GUANTÁNAMO, Cuba.- Si dentro de cien años un historiador decidiera investigar sobre esta época, usando como fuentes los medios oficialistas, no conocería sobre las golpizas y la represión que hoy sufren los opositores pacíficos ni de otros hechos cotidianos. Ha sido la prensa independiente la que ha llenado esos vacíos.
El 11 de octubre fui citado por la Seguridad del Estado para ser advertido de que no podía ir a las zonas perjudicadas por el huracán Matthew. Los oficiales que me citaron también me dijeron que algunas informaciones remitidas por mí sobre las Damas de Blanco y la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en Guantánamo, no eran ciertas del todo y que la señora Celina Osorio Claro, presidenta del Movimiento de las Damas de Blanco, su esposo Bartolo Campillo, activista de la UNPACU y Yoanni Beltrán Gamboa, coordinador provincial de esa organización pacífica, jamás han sido golpeados por la Seguridad del Estado. Les respondí que estaba a su disposición para que me permitieran grabar sus opiniones y así mi trabajo sería más completo, pero callaron ante mi propuesta porque es política del castrismo negar información oficial a los periodistas independientes.
Así que visité a todos los implicados en los hechos y grabé sus testimonios, que remito a Cubanet para compartirlos con los lectores. Aquí están las declaraciones de Bartolo Campillo, activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) sobre lo ocurrido el pasado 9 de octubre cuando él y Yoannis Beltrán Gamboa fueron asaltados en la vía pública, golpeados y despojados de varios bienes y dinero por agentes de la seguridad del estado; también adjunto declaraciones tomadas a los señores Redesnaldo Sánchez Torres, vecino de la calle 8 Oeste No. 1449 entre 5 y 6 Sur, Guantánamo, de Roily Rodríguez Mariño, vecino de la calle San Lino No. 1318, entre 2 y 3 Sur, Guantánamo y de la señora Yasnay Beltrán Gamboa, hermana de Yoannis, quienes presenciaron diferentes momentos del suceso.
También adjunto un breve video tomado a la señora Celina Osorio Claro acerca de la violencia que ha sufrido por parte de los miembros de la Seguridad del Estado. Por la magnitud que están alcanzando los hechos de violencia en contra de las Damas de Blanco en Guantánamo abordaré en otro trabajo la situación específica de este movimiento opositor.
Yo no escribo mentiras. Como cualquier ser humano puedo equivocarme pero no falseo la verdad ni la manipulo; tampoco la silencio.
Reitero a la Seguridad del Estado mi disposición a divulgar también sus opiniones. Estoy absolutamente seguro de que, contrariamente a lo que harían las direcciones de Granma, Juventud Rebelde y las de los periódicos provinciales cubanos si algunos opositores pacíficos quisieran divulgar allí sus puntos de vista, quienes dirigen CubaNet no se opondrán a que se divulguen sus versiones. Esa es la superioridad moral de la democracia, de la que jamás gozará un régimen basado en la represión como lo es el castrista.