MIAMI, Estados Unidos. – Este 21 de mayo se cumple un centenario del nacimiento de Andréi Sájarov, un eminente físico nuclear soviético y activista en favor de los derechos humanos y las libertades democráticas, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1975.
Inicialmente, Sájarov trabajó por el desarrollo de las armas nucleares. Sin embargo, cuando percibió los riesgos de una guerra termonuclear y la contaminación por radiactividad, cambió radicalmente su postura.
A partir de la década de 1960, jugó un activo papel contra la proliferación de armas nucleares y sus pruebas en la atmósfera, lo que generó la animadversión del régimen soviético en su contra.
Por sus críticas a la carrera armamentística basada en misiles balísticos, se le prohibió investigar en cualquiera de los centros y laboratorios militares de la URSS y se le retiraron los honores adquiridos.
No obstante, en 1975 recibiría el Premio Nobel de la Paz, a cuya ceremonia el régimen soviético le impidió asistir. Y en 1985, una década después, sería testigo de la creación de los Premios Sájarov, galardones que otorga anualmente el Parlamento Europeo a personas y organizaciones dedicadas a los derechos humanos y a las libertades.
Además de sus amplios logros científicos, Sájarov es recordado por proponer el principio de derechos humanos como base de toda política. A lo largo de su vida aseguró que “el principio de que lo que no está prohibido está permitido, debe ser entendido literalmente”, aun en contra de las normas morales o culturales que no están plasmadas en la ley.
El 22 de enero de 1980, fue arrestado por sus protestas públicas contra la presencia militar soviética en Afganistán y fue deportado a la entonces Gorki, una ciudad cerrada e inaccesible a los extranjeros, donde no podía disponer ni siquiera de una línea telefónica.
“Las nuevas generaciones saben muy poco de Sájarov, y esto ocurre porque su figura es silenciada intencionadamente por los medios oficiales”, aseguró a la agencia de noticias EFE Serguéi Lukashevski, el director del Centro Sájarov, una ONG fundada en 1996 para preservar el legado del Nobel de la Paz soviético.
Según Lukashevski, para la propaganda oficial rusa y para la gente que recuerda quién fue realmente, Sájarov es una figura “muy complicada e incómoda”. “De él no pueden decir, como se estila en la propaganda estatal, que era un traidor y que trabajaba para las fuerzas enemigas”, añade.
Al mismo tiempo, subraya, es imposible obviar su labor social, “porque el Nobel no se le concedió por sus logros en el ámbito de la física, sino en el campo humanitario”.
Sájarov fue liberado de su exilio en 1986 por Mijaíl Gorbachov. Tres años después, tras recibir uno de los galardones más importantes de la International Humanist and Ethical Union, falleció por un ataque cardíaco, a la edad de 68 años.
Los Sájarov cubanos
Varios activistas cubanos han merecido el Premio Sájarov. El primero de ellos, Oswaldo Payá, recibió el galardón en 2002 tras fundar el Proyecto Varela, que pedía al régimen cubano respetar los derechos civiles, liberar a los presos políticos, celebrar elecciones plurales y libres, y aprobar reformas sociales.
“Oswaldo Payá fue un reformista activo desde su juventud. Fue perseguido y condenado en numerosas ocasiones por su crítica de las políticas e injusticias de Fidel Castro, lo que no le impidió fundar en 1988 el Movimiento Cristiano de Liberación, que se convirtió en uno de los mayores movimientos de oposición de Cuba”, reconoce el Parlamento Europeo en su web.
Por su parte, las Damas de Blanco fueron premiadas en 2005, aunque no pudieron aceptar el galardón personalmente hasta 2013, dado que el régimen cubano les prohibía la salida del país.
Las Damas de Blanco surgieron espontáneamente en 2003, como reacción al encarcelamiento de 75 activistas y periodistas durante la llamada Primavera Negra de Cuba, una ola represiva contra los partidarios de la democracia en la Isla.
“Las Damas de Blanco han seguido siendo objeto de detenciones, palizas y torturas, y están entre los grupos más reprimidos por las autoridades cubanas. Con el trasfondo de la renovación de la cúpula del régimen en abril de 2018, las Damas fueron objeto de una nueva oleada represora que se saldó con docenas de detenciones y al menos dos de ellas condenadas a penas de prisión”, indica el Parlamento Europeo.
Finalmente, en 2010 le fue concedido el galardón al psicólogo, periodista y disidente político Guillermo Fariñas “Coco”, quien “ha intentado, a través de una serie de huelgas de hambre, lograr el cambio político pacífico y la libertad de expresión en Cuba”.
“Su huelga de hambre de siete meses en 2006 llamó la atención de todo el mundo sobre la censura de internet en Cuba y le causó graves problemas de salud”, reconoce el Parlamento Europeo.
“Debido a su activismo, en los últimos años Fariñas ha sido objeto de amenazas de muerte y confinamiento en un hospital psiquiátrico. Asimismo, ha sido golpeado y hospitalizado, y detenido y encarcelado en numerosas ocasiones”, también indica la misma fuente.
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