Gaceta
MIAMI, Florida, agosto, 173.203.82.38 -Hace un par de años, cuando aún vivía en Cuba, leí en una Revista Mar y Pesca, un artículo titulado “Pescando Tierra Adentro”. En el mismo el autor se ufanaba de la cantidad de toneladas de viandas y vegetales que cosechaba el Ministerio de la Pesca, para el autoconsumo y como apoyo en la venta a la población. Unos meses después pude leer en el periódico Trabajadores, un artículo que trataba sobre la cantidad de toneladas de pescado que cosechaba el Ministerio de la Agricultura.
A mi juicio la definición del objeto social de la organización empresarial cubana, está en una encrucijada. El MINFAR con el Grupo Gaviota, brinda todos los servicios turísticos y hoteleros, y con la cadena TRD es uno de los mayores comerciantes minoristas del país; mientras, el MICONS dedica horas y recursos a la defensa, la Pesca siembra, la Agricultura pesca y así cada cual hace lo que mejor puede hacer, y en medio de todo esto surge una interrogante: ¿Quien viste y calza a los trabajadores del campo?
Las fotos en blanco y negro, que se publican en la prensa plana, esconden una triste realidad: la mayoría de nuestros campesinos están uniformados como militares y no es porque estén en el servicio militar, sino porque es la ropa de las instituciones armadas la única que consiguen fácilmente y barata, para realizar sus duras faenas agrícolas. ¿Como la consiguen? Mediante el consabido trueque con los militares en servicio y en retiro, a cambio de viandas y de alimentos. Usted puede visitar un campo cubano hoy y se encontrará un collage, con las distintas tonalidades de los uniformes militares cubanos, algunos incluso con los grados y los membretes puestos.
Estos campesinos vestidos de militares son los más afortunados, porque otros trabajan con la ropa rota y con un aspecto deprimente. Pienso que sería un gran paso que, junto con los implementos e insumos, se les vendiera a nuestros campesinos a precios asequibles, ropa y calzado apropiados para el trabajo en el campo.
No es un secreto para nadie que muchos de nuestros hombres de campo, trabajan descalzos y que la inmensa mayoría de ellos jamás toma un sorbo de café en las mañanas.