WASHINGTON, Estados Unidos. – La influyente revista estadounidense Newsweek acaba de publicar un artículo en el que asegura que “Biden ha puesto a Cuba en la mirilla durante la peor crisis desde la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia”.
Según Tom Connor, el autor del artículo ―quien le da amplio espacio a las autoridades cubanas para responder a las críticas de Washington―, Estados Unidos ha abierto un nuevo frente político contra Cuba acusándola de apoyar la invasión de Rusia a Ucrania al abstenerse en las mociones de condena a Moscú y amplificar el argumento ruso de que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN ayudaron a preparar la escena para el conflicto.
“Cabe destacar que Cuba ―dice Newsweek― no se unió a Corea del Norte, Bielorrusia, Siria y Rusia para oponerse a la resolución presentada en Naciones Unidas”. En esa ocasión, 34 países se abstuvieron y 141 condenaron a Rusia.
La Habana relaciona las críticas de Estados Unidos a su posición sobre la guerra en Ucrania con el embargo comercial y financiero de Washington contra el régimen, y denuncia duramente a la Embajada estadounidense en Cuba por “publicar con regularidad mensajes de apoyo a Ucrania, críticos de Rusia”. En algunos de los tuits de la sede diplomática, dice Newsweek, “se acusa al Gobierno cubano de apoyar a Moscú en el conflicto”. Y aunque no se menciona en el artículo, la Embajada estadounidense también ha dado a conocer la dramática situación de cientos de presos políticos en la Isla.
Newsweek sí informó que “la Embajada rusa en La Habana también ha distribuido su narrativa de la guerra de Ucrania mediante tuits en los que explica que las tropas rusas cumplen valientemente lo que el presidente Putin ha caracterizado como ‘operación militar especial’ para neutralizar a Ucrania militarmente y eliminar las fuerzas de la extrema derecha, que según él han secuestrado el liderazgo de Ucrania”.
El régimen de la Isla responde con su habitual despliegue propagandístico y diplomático, y recuerda cómo Cuba brindó asistencia médica a los niños ucranianos enfermos después del desastre de Chernóbil.
Algunos historiadores, al leer esas declaraciones, recordarán la lógica perversa de Fidel Castro cuando apoyó la criminal invasión soviética de Checoslovaquia (que los checos no olvidan, como tampoco olvidarán los ucranianos el apoyo del castrismo a Putin).
En el momento del derrumbe del mundo comunista, Praga representaba a Cuba ―que no tenía relaciones diplomáticas con Estados Unidos― en Washington. Poco después, Václav Havel, el exprisionero político y dramaturgo checo, para entonces presidente de su país, me contaba que al enterarse ordenó expulsar a los cubanos castristas de la Embajada checa en la capital estadounidense. El Gobierno de Havel consiguió más tarde una fuerte denuncia de la dictadura castrista en Naciones Unidas en Ginebra.
Nadie debe sorprenderse si Ucrania en un futuro consigue, con el apoyo de sus aliados, que expulsen a la dictadura cubana del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Es una gestión que ya impulsa el Centro para Cuba Libre y que apoyan varias democracias y organizaciones internacionales. La Cancillería cubana, al lamentar la suspensión de Moscú del Consejo hace unos días, además de culpar a Washington, dijo que después de la suspensión de Rusia, tratarían de hacer lo mismo contra otros gobiernos como Cuba. Ojalá que el canciller, que se ha equivocado tantas veces, en este caso tenga razón y logre convencer a Raúl Castro de que decrete una amnistía a favor de los presos políticos, antes que varias naciones retiren diplomáticos de Cuba como protesta.
Según el artículo de Newsweek, que debe estar siendo estudiado con mucho cuidado en La Habana, “un mes antes de la invasión iniciada el 24 de febrero, el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, dijo que Moscú podría responder a una nueva presencia militar americana en Europa aumentando la presencia militar rusa en territorio de sus aliados en el hemisferio occidental”.
Se trata de una obvia referencia a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El fracaso de las conversaciones entre la OTAN y Rusia, según la revista, “pudiera resultar en una situación peor que la Crisis de Octubre de 1962, que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear”.
En aquel momento, como se supo después cuando se publicaron las memorias de Nikita Jrushchov, Fidel Castro urgió a Moscú a utilizar bombas atómicas contra Estados Unidos, diciéndole que el pueblo cubano estaba dispuesto a sacrificarse para librar a la humanidad de una vez y por todas del imperialismo yanqui.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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