GUANTÁNAMO, Cuba. – Este 6 de junio se cumplen 170 años del nacimiento del general de Brigada del Ejército Libertador Bernardo Camacho Olazagasti.
Una de las comprobaciones más dolorosas de quienes indaguen sobre nuestros héroes por la independencia seguramente será la escasez de información sobre algunos de ellos. El caso del brigadier Camacho Olazagasti no es la excepción a pesar de haber participado en la guerra de 1868, a la que se incorporó con 19 años, y en la Guerra Necesaria, donde alcanzó tan alto grado militar.
El brigadier y un suceso poco conocido de nuestra historia
En 1890 Bernardo Camacho Olazagasti tuvo participación en un suceso muy poco conocido de nuestra historia y que ha trascendido como la “Paz del Manganeso”.
Ocurrió que el mayor general Antonio Maceo pidió permiso a las autoridades españolas para regresar a Cuba hacia finales de 1889 con la justificación de que necesitaba liquidar las propiedades de su madre, petición a la que accedió el capitán general español Manuel Salamanca Negrete.
El Titán de Bronce arribó a Puerto Príncipe el 29 de enero de 1890 y el día 30 llegó a Santiago de Cuba. Sin bajar de la nave se entrevistó con Flor Crombet y otros patriotas.
Esa misma noche zarpó rumbo a la capital cubana, a la cual arribó el 5 de febrero luego de haber hecho escalas en Baracoa, Gibara y Nuevitas, lugares donde la presencia del héroe estuvo acompañada de gran entusiasmo popular y provocó visitas de compatriotas para darle testimonio de su simpatía. Los ánimos de los cubanos se encendían sabedores de que era necesario continuar la lucha para obtener la independencia y ese era el objetivo principal del viaje de Maceo, lograr coordinar un levantamiento para darle continuidad a la gesta redentora de 1868.
Pero la reacción de las fuerzas integristas al permiso otorgado por el capitán general a Maceo resultó muy desfavorable, tanto que algunos historiadores atribuyen la causa de la muerte del primero, ocurrida al día siguiente del arribo de Maceo a La Habana, a un envenenamiento causado por sus detractores.
En La Habana, Maceo realizó una ardua labor conspirativa pese a la vigilancia de la policía secreta de la corona, lo que enardeció los ánimos de la juventud habanera, sobre todo de los jóvenes de la acera del Louvre, café del hotel Inglaterra, donde se hospedó el insigne patriota.
Sin embargo, el ascenso al poder en España de las fuerzas conservadoras lideradas por Cánovas del Castillo provocó la designación de Camilo Polavieja como capitán general de la Isla, un acérrimo enemigo de los independentistas.
Los acontecimientos se desencadenaron. Maceo salió rumbo a Santiago de Cuba por Batabanó dejando a Julio Sanguily al frente del levantamiento que habría de producirse en Occidente. Llegó a Santiago de Cuba el 25 de julio de 1890 y contactó a Guillermo Moncada y a Quintín Banderas, a quienes designó líderes principales de la organización del plan en la zona e insistió sobre la inminencia del alzamiento, cuya fecha fue fijada para el 8 de septiembre aprovechando la celebración dedicada a la Virgen de la Caridad.
Pero el capitán general Polavieja adelantó su viaje de toma de poder en Cuba y el 24 de agosto ya estaba en la capital. Menos de 40 horas después remitía una orden al gobernador de Santiago de Cuba para que expulsara del país a Antonio Maceo, lo cual ocurrió el 30 de ese mes. Inmediatamente se dio la orden de arrestar a todos los sospechosos de estar complotados; otros como Flor Crombet lograron escapar al extranjero.
La historiografía no precisa qué ocurrió con Bernardo Camacho aunque sí que las fuerzas integristas aprovecharon el acontecimiento para denigrar a Maceo afirmando que había delatado a Flor Crombet. Atribuyeron el fracaso de la conspiración al temor de los propietarios de las minas de hierro y manganeso de ver destruidas sus propiedades por la guerra, razón por la cual el hecho se conoció con el peyorativo de “Conspiración de la Paz de Manganeso”.
El héroe en la Guerra Necesaria
El mismo 24 de febrero de 1895 Camacho se levantó en armas contra el poder español en San Luis junto con los patriotas Luis Bonne Bonne, Nicasio Moncada y Guillermón Moncada. Todos estos protagonizaron acciones militares contra el enemigo en La Caoba, La Mejorana, El Dagame y Charco Tumba, aunque no existen registros históricos sobre sus resultados.
El 10 de octubre de 1895 se incorporó al contingente invasor que partió hacia Occidente desde Baraguá el 22 de ese mismo mes, contando con el acompañamiento de ese otro inmarcesible patriota que fue el marqués de Santa Lucía, Salvador Cisneros Betancourt, el presidente de la República en Armas.
Participó en las dos campañas invasoras que se hicieron en Pinar del Río.
El 8 de septiembre de 1896 fue nombrado jefe del Regimiento Goulet pues para la fecha había sido ascendido al grado de general de Brigada. Terminó la guerra en el cargo de jefe de la Segunda Brigada de la Primera División del Sexto Cuerpo de Ejército.
Se licenció del Ejército Libertador el 24 de agosto de 1898.
Durante la República fue alcalde de San Luis. Tuvo participación contra las acciones combativas provocadas por la rebelión de los independientes de color aunque se certifica que no estuvo relacionado con los crímenes que se cometieron contra esos cubanos, sino que más bien se destacó por impedirlos.
Se levantó en armas en 1917 contra los intentos de reelección del presidente Mario García Menocal. Entonces tenía 66 años. Murió el 9 de abril de 1918 en Santiago de Cuba.
En su memoria fue levantado un busto ubicado en el parque Moncada del poblado de San Luis.
Fuente: Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba/EcuRed
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