LA HABANA, Cuba.- “Yo no quería venganza, yo sólo quería que se hiciera justicia. Pero eso no fue un juicio serio, ahí todo fue un montaje”, esa fue la percepción del periodista independiente Enrique Díaz Rodríguez, tras conocer la sentencia emitida por el tribunal Municipal de Marianao contra quién lo agredió físicamente, el pasado mes de diciembre de 2018, causándole una herida en la cabeza que requirió tratamiento médico.
Díaz Rodríguez, periodista de CubaNet, explicó que su atacante, Roberto Alfonso Montiel, fue acusado por la fiscalía de causar lesiones leves y sentenciado, este miércoles, a un año de trabajo correccional sin internamiento, además de pagarle una indemnización de 60 pesos cubanos.
“Me rompió la cabeza con una piedra, podría haberme matado. Me tuvieron que dar varios puntos, la herida incluso se infestó y se me puso fea, pero resulta que para medicina legal son sólo lesiones leves”, denunció.
El artículo 274 del código penal cubano establece que el que cause lesiones corporales, o dañe la salud a otro que, aún cuando no ponen en peligro la vida de la víctima, ni le dejan las secuelas señaladas en los artículos 272 y 273, que se refieren a la deformidad, incapacidad o cualquier otra secuela anatómica, fisiológica o psíquica, pero requiere para su curación tratamiento médico, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año, o multa de cien a trescientas cuotas, o ambas.
Díaz Rodríguez relató que, durante la vista oral, la cual tuvo lugar en el Tribunal ubicado en 100 y 33, del Municipio Marianao, Roberto, su atacante, reconoció en todo momento haberlo agredido, pero al parecer esto no fue suficiente para que los magistrados le impusieran una sanción más fuerte.
“Desde que todo sucedió él siempre dijo, incluso lo gritó, que no le pasaría nada, porque yo era un contrarrevolucionario y él tenía un primo que era de la Seguridad del Estado que lo iba a defender, y así mismo fue, no le pasó nada”, contó Enrique.
El incidente, que ocurrió a finales del mes de diciembre de 2018, se produjo luego de una disputa por un hueco con excremento que apareció frente a la casa del agresor. Éste, vecino del reportero independiente, le preguntó a Enrique si conocía quién lo había hecho, y como al perecer no le gustó la respuesta ofrecida, le rompió la cabeza con una piedra, una vez e periodista le dio la espalda.
Julio Antonio Rojas Portal, otro periodista independiente, que presenció el juicio, alegó que “pudo verse claramente todo el montaje creado en torno al proceso. A Enriquito apenas lo dejaron hablar, y cuando le hacían preguntas lo interrumpían automáticamente, mientras que el otro habló todo lo que quiso y sin interrupciones”, aseguró.
De acuerdo a las declaraciones de Rojas Portal, el fiscal mencionó a los jueces el historial delictivo de Roberto, el atacante, pero fue algo que no tuvieron en cuenta a la hora de la sentencia. “Estaba confiado, puedo asegurar que él sabía que no le pasaría nada”, dijo Lázaro Mendoza, otro de los presentes en el juicio.
Ante la posibilidad de apelar la sentencia dictada por el tribunal, Enrique se dirigió ayer jueves a varias instituciones judiciales, pero le fue negada en cada ocasión.
“Al finalizar el juicio la fiscal me dijo que yo tenía la posibilidad de apelar la sentencia si no estaba conforme, y así lo intenté en la fiscalía de Marianao, que fue a la cual me mandaron, pero, después de una verborrea técnica, me dejaron bien claro que no podía hacer nada. Según ellos, la fiscal pidió la sanción más alta con el mínimo de implicación, quiere decir, que estar en su casa, para ellos, es la pena máxima contra un delito como este. Para mí lo que le dieron fue un premio por atacarme”, condenó Enrique.
Esta es la tercera agresión que sufre el periodista independiente a manos de personas de su localidad. Años atrás, una anciana, partidaria del régimen, le lanzó ácido para limpiar baños a los ojos, y a pesar de que fue acusada, nunca llegó a los tribunales. Tiempo después fue atacado por otro simpatizante del gobierno, que lo agredió con un machete. Este incidente también fue acusado ante las autoridades pertinentes, pero tampoco llegó ante la justicia.