LA HABANA, Cuba.- Es proverbial que los cubanos gustamos del chisme, las bolas y los rumores. Eso no ha sido erradicado por los 57 años del castrismo, sino que por el contrario, ha sido estimulado por el proverbial secretismo del régimen. A falta de información, la inventamos…
Esto ha llegado al paroxismo con la próxima visita a La Habana del presidente Obama, del que todos parecen esperar un milagro diferente y para todos los gustos. Algunas de las cosas que se han llegado a rumorar rozan el disparate, tales como que Obama cenará en La Madriguera con el general Raúl Castro y que allí se tropezará de casualidad, como quien no quiere las cosas, con Fidel Castro, o que como el Air Force One no podrá aterrizar en Boyeros por falta de capacidad de la pista, entonces Obama vendrá a bordo de un portaviones que se estacionará frente al litoral habanero y de ahí despegará en el helicóptero presidencial, flanqueado por dos cazas F-22, para trasladarlo al encuentro del general presidente.
Aunque no tanto como la visita de Obama, el concierto de The Rolling Stones en La Habana, programado para el próximo 25 de marzo en la Ciudad Deportiva, también genera rumores disparatados.
Cuando hablo de disparates no me refiero a ciertas pifias aparecidas en la prensa oficial, como la del periodista Michel Hernández, que atribuyó al pintor Andy Warhol el famoso logo de los Stones, el de los labios abultados y la lengua entre burlona y libidinosa, cuando en realidad es del diseñador John Pasche, quien lo hizo en 1971 y apareció por primera vez en el disco Sticky fingers.
A lo que me refiero con disparates, es entre otros, a los rumores de que en el hotel donde se alojen, bajo los términos que dicen impusieron ellos, los Stones organizarán una gran recholata alcohólica y marihuanera para sus invitados, y que antes de irse, Mick Jagger pasará por Punto Cero a rendirle pleitesía a Fidel Castro, con el que, además de con The Beatles, compitió —y al que a la larga superó en durabilidad— en la iconografía de los años 60.
Se dicen muchas cosas de la visita de los Stones, de los varios contenedores que vinieron cargados con el equipamiento y la parafernalia que requieren sus shows, incluida seis plantas eléctricas del escenario que ya anunció el periódico Granma que montan en áreas aledañas a la Ciudad Deportiva y que ha despertado más atención que aquel misterioso OVNI de mentiritas que hace más de 60 años estuvo parqueado en la misma zona y del cual emergió, en vez de los marcianos, una despampanante Rosita Fornés que bailaba chachachá custodiada, por si las moscas, por Salas Cañizares y sus huestes policiales, momentáneamente desviadas de perseguir fidelistas.
Pero el concierto de los Stones no es truco, aunque todavía sus fans nos resistamos a creer que luego que la revolución nos hiciera la vida poco menos que imposible a los aficionados al rock, vamos a ver tocar en vivo a la mejor de todas las bandas. Eso, si no llenan el lugar de segurosos, movilizados del Partido único, invitados extranjeros y chicos de la Juventud Comunista y la FEU (Federación Estudiantil Universitaria) que preferirían estar en una pachanga reguetonera o de tecno-house.
A los que queremos caldo, tres tazas: dicen que ya se preparan también para venir a tocar en Cuba, Sting, Jimmy Page, ZZ Top (los tres, no solo Billy Gibbons), David Gilmour y Roger Waters —que ahora, además de por las canciones de Pink Floyd, también rivalizan por ser los primeros en llegar a La Habana— y hasta el mismísimo Sir Paul McCartney.
Dicen que ya empezó el rifirrafe por el cargamento de guitarras Gibson que los Stones traen para donar en Cuba. Y también la bronca entre los rockeros que trataron con Jagger en la Fábrica de Arte, cuando vino hace unos meses a La Habana, por ser los teloneros de los Stones en el concierto de la Ciudad Deportiva. Aunque dicen que ya está decidido que sea Tesis de Menta, un grupo que lo mismo toca su repertorio que covers de Led Zeppelin o de rock sureño. Por cierto, va a tener que esmerarse el guitarrista de Tesis de Menta, porque se dice que Jagger y Richards lo invitaron además a hacer un solo en el largo descargón de Midnight rambler.
Dicen también que un periodista independiente nombrado Luis Cino, que es un furibundo fanático de los Stones, se ha propuesto entrevistar a Jagger. Dice que tiene algunas buenas preguntas. No se cree el cuento de los excesos del cantante con las drogas, considera que es una leyenda, otra más, y pretende indagar la fórmula de Jagger para mantenerse, ya septuagenario, en tan excelente forma física.
Pero el periodista sabe que es muy difícil que logre su aspiración y entenderá si Jagger no quiere o no puede darle la entrevista. No se pondrá celoso si le da la entrevista, en vez de a él, a Guille Vidal, Juanito Camacho, Humberto Manduley, Joaquín Borges Triana, Joao Fariñas o Michel Hernández, que son colegas que gustan del rock. Aceptará que se la dé a cualquiera, menos a Pedro de la Hoz (y el martillo). Cino no formará alboroto. Se conformará con asistir al concierto. Si lo dejan…