
LA HABANA, Cuba.-Después de haber usado diferentes tácticas –durante 5 meses- para evitar la reunión de los miércoles de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, volvieron a utilizar la policía uniformada, en particular mujeres.
El miércoles 9 de abril, desde tempranas horas de la mañana, estaba tomado el edificio de mi casa y apostadas mujeres vestidas de uniforme, incluso en el primer piso a la entrada de la escalera.
A las 8 y 30 de la mañana apresaron por segundo día consecutivo al matrimonio formado por Bárbara Fernández Barrera y Misael Aguilar Hernández, de San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa. Acostumbran a mantenerlos en la Unidad Municipal de la Policía Nacional Revolucionaria, hasta pasadas las 4 de la tarde, hora en que ya es casi imposible salir del municipio.
A la entrada del edificio arrestaron a Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia y Alejandro Domínguez Moreno, en el auto patrulla 060, conducidos el primero hacia la 7ma. Unidad de San Agustín y al segundo para la del Capri. Del mismo modo, aprehendieron a Maritza Concepción Sarmientos, en la patrulla 223 y la trasladaron para la 14 Unidad de Guanabacoa. Todos fueron puestos en libertad en horas de la noche.

Cinco comunicadores lograron llegar a los bajos del balcón de mi casa, entre ellos José Antonio Sieres Ramallo, esposo de Juliet Michelena Díaz, la que fue arrestada con violencia en su casa en horas de la tarde del pasado lunes 7 de abril y sigue detenida.
José Antonio, con una tiza, comenzó a pintar en el medio de la calle San José un letrero que decía: “SOS Juliet”. La primera vez, dos mujeres con un uniforme morado trajeron un cubo con agua y una escoba, tiraron el agua y lo borraron.
Cuando el aire –que era bastante intenso- secó el agua, José Antonio volvió a colocar el letrero y entonces vino un hombre y una mujer y lo quitaron.
Esta operación se repitió cuatro veces, pero esta última pintó con crayola blanca y en vez de quitarse, las letras resaltaban más. Entre los oficiales de la Seguridad del Estado que estaban presentes se encontraba Camilo, alguien bien conocido para la mayoría de los opositores: disfruta dando golpes, no importa el sexo. Se dirigió a José Antonio, diciéndole que si volvía a pintar lo iba a convertir en un aguacate.
Esto no fue óbice para que el esposo de Juliet volviera a reclamar por ella y entonces aparecieron dos patrullas de la policía con los números 416 y 042 y se los llevaron a todos. Los otros cuatro eran: Marta Domínguez Calero, Yuleidy López González, Judith Muñiz Peraza y Juan Carlos Díaz Fonseca. A las dos primeras las dejaron en Santiago de las Vegas y a los dos últimos en Guanabacoa.
Inmediatamente recibí sendas llamadas telefónicas de los dos grupos, que me explicaron que al salir las perseguidoras a la calle Belascoaín, pararon después del semáforo de Zanja, donde se encontraba el auto Lada verde -también conocido por todos- que conduce el oficial Camilo; sacaron a José Antonio de la patrulla 042 y dándole golpes esposado lo entraron en el auto de este oficial; y los cuatro comunicadores pudieron ver que le seguían golpeando dentro del carro.
José Antonio fue conducido a la Unidad de la Policía del Cotorro y puesto en libertad alrededor de las 2 de la madrugada.
