LA HABANA, Cuba.- El XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), realizado del 20 al 24 de abril, aplazó procurar la elevación del salario, la demanda más reiterada por los trabajadores desde la primera asamblea local preparatoria del evento, en junio de 2018.
El mísero salario encadena precaria calidad de vida ̶ desestímulo a la producción ̶ el deterioro de la economía nacional ̶ pérdida de valores éticos y morales. Sin embargo, Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general ratificado de la CTC, reconoció la insuficiente capacidad de compra del salario ante los elevados precios en el mercado minorista.
El proceso del Congreso fue un ejercicio de catarsis para los trabajadores asistentes a las reuniones, y de recogida de opiniones, el método de Raúl Castro de aparentar transparencia y oportunidad para ejercer la libre participación. Al mismo tiempo, se procura revitalizar la CTC en su papel de ejecutora de las decisiones del Partido Comunista, esto para el momento en que se requiera un estrecho control sobre los cubanos, por el incremento del malestar social según aumentan las restricciones económicas por el cierre de capacidades productivas, a causa de la escasez de insumos, electricidad y obsolescencia de las plantas y equipos.
El periódico Trabajadores ha incluido durante el último año artículos sobre la necesidad de realizar una reforma general de salario. Los medios oficiales publicaron en el transcurso del congreso extractos de las intervenciones de los ministros y delegados, que a pesar de la selección demuestran la grave situación existente.
Según informó Margarita González, ministra de Trabajo y Seguridad Social, hay 4 482 700 trabajadores en Cuba, de ellos 3 067 000 en el sector estatal y 1 515 700 en el no estatal, esto incluye las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) y los usufructuarios vinculados a ellas, los campesinos privados dispersos, las cooperativas no agropecuarias, y los trabajadores por cuenta propia.
La ministra expresó que en 2018 el salario medio en el sector empresarial ascendió a 871 pesos moneda nacional (CUP) ̶ unos 30 dólares ̶, aunque 946 000 trabajadores en 1005 empresas tuvieron un pago inferior; el 14% con salarios menores o iguales a 440 pesos ̶ 15 dólares ̶ . En el sector presupuestado, el más golpeado por este concepto, la media es de 634 pesos ̶ 22 dólares ̶ , similar a 2017, 485 pesos ̶ 17 dólares ̶ en sectores no beneficiados por el aumento desde 2005. (25 CUP= 1CUC= 1.13 dólar).
Cuando el gobierno menciona el gran esfuerzo que hace en importar los alimentos porque no tiene liquidez y se dificultan los créditos, los cubanos en su peregrinar por las tiendas estatales de venta en divisa sacan las cuentas de las cifras contra los elevadísimos precios, y llegan a la conclusión de que están financiando esas compras con creces.
Ciertamente, las medidas de la Administracion Trump y el embargo-bloqueo dañan la economía y la población. Pero hace muchos años que se preveía la pérdida de las subvenciones de Venezuela, y el gobierno aletargó las limitadas reformas, que sin prisa han establecido pausas y retrocesos, de manera que gran parte de los cubanos no se sienten culpable de la grave situación económica y, por tanto, no acogen de buena gana los sacrificios que se les ofrecen.
Entre los problemas que ocasionan los bajos salarios y las formas de pago expuestos por los directivos y los delegados, se repetían, como desde hace años, la baja productividad, la imposibilidad de cubrir plazas, la inestabilidad laboral, el desinterés en ocupar responsabilidades, el desplazamiento de profesionales hacia labores menos calificadas de choferes privados y camareros, el desvío de recursos ̶ notablemente el robo de petróleo y gasolina ̶ , y la apatía de los jóvenes.
Por ejemplo, Digna Morales, de la empresa de Comercio de Villa Clara, aseguró que el 60% de sus trabajadores son directos a la producción y ganan entre 200 y 250 pesos, aunque manejan más de 2 200 millones de pesos anualmente. En torno al fortalecimiento de la cadena puerto-transporte-economía interna, Silverio Ruiz, en representación de los portuarios, lamentó que se pagan anualmente millones de dólares por estadía, entre otras causas, por falta de equipos y el poco rendimiento de los estibadores que sobrepasan los 60 años. Evidentemente no existen incentivos para reponer esa fuerza de trabajo.
En la clausura del congreso, José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del PCC, reiteró que “habrá que enfrentar el complejo e insoslayable proceso para poner orden al sistema monetario, los salarios, los subsidios y las gratuidades; asuntos que requieren una solución conjunta dada su estrecha relación”. Sin embargo, continuó la incertidumbre sobre cuándo y cómo se aplicarán.
En el congreso, las altas autoridades del país repitieron las explicaciones sobre las dificultades económicas, las exigencias a la población para afrontar el Período Excepcional, y las inculpaciones a los trabajadores por la baja producción, la mala administración, los robos, la burocracia y tanto más. ¿Dónde estaban todo este tiempo? Los mandatarios de los últimos 60 años fueron eficientes, se proclama, y hay que seguir su ejemplo, de manera que se mantendrá el mismo sistema y las cuatro generaciones nacidas dentro de él tendrán que seguir afrontado las consecuencias.
Los dirigentes continuistas tendrán que acelerar la apertura a los emprendimientos privados, incluyendo todas las profesiones, para procurar el sostenimiento propio y contribuir a la economía nacional.