunos actos vandálicos existieron, pero la mayoría de los manifestantes lo que hicieron fue demandar de manera pacífica apertura política, así como solución a la grave crisis nacional, agudizada por las medidas de la Tarea Ordenamiento.
El Gobierno apenas ha publicado datos de arrestos o juicios pendientes. Las condenas contra los manifestantes se conocen sobre todo por las informaciones de familiares, reporteros independientes y organizaciones de derechos humanos.
Como escribió Martí: “Dante no estuvo en presidio. Si hubiera sentido desplomarse sobre su cerebro las bóvedas oscuras de aquel tormento de la vida, hubiera desistido de pintar el Infierno. Las hubiera copiado, y lo hubiera pintado mejor”.
Pepe fue condenado a seis años de privación de libertad el 4 de abril de 1870 por haber firmado una carta junto a Fermín Valdés Domínguez, en la que acusaban a un condiscípulo de apóstata por entrar en el Cuerpo de Voluntarios.
Martí ingresó en la Cárcel Nacional con el número 113. Por gestiones del acaudalado contratista de las Canteras de San Lázaro, José María Sardá, con su amigo el capitán general de Cuba, a petición de Mariano Martí, la condena fue conmutada a destierro en la finca de Sardá en Isla de Pinos, a donde llegó el 13 de octubre de 1870.
Por estos días, los dirigentes del régimen cubano resaltan el aniversario del nacimiento de Julio Antonio Mella y de la creación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), al tiempo que pretenden imponer el miedo en todos con las altas condenas a prisión. Luego de 63 años se continúan cercenando a la juventud y esconden que Mella fue asesinado a los 26 años de edad; José Antonio Echevarría tenía 25 años cuando dirigió el asalto al Palacio Presidencial; Frank País al morir como organizador del levantamiento de Santiago de Cuba contaba con 22 años. Raúl Castro también tenía 22 años y Fidel Castro 27 cuando ambos asaltaron el Cuartel Moncada (por cierto, los dos fueron amnistiados por el Congreso de la República).
El encierro en prisión o el escape al extranjero a causa de la represión no pueden seguir menguando a la juventud cubana. Con la participación de todos los cubanos se podría salvar al país, ahora.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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