LA HABANA, Cuba.- Raúl Castro se empeña en prolongar la permanencia de la llamada revolución después del deceso propio y de los denominados dirigentes históricos, mediante monumentos funerarios del máximo dirigente y sus seguidores, cuyas cenizas sean veneradas y, de producirse cambio en el sistema de gobierno, se evite la profanación o la eliminación.
Igualmente se esfuerza por demostrar que las Fuerzas Armadas forjadas por él para sostener el gobierno durante 59 años, serán garantes eficientes de las órdenes legadas a los herederos en el período de ajuste del gobierno y después de 2021, cuando dejaría de ser el primer secretario del Partido Comunista
El general decidió la despedida a Fidel Castro durante nueve días en noviembre de 2016, que reeditó personalmente en el primer aniversario de su fallecimiento; y creó un espacio sacropatriótico en el Cementerio de Santa Ifigenia, al colocar la roca con las cenizas del Comandante en Jefe frente al mausoleo del Apóstol José Martí, y rodearlo de las tumbas del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes y la Madre de la Patria Mariana Grajales, ambas oportunamente trasladadas de ubicación.
Raúl reapareció públicamente en el “mausoleo a los héroes y mártires del III Frente Mario Muñoz” de la Sierra Maestra el 11 de enero, a presidir la ceremonia militar para depositar los restos de 33 combatientes caídos durante la guerra de liberación o fallecidos después del triunfo de la revolución, según publicaron los medios nacionales. Las cenizas de Juan Almeida Bosque (2009), fundador de la agrupación guerrillera ordenada por Fidel Castro en marzo de 1958, y otras personas se encontraban en el lugar inaugurado en 1998. El primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel pronunció el discurso.
Castro presidió el 12 de enero una ceremonia de inhumación similar en “el mausoleo del II Frente Frank País García”, que él dirigió en las montañas del norte de Oriente, entre Mayarí y Baracoa, de marzo a diciembre de 1958. En una gran roca, anterior a la de Fidel Castro, se encuentran las cenizas de Vilma Espín (2007) y se supone que el presidente también reciba sepultura allí. El segundo secretario del Partido Comunista José Ramón Machado Ventura hizo uso de la palabra.
En estas ocasiones, el general recorrió las Empresas Militares Industriales de Santiago de Cuba y Camagüey, pertenecientes a la Unión de Industrias Militares, cuyos equipamientos modernizados y producciones eficientes para “satisfacer las demandas de la defensa del país y, fundamentalmente, la economía nacional, fueron muy divulgados por los medios. El apoyo brindado a la recuperación tras el paso del huracán Irma se resaltó. Esto contrasta con la industria estatal descapitalizada, obsoleta e ineficiente, así como la inoperancia de las instituciones civiles.
En la empresa santiaguera se diseñan y construyen medios de transporte, carros blindados, maquinarias e implementos agrícolas; se reparan camiones Maz, Kamaz y Kraz; se fabrican y recuperan piezas de repuesto; y se elaboran productos de aseo de alta demanda por la población, muebles para el hogar, puertas de aluminio y piezas de fibra de vidrio para carrocería de vehículos, según el diario Granma.
En la empresa camagüeyana, se ejecuta la fabricación, reparación y modernización de máquinas y herramientas; la producción y recuperación de piezas de repuesto; y la ampliación de capacidades para producir envases y embalajes de alta prioridad (sobre todo en la agricultura y las industrias que pierden parte de las cosechas y producciones por su carencia). Para la recuperación de los destrozos causados por el huracán, se elaboró 1 500 000 metros cuadrados de tejas metálicas y 25 400 tanques plásticos. También se realizan muebles para oficina, hogar y centros turísticos, vajillas de melanina, ferretería industrial, candados, cerraduras, camas, colchones, puertas de madera, toldos y tejas. El general, tras conocer que desde hace varios años la empresa cumple sus indicadores económicos, financieros y productivos, la calificó como una joya que está en capacidad de dar mayores resultados, según reportó el diario Juventud Rebelde el 12 de enero.
Una de las primeras medidas adoptadas por Raúl Castro al asumir temporalmente el poder fue la aplicación del Sistema de Perfeccionamiento Empresarial de las Fuerzas Armadas a todas las empresas cubanas, en agosto de 2007. Sin embargo, no resultaba posible debido al caos originado durante decenios por la inexistencia de contabilidad, contratos, control de inventarios y estadísticas fiables, junto a las cuentas por pagar (deudas), los robos (denominados desvíos de recursos), las plantillas de trabajadores infladas, la corrupción de los directivos, los bajos salarios, y otros. La Contraloría General de la República, dependiente del presidente del Consejo de Estado, se creó en diciembre de 2008, entre los intentos para comenzar a subsanarlos.
La población sobreviviente espera que el general dedique iguales esfuerzos y tiempo antes del 19 de abril para emitir la legislación prometida desde hace años, como los cambios en la Constitución, las leyes y reglamentos, reabra la emisión de licencias para el trabajo por cuenta propia, y defina la realización de otras medidas que se teme podrían resultar “terapias de choque”, como la unificación cambiaria y monetaria.