MIAMI, Florida, diciembre, 173.203.82.38 -Se ha desatado una serie de solicitudes, propuestas, declaración, respuestas y contrapropuestas a partir de la reelección en los EE UU del presidente Barack Obama, todas ellas relacionadas con el caso Alan Gross.
Muchos analistas especulan que todo este aluvión de información está destinado a preparar a la comunidad cubano americana del sur de la Florida, para el inicio las negociaciones que podría combinar la liberación del contratista Gross, con el caso de los cinco cubanos condenados por espionaje en los Estados Unidos.
¿Por qué el gobierno castrista ha convertido en una obsesión la liberación de los “cinco”? Una de las razones de más peso es la que tiende a afirma que fue el propio Fidel Castro el causante de que el FBI centrara su atención en la “Red Avispa”. Castro, que es incapaz de admitir la menor de las equivocaciones, necesita lavar esta mancha que pesa sobre su imagen.
Pero esta historia tiene su antecedente en marzo de 2003, oportunidad en la cual Fidel Castro, con la intención de canjearlos por los “cinco”, ordenó detener y condenar a largas penas de prisión a 75 opositores. Otro craso error del Comandante, pues no tuvo en cuenta que al no ser ciudadano estadounidense ninguno de ellos; el gobierno norteamericano no tenía obligación legal con estas personas. Tras casi ocho años de encarcelamiento, y producto de una cuestionable “negociación”; los prisioneros del “Grupo de los 75”, fueron liberados y la mayor parte de ellos deportados.
Entonces surgió el “plan B”; había que involucrar a un ciudadano norteamericano en este propósito de Castro. El rehén elegido fue el contratista Alan Gross. ¿Por qué precisamente Gross?
En lo que a mí concierne, esta historia comienza a fines del año 1999, época en la que conocí al primero de los norteamericanos que, de una u otra forma, serían parte en el caso Gross: Curtin Winsor Jr.
Winsor, dijo ser masón afiliado a la logia Temple Noyes Cathedral # 32, bajo la Jurisdicción de la Gran Logia del Distrito de Columbia; y miembro de la Junta Directiva de la Fundación Donner; manifestando su interés en ayudar al desarrollo de la sociedad civil cubana. El resultado de esta primera entrevista se puede resumir en dos propósitos: Winsor procuraría que viajaran a Cuba algunos funcionarios y miembros de la Gran Logia de Washington DC; y yo, serviría de mediador entre los masones visitantes y los dirigentes de la Masonería cubana.
Posteriormente conocí que Winsor era miembro del Partido Republicano, y había servido como embajador de EE UU en Costa Rica durante el gobierno de Ronald Reagan. Además, se declaraba un convencido de la necesidad que tienen los EE UU de prestar más atención a Latinoamérica.
El desarrollo de estos acontecimientos continúa en marzo de 2000, al resultar electo Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba un individuo clave en el caso Gross: José Manuel Collera Vento.
Como me había comprometido, puse en contacto a Winsor con el nuevo Gran Maestro. A partir de este momento, Winsor comienza a realizar frecuentes visitas a Cuba; algunas de ellas acompañado por altos dirigentes de la Gran Logia del Distrito de Columbia. Entre ellos, el más significativo fue Akram Elías. .
Akram Elías está casado con la cubanoamericana Lourdes Elías (Pérez de soltera); de ideas liberales, se encuentra afiliada a la Masonería Femenina. Precisamente, para lograr el apoyo de Akram, fue éste el aspecto que con más efectividad utilizó el agente Collera Vento. Téngase presente que Collera Vento, con la anuencia de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC, fue quien introdujo en Cuba la Masonería Femenina. La Sra. Elías visitaba y colaboraba con estas logias en cada uno de sus viajes a la Isla.
Durante diez años, Elías fue el masón norteamericano que más apoyó a Collera Vento hasta que, en 2011, Vento se declaró agente de la Contrainteligencia cubana.
¿Por qué Gross y no los otros?
Durante los diez años que duraron las relaciones de los masones norteamericanos con Collera, éste fue frecuentemente invitado a visitar Washington. Es de subrayar que durante sus vivitas a los EE UU, Vento tuvo acceso a altas figuras del Congreso Federal. Collera llegó a obtener la “Medalla de la Libertad”, distinción que concede la bancada republicana del Legislativo, a las personas que se destacan en el planeta por su labor en la promoción de la democracia.
Collera Vento pudo reunirse con el general Roger Pardo Maurer, del Dpto. de Defensa; e inclusive tuvo acceso a la Casa Blanca, donde se entrevistó con altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional. También compartió opiniones con Otto Reich. En su labor como “topo”, tuvo la oportunidad de encontrarse con los Sres. John Sambrailo, Frank Calzón y Manuel Alzugaray; directores de la FUPAD, el Centro para Cuba Libre y el Miami Medical Team, respectivamente.
En las visitas que se efectuaban a la Isla, participaban otros dos personajes de sumo interés en el caso Gross; coincidiendo con los masones norteamericanos en algunas oportunidades, y en otras de forma independiente: Marc Wachtenheim y René Greenwald. El primero de ellos es masón y Director del Programa “Iniciativa para el Desarrollo de Cuba” de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD). El segundo coordinaba en México el apoyo de la FUPAD a la Sociedad Civil alternativa de la Isla. Estas dos personas son elementos indispensables para responder la pregunta ¿Por qué fue Alan Gross el elegido?
En sus viajes a Cuba, Wachtenheim y Greenwald entregaban a opositores y miembros de distintas organizaciones religiosas y fraternales; laptops, memorias flash, discos duros externos, celulares, cámaras de video y fotográficas, y otros medios para facilitar el acceso al Internet a estas personas.
Es conveniente advertir que la Masonería cubana está integrada por más de 29 mil miembros y unas 316 logias. Por su parte, la Iglesia Católica cuenta con una feligresía y una cantidad de templos aun mayor. Además, tanto Wachtenheim como Greenwald apoyaban a numerosos grupos opositores, entre ellos al temido movimiento de las Damas de Blanco. Es decir, tanto el uno como el otro realizaban una labor mucho más comprometida, más frecuente, y más amplia que la efectuada por Gross; quien se limitaba a suministrar equipos de comunicación a una pequeñísima comunidad judía, carente de toda influencia social en el país.
Resulta significativo que en el capítulo Ayudas Peligrosas de la serie propagandística televisiva Razones de Cuba, realizada por el gobierno cubano, Wachtenheim y Greenwald fueron acusados abiertamente de “agentes de la CIA”.
Lo más interesante en todo este circo, es que el día de la captura de Alan Gross, ambos – Wachtenheim y Greenwald- se encontraban en La Habana. Una vez más, ¿Por qué Gross? Marc Wachtenheim, es un masón de origen hispano; por su parte, René Greenwald, es un católico norteamericano, pero Alan Gross, en cambio, es judío.
El hecho de que Alan Gross sea judio implica que es miembro de una comunidad que cuenta con uno de los más poderosos “lobbies” en Estados Unidos, algo que los castristas necesitaban para que, desde dentro, se ejerciera una presión fuerte sobre el gobierno estadounidense para que cediera ante el chantaje del intercambio por los espías. Por todo lo anterior, los Castro, como expertos mafiosos chantajistas que son, vieron en Alan Gross el rehén ideal.