LA HABANA, Cuba, 4 de abril (Frank Correa, www.cubanet.com) – La escasez de pañales para niños en las tiendas cubanas de divisas constituye desde hace varios meses un verdadero dolor de cabeza para las familias de los pequeños.
Cuando entra algún contenedor al puerto con la valiosa carga, rápidamente corre la voz por la ciudad hasta que alguien consigue ubicar, mediante contactos en el Departamentos de Distribución, la fecha exacta y el lugar donde se venderán los pañales. Ese sistema de “rastreo y ubicación” se ha perfeccionado tanto que antes de que los pañales lleguen al mostrador, ya hay una larga cola que los espera con frenesí.
El 1º. de abril la necesidad de pañales era apremiante en toda La Habana. Desde una semana antes, muchos padres ya conocían que en la tienda Palco, situada en 188 entre 5ª. y 3ª., del municipio Playa, iban a vender el tan codiciado producto.
A las once de la mañana la larga fila llegaba hasta la calle y continuaban acudiendo personas de todos los rincones de la ciudad: madres con bebés en los brazos, y también abuelos y padres ocupados en la dura tarea de zancajear pañales por las tiendas de la capital.
Pero al mediodía la multitud comenzó a convulsionar cuando descubrieron que, a escondidas, los empleados de la tienda daban prioridad a sus amistades, y que decenas de revendedores acaparaban grandes cantidades bajo la cómplice anuencia de las tenderas.
Hubo protestas enérgicas y los airados parroquianos exigieron ver al gerente, que no estaba en ese momento en la tienda. El subgerente tampoco apareció. Todos se agolparon en la puerta y las críticas subieron de tono. Finalmente un representante de la gerencia llegó al lugar y trató de organizar la fila ordenando que entraran primero las mujeres con niños.
La reacción de los presentes no se hizo esperar: llamaron por los celulares a sus casas y solicitaron a los familiares que les trajeran a los niños. Al poco rato un desfile de clientas con pequeños en brazos esfumó el poco orden que quedaba.
Para colmo, a las tres de la tarde, se terminaron los pañales de la tercera etapa, la más solicitada. Ante la nueva conmoción que esto generó intentaron localizar al almacenero para que suministrara un nuevo cargamento, pero fue imposible encontrarlo.
El representante de la gerencia pidió disculpas y pidió a los frustrados parroquianos que regresaran otro día. La “odisea del pañal” quedó inconclusa. Un ejército de padres comenzaba ya a investigar dónde sería la próxima venta.
El paquete de pañales de 30 unidades tiene un precio oficial de 9 CUC, (220 pesos), mientras que el salario promedio en Cuba es de solo 400 pesos.