MIAMI, Estados Unidos. – Este jueves se cumplen 15 años de la muerte de Vilma Espín Guillois, combatiente de la Sierra Maestra, fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), esposa del dictador Raúl Castro Ruz y primera dama de facto de Cuba.
Espín Guillois nació en 1930 en la ciudad de Santiago de Cuba en el seno de una familia acomodada. Se graduó como ingeniera química en la Universidad de Oriente y muy temprano se unió al Movimiento 26 de Julio.
Debido a sus actividades en la lucha clandestina, tuvo que subir a la Sierra Maestra e integrarse al II Frente Oriental Frank País, el cual estaba encabezado por su futuro esposo.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, Fidel Castro le dio la tarea de agrupar las diferentes organizaciones femeninas, lo que conllevó a la ilegalización de todos los grupos feministas que existían hasta entonces en la Isla.
Sin embargo, la organización fundada por Espín Guillois, la FMC, nunca fue feminista. Nadie lo aclaró tan bien como la propia dirigente comunista, cuando reconoció en la década de 1980 que la Federación había nacido “para unir a las mujeres y constituir con ellas un firme pilar de la Revolución”.
“La FMC intentó unificar los discursos de las mujeres, no se posicionó como una organización feminista a pesar de que quería o manifestaba querer el bienestar de las mujeres cubanas”, explicó a CubaNet, en 2020, la activista y periodista Marta María Ramírez. “No encuentro ningún escrito, ni entre los fundacionales ni entre los más recientes, donde [las federadas] se adscriban al feminismo como corriente”, precisó.
Según la comunicadora, tras 1959 las mujeres cubanas pagaron con “la homogeneización de su discurso” leyes o normas que reconocían el acceso igualitario al trabajo y la creación de los llamados Círculos Infantiles.
Sin embargo, “esas legislaciones vinieron por decreto, nos las otorgaron sobre todo varones, independientemente de la figura de Vilma Espín y de las mujeres que ella logró nuclear en torno a la FMC”.
“El discurso de la FMC era un discurso antifeminista porque posicionaba al feminismo como un rezago del capitalismo, como algo extranjerizante, algo que ya no era necesario porque teníamos todas las conquistas garantizadas”, también dijo Ramírez.
Por otro lado, el papel de Espín Guillois ha sido considerado “fundamental” no solo en la fundación de los Círculos Infantiles, sino también en la “reeducación” de miles de mujeres que se dedicaban a la prostitución y en el establecimiento del Código de Familia aún vigente en Cuba.
Espín Guillois fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde la fundación de ese órgano en 1965 y hasta su propia muerte. Asimismo, fue diputada de la Asamblea Nacional del Poder Popular desde su primera legislatura y miembro del Consejo de Estado desde su constitución.
Sin embargo, lo que hizo en favor de las mujeres jamás dotó a la Revolución Cubana de un carácter feminista. Muy por el contrario: Espín Guillois se mantuvo firme al lado de los pilares machistas del régimen.
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