ARTEMISA, Cuba, 6 de mayo de 2013, Moisés Leonardo Rodríguez/ 173.203.82.38.- Desde el 1 de mayo, los pobladores de Cabañas, en el municipio Mariel, de la provincia Artemisa, se quejan por el mal olor y sabor que tiene la leche de vaca que se vende por la libreta de abastecimiento para menores de 7 años y enfermos con dieta.
Los rumores señalan como causas la mala calidad del agua que se le añade a la leche de ordeño, procedente de una presa cercana al pueblo, a la contaminación del la misma con productos químicos o a que las vacas están comiendo anamú, una yerba de fuerte sabor que abunda en la zona.
Ni las autoridades locales ni los vaqueros que suministran la leche han dado una explicación oficial al hecho. Algunos pobladores afirman que siguen consumiéndola después de hervirla bien y otros que la están dando de alimento a puercos de cría.
En días recientes, el semanario El Artemiseño, órgano del partido comunista provincial, elogió los buenos resultados de la provincia en el acopio de leche, lo que es visto como una ironía por muchos cabañenses.